Buena voluntad
Más del 50 por ciento de los argentinos que votaron el 22 de noviembre lo hicieron por el proyecto Cambiemos, que lidera el presidente Macri. Ello fue el fruto no sólo de las bondades del proyecto, sino del colosal esfuerzo de los candidatos y de las decenas de miles de voluntarios que lograron convencer a los votantes. Ya instalado el nuevo gobierno, parecería justo que los millones que participaron votando hagan también un esfuerzo para consolidar el cambio que hicieron posible con su voto. ¿De qué manera? Está claro que para afrontar la pesadísima herencia de la década perdida y cumplir además con las promesas electorales, el Estado necesita de dinero contante y sonante. Lo busca a través de bancos, gobiernos amigos, instituciones de crédito nacionales e internacionales. ¿No sería acaso adecuado que lo busque también entre quienes votaron y celebraron? No parece razonable darles a esos millones la oportunidad de apoyar el proyecto lanzando un empréstito patriótico, como lo hicieron Pellegrini en los 1890, Justo en 1932? Me atrevo a sugerir la emisión de bonos de suscripción voluntaria, que incluyan láminas de denominaciones pequeñas (mínimo por cierto mil pesos), con vencimiento a cuatro años del período de gobierno que se inicia, con una cláusula de razonable ajuste, un interés módico y algún incentivo fiscal. Se pondrían a la venta en bancos y sucursales del Correo Argentino. Podría también emitirse una serie en dólares, a suscribirse con billetes o saldos en cajas de ahorro, provenientes por ejemplo de los ahorrados vía la AFIP. Con un adecuado plan de difusión estoy seguro de que miles entre los 12.988.349 argentinos que depositaron su confianza en Cambiemos han de ratificar esa confianza y materializar su apoyo suscribiendo e integrando estos bonos patrióticos.
Sería este plan una excelente manera de capitalizar a favor del país toda la buena voluntad que ha despertado el gran cambio al que hoy asistimos. Y un regalo de Fiestas para la Argentina toda. Federico E. Mackinlay
DNI 402.755