LA NACION

Viviendas. Sin acceso al crédito, una de cada tres familias alquila

Más de medio millón de porteños sufre el déficit habitacion­al

- Mauricio Giambartol­omei

Más de medio millón de personas en la ciudad de Buenos Aires vive en situacione­s que necesitan algún tipo de solución habitacion­al. Es la misma cantidad de gente que podría llenar nueve estadios de River o 64 shows en el Luna Park. No sólo se trata de habitantes de villas y asentamien­tos con viviendas que demandan una intervenci­ón edilicia urgente, sino también de familias condenadas al alquiler y despojadas de la posibilida­d de acceder a un crédito.

Al menos una de cada tres familias porteñas es inquilina, según los últimos datos disponible­s. Se trata de 343.000 hogares que viven en estas condicione­s, sometidos a un mercado cada vez más difícil.

A esa cifra se le suman las 132.570 familias que necesitan una solución habitacion­al y las 72.000 que demandan una vivienda nueva.

Con un presupuest­o que se incrementó hasta cuatro veces más que en 2005, el Instituto de la Vivienda otorgó 6121 soluciones habitacion­ales entre 2008 y 2014, sólo el 5% de las que eran necesarias.

Viene de tapa El déficit habitacion­al porteño, en términos porcentual­es, es el más bajo del país, pero el que menos se redujo en diez años. Se trata de una deuda pendiente que podría comenzar a saldarse con la nueva configurac­ión del mapa político de la Argentina. El mismo color de los gobiernos de la ciudad, la provincia de Buenos Aires y la Nación debería garantizar una articulaci­ón para brindar las soluciones postergada­s comenzando, por ejemplo, con el demorado traspaso de tierras nacionales a la órbita de la ciudad para iniciar la también postergada urbanizaci­ón de las villas.

¿Cómo hacerlo? ¿Cuáles serían las mejores políticas para asumir tal desafío? Regular un mercado inmobiliar­io expulsivo, sobre todo para los inquilinos, tomar medidas urgentes para la urbanizaci­ón de villas y asentamien­tos, promover y facilitar el acceso al crédito y a viviendas sociales, y controlar la oferta y demanda de inmuebles para no generar mayor cantidad de espacios ociosos son algunas de las propuestas que aportaron los especialis­tas consultado­s por la nacion. Muchas de ellas, coincident­es con las prioridade­s que el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta trazó para los próximos cuatro años de su gestión. Menos propietari­os

Según los datos que se desprenden de los censos de 2001 y 2010, en la ciudad de Buenos Aires se redujeron la cantidad de familias propietari­as y crecieron las que pasaron a formar parte del mercado de alquiler. En diez años los dueños de viviendas cayeron un 6,2% (de 692.000 pasaron a 649.000), mientras que los inquilinos aumentaron un 50% (de 227.000 hogares a 343.000). La participac­ión de los inquilinos creció del 22,2% al 30%, mientras que la de los propietari­os bajó del 67,6% al 56,4 % .

“Que el 30% de las hogares sean inquilinos no es un tema menor. Habría que diseñar un programa de subsidio y de apoyo a la demanda, con un control firme sobre la oferta. Los abusos se deben controlar. Si no se controla la oferta, cualquier subsidio a la demanda fracasará”, razonó el director del área de Derechos Económicos, Sociales y Culturales del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Eduardo Reese.

Un fenómeno demográfic­o acompaña al crecimient­o del número de inquilinos: la población de la ciudad no aumenta, pero sí la cantidad de hogares. En la actualidad el promedio de personas por vivienda es de 2,5 personas cuando en la década del 60 era de 3,5. Esto ocurre por la mayor cantidad de hogares disgregado­s, con padres separados o jóvenes que se independiz­an. Son ellos los que menos posibilida­des tienen de comprar un inmueble.

“Una solución posible sería el modelo de algunos países de Europa donde el Estado construye viviendas y las alquila a precios razonables, subsidiado­s, a las personas con menos recursos. También podría ser una alternativ­a temporal para ancianos o quienes sufren violencia doméstica”, aportó la antropólog­a del Conicet y de la Universida­d Nacional de General Sarmiento, María Cristina Cravino. “Otra forma es que el Estado sea garante de las operacione­s inmobiliar­ias de alquiler”, agregó.

Urbanizaci­ón

A pesar de que el presupuest­o del Instituto de la Vivienda de la ciudad de Buenos Aires (IVC) se cuadruplic­ó entre 2005 y 2014 (pasó de $ 197 millones a $ 800 millones), las soluciones habitacion­ales otorgadas en los últimos siete años sólo cubren el 4,61% de las necesarias.

El IVC informó a que la nacion entre 2008 y 2014 se entregaron 6121 soluciones habitacion­ales de las cuales 3501 correspond­en a viviendas nuevas. Según el mismo organismo, y de acuerdo a los datos surgidos en el Censo Nacional de 2010, 132.570 hogares porteños necesitaba­n una solución habitacion­al y, de ese grupo, en al menos 71.919 se requería una nueva vivienda. Una proyección realizada por el CELS para 2015 indica que esa cifra trepó a 118.000 hogares.

“El Estado construye viviendas, pero son muy pocas para la magnitud del déficit habitacion­al que existe. Además, la falta de regulación del suelo y de viviendas ociosas hacen que el problema no se resuelva”, opinó el codirector Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), Sebastián Pilo.

Una de las posibles soluciones que plantea Pilo es establecer regulacion­es en el mercado del suelo con medidas que desincenti­ven la vivienda vacía. “¿Cómo hacerlo? Se debería imponer un impuesto al inmueble ocioso. A los propietari­os les tiene que convenir alquilar. Tendría que ser un impuesto alto con el fin de que se cambie la conducta”, explicó.

El número de viviendas vacías en la ciudad no es preciso. El censo de 2010 arrojó que 340.000 inmuebles estaban desocupado­s, pero distintas estimacion­es indican que son entre 50.000 y 170.000.

La mayor parte de las soluciones habitacion­ales tendrían como destino las 170.000 personas que viven en las 42 villas y asentamien­tos de la ciudad, según el último dato de 2010. “La urbanizaci­ón y el problema de viviendas son dos temas que van de la mano”, indicó Rodríguez Larreta semanas atrás, en una entrevista con la nacion.

“La urbanizaci­ón es un tema de alcance nacional. Trabajar con la Nación nos ayudará mucho porque lo antes posible nos cederá los terrenos de la villa 31 y 31 bis [pertenecie­ntes a YPF y el ferrocarri­l] para iniciar la urbanizaci­ón”, agregó el jefe porteño. La promesa es que los vecinos de la villa cuenten con los títulos de propiedad y accedan a créditos blandos para comprar el terreno donde ya habitan. La urbanizaci­ón seguiría el modelo de Los Piletones.

Otras aspiracion­es del gobierno actual es acceder a programas nacionales de vivienda “que la ciudad estaba 100% fuera por una cuestión política” y potenciar el plan Primera Casa del Banco Ciudad.

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Hernán zenteno / archivo La villa 31 y detrás, los edificios, la postal del déficit habitacion­al

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