Donde los precios buscaron equilibrio
En repetidas ocasiones se enfatizó desde esta columna que la operatoria diaria en el Mercado de Liniers se rige invariablemente por el libre juego de la acreditada ley de la oferta y la demanda.
Debe entenderse, así, que los valores a los que son negociadas las distintas categorías y clasificaciones responden a la competencia que entablan los representantes del abasto local –los denominados frigoríficos “consumeros”, y los proveedores de los miles de locales minoristas diseminados en el ámbito porteño y amplios distritos del Gran Buenos Aires– y, en menor escala, las empresas frigoríficas para concretar faenas industriales.
Intervención oficial
Deben citarse como excepciones a la formación de precios en subastas públicas, los de la época en que la desafortunada intervención del gobierno nacional, a través de funcionarios de la Secretaria de Comercio Interior, impuso la vigencia de los denominados valores “sugeridos”, detallados en listas distribuidas en las pasarelas del Mercado de Liniers, sin membrete o sello alguno que validara su origen.
La referencia del párrafo inicial de esta reseña pretende recordar que cuando en las primeras ruedas de diciembre se anotaron alzas significativas en las cotizaciones por la sucesión de feriados y por la decisión de los compradores de asegurar sus compromisos para las fiestas tradicionales, hubo coincidencia generalizada de que normalizados los ingresos en el recinto, los precios buscarían el equilibrio resultante de una menor presión compradora de los numerosos operadores antes citados.
Ese pronóstico resultó acertado, a punto tal que tanto para los novillos como para los ganados del tipo consumo liviano y para los diversos tipos de vacas se produjeron quitas de 3 a 5 pesos por kilo, sin comprometer márgenes calificados todavía convenientes.
En el caso de la categoría más emblemática de la especie bovina, con un total comercializado de 3430 novillos de 480,15 kilos de promedio, equivalentes al 13,10 por ciento del total general comercializado, el Índice Novillo Liniers, de 23,188 pesos establecido hasta el jueves inclusive, mostró una merma del 2,764 por ciento respecto del indicador de igual lapso del ciclo previo, de 23,847 pesos.
La bajas adquieren mayor relevancia respecto de los 26,639 pesos de la primera semana del mes en curso, al elevarse hasta un 12,955 por ciento.
A continuación se detallan los promedios corrientes y, entre paréntesis, los valores vigentes en el segmento antes citado, que reflejan la fuerte tendencia negativa de referencia: $ 25/26,50 ($ 28,30/31,50) por los livianos de 431/460 kilos; $ 24,50/25,50 ($ 27,80/30) por los de 461/490 kg; $ 24/25 ($ 27/29,50) con 491/520 kg, y $ 22,50/24 ($ 24,50/29) por los que pasaron más de 520 kilos.
Para negocios directos se acordaban anteayer entre 46 y 48 pesos por kilo de carne para novillos de 480/500 kilos, con certificado, mientras que para los clasificados tipo supermercado las ofertas de los compradores oscilaban de 48 a 50 pesos, con un peso no mayor de 430 kilos.
El Índice Novillo, de 23,188 pesos, mostró una merma del 2,764 pesos En ventas directas se pagaban entre 46 y 48 pesos por kilo de carne
Haciendas livianas
Las haciendas livianas, incluidas también en la evolución negativa de las cotizaciones, constituyeron el 58,73 por ciento del total comercializado. Los niveles obtenidos usualmente fluctuaron del siguiente modo: en novillitos, $ 27/29 por los medianos de 351/390 kilos y $ 25/28 por los pesados de 391/430 kilos; en vaquillonas, $ 22/26 por las medianas y $ 19,50/22,50 por las pesadas, en tanto que en el rango de hasta 350 kilos, los precios corrientes fueron $ 27,50/30 por los machos y $ 26/29 por las hembras.
Las distintas clasificaciones de vacas, con un total adjudicado de 6578 animales, se transfirieron entre 17 y 19 pesos para las especiales a buenas y de 14,50 a 16,90 pesos para las regulares. En el tipo conserva y manufactura, la oscilación fue de 11,50 a 14,50 pesos para las más encarnadas y entre 9,50 y 11,50 pesos para las inferiores.