Leyes y deudas, el cóctel que negocian Vidal y los intendentes
A cambio de apoyos para el presupuesto, los municipios en crisis exigen fondos para sueldos, y los desendeudados, obras públicas
Por el número y complejidad de las leyes a tratar y la cantidad de actores que exigen tener lapicera para hacer correcciones, María Eugenia Vidal deberá resolver un complejo cóctel de intereses si espera aprobar antes de fin de año el presupuesto bonaerense.
además de la “ley de leyes”, la gobernadora necesita que dos tercios de los legisladores (cuota imposible sin el kirchnerismo) acepten un pedido de endeudamiento presentado en $ 94.000 millones, pero que luego de algunas precisiones y la devaluación alcanzaría los $ 109.000 millones: de un plumazo se duplicaría la deuda actual de la provincia.
Vidal también espera aprobar la emergencia en seguridad e infraestructura y, en coincidencia con el massismo, una norma que elimine las reelecciones indefinidas de los intendentes. El kirchnerismo, a su vez, evalúa exigir que se validen por ley las policías locales, que el ex gobernador Daniel Scioli creó por decreto, por el rechazo del massismo.
Todo se haría en una misma tarde, en una sesión casi simultánea de las cámaras de Diputados y Senadores. Descartada la posibilidad de sesionar pasado mañana, la cita decisiva se haría al filo del fin de año, el 29 de diciembre.
Pero el drama no termina allí, sino que empieza por el hecho de que tanto el kirchnerismo como el massismo cuestionan los números del presupuesto y, principalmente, el endeudamiento solicitado.
El massismo deberá hacer equilibrio entre sus críticas y el hecho de que, en acuerdo con Pro, se quedó con la presidencia de la Cámara de Diputados, lo que lo obliga a garantizar la aprobación de las leyes que Vidal reclama. El kirchnerismo, no.
ayer, intendentes, diputados y senadores del Frente para la Victoria se reunieron en la sede porteña del PJ para unificar las correcciones que exigirán a Vidal. En principio, reducir a la mitad el endeudamiento. “No queremos poner palos en la rueda, pero pretendemos volver a gobernar en 2019 una provincia que no esté hipotecada”, le dijo a la nacion Jorge Ferraresi, intendente de avellaneda.
“Hay pocas precisiones acerca de para qué se solicita parte de la deuda y ninguna sobre el destino de los fondos para obras. Lo mismo que con las emergencias de seguridad e infraestructura: tiene que haber garantías de control parlamentario de esos recursos”, agregó el diputado Fernando Navarro.
Estos reclamos, que los legisladores del kirchnerismo trasladarán al papel en los próximos días, conviven con otras demandas más urgentes y menos visibles, que los intendentes ya hicieron llegar a Vidal. Son pedidos de fondos, a cambio de apoyos para aprobar el endeudamiento.
El primer grupo lo integran una veintena de intendentes sin recursos para sueldos y aguinaldos. La mayoría recién llegan al poder y son de Cambiemos (Mar del Plata y La Plata, los más graves), pero también hay kirchneristas, como Merlo (adeuda sueldos de noviembre y requiere $ 65 millones), Moreno y azul. En la provincia creen que deberán transferir no menos de $ 500 millones, antes de fin de año, para evitar que estos distritos colapsen.
El segundo grupo lo integran otra decena de intendentes, en su mayoría kirchneristas y massistas, con gestiones ordenadas y que este año se hicieron cargo de obras provinciales y no recibieron los fondos de Scioli. La “herencia” alcanzaría los $ 2000 millones, con La Matanza como principal acreedor ($ 600 millones). Vidal espera saldar esa deuda a partir de enero.
El tercer grupo, de todos los colores políticos, reúne a intendentes con gestiones ordenadas y que pretenden que el presupuesto diga específicamente cuántos recursos para obras recibirán en 2016.
Para todos ellos, la respuesta de los funcionarios de Vidal es la misma: “La provincia está en la misma situación que la de los peores municipios. Necesitamos que aprueben nuestro endeudamiento para poder pagar sus deudas y sus obras”.
El cóctel podría sumar otro ingrediente: sottovoce, los intendentes quieren que se prorrogue la entrada en vigencia de la ley de paritarias municipales, que disparará sus gastos en sueldos. Podrían hacerlo por ley, pero prefieren que lo haga Vidal, por decreto. El costo político, a cambio del endeudamiento.