Sólo una semana en el cargo
Renunció el secretario de Seguridad de Gral. Pueyrredón.
MAR DEL PLATA.– En la gobernación bonaerense miran el reloj y cuentan las horas que restan para el inminente lanzamiento del operativo Sol de seguridad en la costa atlántica. En la comuna local, el intendente Carlos Arroyo busca llegar a esa instancia con un reemplazante confiable de Julio Razona, el secretario de Seguridad municipal que anteanoche, una semana después de asumir, renunció porque le pedían que cambie a dos de los tres integrantes que había elegido para su equipo.
Las quejas por la forma en la que los propuestos subsecretarios Alejandra Rubianes y Fernando García López trataban al personal a cargo llegaron al gremio y de allí hasta el despacho del jefe comunal, que en reunión con Razona le aceptó un pedido de auditoría sobre la gestión de sus antecesores en el área por supuestas irregularidades. Pero al mismo tiempo le pidió que cambie a ese par de colaboradores. La respuesta que logró Arroyo fue un portazo.
“Estoy sorprendido y triste”, dijo Razona a la nacion ante la postura de quien lo había convocado para el cargo. “Donde manda capitán no manda marinero”, respondió el intendente, que se mostró fuerte en medio de este conflicto que afronta en su gabinete: “El titular de la seguridad soy yo y el que toma las decisiones soy yo”, insistió.
Una chance que se evaluaba ayer era que el reemplazante de Razona sería quien lo antecedió en el cargo: el actual jefe de conducción y formación de la Policía Local, comisionado Fernando Telpuk.
Las dudas no pasan por la capacidad de quien también fue uno de los jefes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, sino porque sus escasos meses de gestión como secretario de Seguridad estarían alcanzados por las denuncias de irregularidades planteadas por Razona. El secretario de Gobierno, Alejandro Vicente, ya firmó un decreto para que se haga la auditoría de lo actuado en esa área durante el gobierno de Gustavo Pulti.
Las sospechas implican revisar contratos por un total de casi 100 millones de pesos. Uno, por casi la mitad de esa cifra, a punto de firmarse con una empresa de seguridad para monitoreo de cámaras en vía pública; también alquileres de inmuebles, transporte de la Policía Local y baños químicos y oficinas móviles en dependencias que no requerían esos servicios. “Hasta se pagaban adicionales a una comisaría para cuidar un predio donde había 1000 policías locales armados”, resaltó Razona, alarmado.
Así como defendió la “idoneidad y capacidad” de Rubianes y García López, Razona resaltó la “transparencia y honestidad” del intendente. “Lo que queda claro es que él y yo tenemos tiempos diferentes”, acotó.
Entiende que Arroyo, que ni siquiera utiliza teléfono celular, no lo mantenía al tanto de situaciones inherentes a su área. Por ejemplo, ni le avisó que con otros jefes comunales se iba a reunir en La Plata con el ministro de Seguridad de la provincia, Cristian Ritondo, para pulir cuestiones ligadas al operativo Sol. Aunque el peor humor fue previo a la reunión que derivó en la presentación de la renuncia: el intendente lo hizo esperar cuatro horas en la puerta de su despacho.