El PT recibe al nuevo ministro de Economía con los brazos abiertos
El oficialismo y movimientos de izquierda elogiaron la designación de Nelson Barbosa; reservas del sector empresarial
BRASILIA.– La salida del ministro de Economía Joaquim Levy, defensor de la economía liberal, y su reemplazo por el heterodoxo nelson Barbosa fueron recibidos ayer con satisfacción por el oficialista Partido de los trabajadores (Pt) y por los movimientos sociales y sindicales de izquierda, la base electoral de la presidenta Dilma Rousseff. Por su parte, los empresarios mostraron sus dudas en momentos en que nadie encuentra respuestas a la recesión que atraviesa el país.
El ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva fue el primero en saludar el ascenso de Barbosa, hombre de confianza del líder histórico del Pt. “Es una gran persona, tiene experiencia en administración pública, conoce la responsabilidad de poner al país en equilibrio fiscal y también tiene la sensibilidad para hacer una política de desarrollo y creación de empleos”, afirmó.
Levy, en la cartera de Economía, y Barbosa, al frente del Ministerio de Planificación, compartieron el comando económico del gobierno desde que Dilma asumió su segundo mandato, el 1° de enero pasado. Pero ambos adhieren a escuelas económicas opuestas, lo que puede explicar, al menos en parte, las constantes disputas que mantuvieron en el seno del gobierno, de las que Barbosa emergió victorioso la mayoría de las veces.
Dilma, que al parecer inclinó la balanza por Barbosa, postergó sus propios intentos de ortodoxia fiscal como estrategia de crecimiento a cambio de un esperado respaldo de las fuerzas de izquierda que lidera el Pt. Sobre todo en vista del juicio político que se intenta promover en el Congreso en contra de Dilma y que cuenta con el aval de la oposición y de parte de sus aliados.
“Se trata de un ministro con experiencia, con reconocidas cualidades técnicas, habilidad política y siempre abierto al diálogo”, dijo el presidente nacional del Pt, Rui Falçao. Otro funcionario del Pt, Carlos Henrique Árabe, dijo que la corriente que lidera –Mensagem, la segunda mayor del partido– apoya “íntegramente” la designación de Barbosa y espera que “el eje de la economía ahora sea la orientación del programa de gobierno elegido en 2014, aunque se puedan discutir los pasos para llegar ahí”.
Después de la reelección, Dilma ensayó un giro promercado con la designación de Levy. Pero a poco de andar, la atención de la vida pública se desplazó al escándalo de la petrolera estatal Petrobras, cuyos entreveros salpicaron al entorno de la presidenta, paralizaron la política y tensaron la economía. A eso se sumó el juicio político que se promueve en su contra por otros dos casos de irregularidades durante su gestión, y un nivel de popularidad que está por el piso. Sólo el 9% de los brasileños evalúa el gobierno como “bueno o muy bueno”. De ahí que Dilma busca reanudar el romance con la izquierda como baluarte.
“Demostramos una gran contrariedad con el ajuste fiscal. Queremos un guiño del gobierno a la izquierda, profundizando derechos de la clase trabajadora, de la juventud y de los movimientos sociales”, dijo la líder de la Unión nacional de Estudiantes, Carina Vitral, el miércoles pasado, luego de una manifestación de apoyo a Dilma. Dos días después, el guiño llegó.
El sector empresarial, sin embargo, recibió con reservas al nuevo ministro. La Federación de Comercio de San Pablo señaló que “el ciclo de recesión sólo será revertido a partir de señales concretas de que las reformas y los ajustes necesarios serán aprobados, restableciendo, de esa forma, la confianza de los agentes económicos y la reanudación de las inversiones”.