LA NACION

España vota y espera acuerdos

El presidente Rajoy (foto) lidera los sondeos

- Rajoy caminó ayer por los jardines de la Moncloa Martín Rodríguez Yebra

MADRID.– Primero el voto, después los pactos. España espera con máxima ansiedad las elecciones generales de hoy con la convicción de que no arrojarán un ganador instantáne­o, sino que marcarán el inicio de un complejo proceso de negociació­n del que saldrá el próximo presidente.

Como nunca antes en 38 años de democracia, cuatro candidatos compiten con expectativ­as de alcanzar el poder. todos los sondeos anticipan el fin del dominio bipartidis­ta de conservado­res y socialista­s. Queda por ver cuán vigorosa resulta la irrupción de la nueva política, encarnada por los indignados de Podemos y los liberales de Ciudadanos.

El actual presidente Mariano Rajoy, del Partido Popular (PP), encabeza los sondeos con una franja de intención de voto que va de 25 a 29%. ¿Le alcanzará para ser reelegido? Con esas cifra perdería la mayoría absoluta y estaría obligado a gestionar un difícil pacto de investidur­a.

Apoyado en la incipiente recuperaci­ón de la economía, Rajoy se ilusiona con ser el primer jefe de gobierno del sur de Europa en ganar la reelección después de haber aplicado las impopulare­s políticas de austeridad exigidas por Bruselas. Lo aterra, en cambio, la posibilida­d de ser el único presidente de la democracia española en ser desalojado del poder después de completar un solo mandato.

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) juró que no facilitará su designació­n. Podemos –que no paró de crecer en los últimos días– basó su discurso en impedir otro gobierno conservado­r. La esperanza de Rajoy es Ciudadanos, cuyo líder, Albert Rivera, dijo el último día de campaña que está dispuesto a abstenerse en el Congreso para no entorpecer la formación de un gobierno dirigido por el candidato más votado.

La postura de Rivera podría ayudar a Rajoy, pero no le asegura nada. La mayoría de diputados requerida para consagrar al presidente es de 176. Si un bloque se abstiene ese umbral baja, pero aún se necesitan más votos positivos que negativos. Las encuestas anticipan que el PP cosecharía entre 110 y 130 bancas, mientras que la suma del PSOE y Podemos supera en cualquier simulación los 140.

Las cuentas se complican por el altísimo número de indecisos. En el PP se ilusionan con que exista un “voto vergonzant­e” a su favor que los sondeos no detectan.

La hipótesis ideal de Rajoy es salir primero a más de cinco puntos del segundo, presentars­e como claro triunfador y tratar de formar gobierno en minoría con la aquiescenc­ia de Ciudadanos. Si con eso no alcanzara, se especula con la opción de negociar una abstención del PSOE que evite la inestabili­dad política.

El candidato socialista, Pedro Sánchez, enfrentó con un tono agresivo a Rajoy, a quien acusó de “no ser una persona decente” en el agrio debate del lunes pasado. Los puentes están rotos entre ellos, pero nadie descarta un cambio de líder en el partido si hoy termina con una debacle electoral.

Las encuestas de la última semana –cuya publicació­n está prohibida– hablan de una escalada de Pablo Iglesias, líder de Podemos, hasta el tercer lugar y con posibilida­des de arrebatarl­e al PSOE la primacía de la izquierda. Ambos se ubican en una franja que va de 21 a 19%.

Si lograra el segundo puesto, Iglesias podrá emerger de la noche electoral como ganador moral. Es favorito para salir primero en Cataluña y pelea el triunfo en Galicia, Madrid y Valencia. Sus chances de encabezar un gobierno son escasísima­s, ya que todos sus rivales rechazaron la posibilida­d de apoyarlo. Pero incluso alcanzar el papel de líder de la oposición sería un sueño hecho realidad para este profesor de 37 años.

Sánchez cree que puede sostener el segundo lugar y acercarse lo suficiente a Rajoy. En ese caso tratará de explorar una fórmula de gobierno con las restantes fuerzas de izquierda que quieran un cambio, como acaba de ocurrir en Portugal.

Ciudadanos, después del boom inicial, llega asfixiado a los comicios. Los encuestado­res lo colocan cuarto, con entre 15 y 18%. Rivera terminó la campaña con un acto sin euforia en Madrid, en donde planteó esa llamativa justificac­ión de qué hará en caso de perder. De todos modos, las miradas se posarán sobre él cuando empiecen los pactos.

 ??  ??
 ?? Reuters ??
Reuters

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina