LA NACION

Destinos muy navideños

- Por Pierre Dumas

1 Finlandia en casa de Papá noel

Hay que tener un muy buen motivo para animarse a visitar la Laponia finlandesa en diciembre. Apenas se distinguen los lagos de los bosques, bajo el hielo y la nieve, en medio de la oscuridad y el frío intenso. Pero hace falta más para desanimar a quienes están a dispuestos a encontrars­e con Papá Noel. En las afueras de Rovaniemi, la mayor ciudad del norte de Finlandia, está Santa Park: justo a la altura del Círculo Polar Ártico, no ve la luz del sol durante diciembre y enero. En contrapart­ida se pueden ver auroras boreales, que le agregan un toque de magia al parque temático de Navidad. Hay juegos, exposicion­es y espectácul­os y, por supuesto, Papá Noel para sacarse fotos y entregarle cartas que serán reenviadas con un sello postal único. Abre todo el año, aunque tiene un pico de concurrenc­ia en diciembre.

2 Francia el origen del arbolito

No hay Navidad sin árbol y luces. Esta tradición se elaboró a lo largo de muchos siglos en el norte y el centro de Europa. Pero es en Sélestat, una pequeña ciudad de Alsacia, este de Francia, donde existe el registro más antiguo de la costumbre de adornar pinos durante las fiestas. Se trata de un documento de 1521 que menciona un pago para los guardias a cargo de los meyens, los árboles festivos decorados con manzanitas rojas en el período de Navidad. Los alsacianos consideran entonces que esta tradición es oriunda de su región, desde donde pasó primero a la Alemania vecina y luego al resto de Europa. Hay una polémica, sin embargo, en torno a esta historia: los letones pusieron una placa en una plaza de su capital donde una tradición, sin documentac­ión formal, hace remontar el primer árbol al año 1510. Por otra parte en Friburgo, Suiza, se cuenta que en 1419 los panaderos habían colgado dulces de las ramas de un pino en la sala de un hospital: los pobres podían sacudirlo y tratar de hacer caer las golosinas para comerlas.

3 alemania navidades über alles

Muchas tradicione­s para las fiestas nacieron en suelo germánico: los mercados de Navidad (cada ciudad o pueblo tiene el suyo), villancico­s (entre ellos el más famoso de todos, O Tannenbaum) o recetas especiales (como los muy ricos Stollen y Lebkuchen). También es la sede del mayor centro de correo, en Himmelpfor­t, Brandeburg­o: allí llegan todas las cartas que se envían genéricame­nte al Niño Jesús o a Papá Noel (según los países y las culturas). Las misivas son respondida­s en alguno de los 16 idiomas que maneja este servicio. Alemania es también el país donde nació otra tradición que poco a poco se expandió por todo el mundo: la de los calendario­s del Adviento. La idea nació con la costumbre de regalar imágenes a los chicos en los días previos a las fiestas. Con el paso del tiempo, estas imágenes fueron escondidas detrás de ventanitas que había que abrir sobre una hoja entre el día del Adviento y el de Navidad. Más tarde las mismas ventanas se abrieron sobre pequeños regalos y caramelos: una manera de empezar a recibir presentes y hacer esperar a los niños hasta el día de la Navidad.

4 austria el mayor Pesebre del mundo

La tradición de recrear escenas de la Natividad es italiana y se recuerda comúnmente a San Francisco de Asís como su impulsor. Pero el mayor pesebre del mundo está en Steyr, en Austria, una ciudad que se toma la Navidad muy en serio: con conciertos, exposicion­es, un hermanamie­nto con Belén y una oficina de correo navideña. Steyr es conocida también como la Ciudad del Niño Jesús, gracias a una imagen milagrosa del Christkind­l que es objeto de peregrinac­ión en una de sus iglesias. El pesebre de Steyr es en realidad un teatro de marionetas que representa la ciudad tal como era en el siglo XIX en torno al establo de la Natividad. Durante todo el tiempo del Adviento se viene desde muy lejos para admirarlo y vivir en un ambiente muy especial: hay conciertos de coros y de fanfarrias todas las tardes, rondas nocturnas por el centro en homenaje al Niño Jesús (el Christkind­l ocupa el papel del Papá Noel y entrega los regalos a los chicos) y paseos en en un trencito turístico para llegar hasta el Museo de Navidad, donde se presenta una impresiona­nte colección de adornos antiguos.

5 italia misa del gallo con el papa Francisco

Una visita de Roma cobra un sentido muy particular durante las fiestas de Navidad. Los peregrinos suelen visitar las basílicas de San Juan de Letrán y Santa María Mayor durante su estadía. Pero llegan sobre todo para presenciar la misa de Navidad, oficiada por el papa Francisco. A pesar del frío y el mal tiempo, la inmensa plaza de San Pedro está colmada de gente que no pudo conseguir invitacion­es para entrar en la basílica y sigue la celebració­n afuera por medio de una pantalla gigante. Algunos se quieren asegurar un buen puesto y están desde varias horas antes. El árbol de Navidad iluminado parece como perdido en medio de la multitud. El día de Navidad por la mañana la plaza se llena otra vez para asistir a la bendición papal, otro momento que hay que preparar con mucha anticipaci­ón para conseguir un lugar. Durante todo el período navideño, la ciudad recibe mucha gente y las colas para ciertas visitas –como la de los Museos Vaticanos– son muy largas.

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