Una baja global agravó el ajuste local
La Bolsa porteña profundizó ayer la tendencia bajista con que se maneja tras la definición del proceso electoral y pareció confirmar cierto desencanto con la magnitud que tuvo la corrección cambiaria.
Sin embargo, no hay que perder de vista que buena parte del ajuste, especialmente en bonos en dólares o acciones que tienen contraparte en Nueva York, en realidad deriva del nivel que habían alcanzado algunas cotizaciones por la cantidad de operaciones que en los últimos meses se habían cursado tomando estos activos como vehículo para escaparle al cepo.
El Merval llegó a hundirse más del 6% antes de rebotar levemente y cerrar con un descenso del 4,5%. De esta forma, cerró por septima rueda consecutiva en baja.
La novedad fue que esta vez la corrección se amplió a los ADR, lo que muestra que la ola vendedora esta vez se activó en el exterior.
A las bajas superiores al 2% con que cerraron los índices en Wall Street o el desplome, también del 4,6%, del Bovespa paulista, se suman las subas de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, lo que da cuenta de un ajuste global.
Las mayores caídas aquí las registraron los papeles bancarios (7%) y petroleros (5%), en momentos en que el precio del crudo no logra detener su caída (el barril de WTI ya se negocia a menos de US$ 35).
Pero se trata de una discriminación algo anecdótica dado que cerraron en rojo todos los papeles que dan forma al panel líder.
Entre los bonos en dólares, el fly to quality afectó más a los papales más largos, que cayeron hasta 4%, como en el caso del Par en dólares locales. Y siguen demandados los títulos en pesos con CER por el impacto que el ajuste cambiario tendría en la inflación.