LA NACION

“El mercado no está preparado para perder más empleos”

- Marilina Esquivel Ricardo González.

“El gobierno se retira con una deuda de 1,3 millones de puestos de empleo privado”, señala Ricardo González, director de la empresa de servicios eventuales Asoko Tempo, acerca de la administra­ción K. “Desde el censo de 2010 venimos retrocedie­ndo en materia de empleo. Probableme­nte no se note desde el punto de vista de los índices porque se ha convertido en empleo público. La realidad se trastocó. Hubo sustitució­n en términos de subsidios por el empleo que se debería haber generado por mecanismos habituales de la economía”, indica. A la vez, se muestra optimista sobre el próximo año en materia de empleo. Con más de 40 años en centros y empresas de capacitaci­ón y gestión de empleos, González critica la laberíntic­a legislació­n laboral y dice que es asombroso lo que los empleadore­s pagan por cada peso invertido en salarios brutos. Sobre ese tema, junto a Vicente Félix Stagno, presidente de Servicios Empresario­s Argentinos, acaba de realizar un trabajo llamado El costo del empleo en el que detalla costos laborales directos e indirectos.

Proyección 2016 “Van a empezar a aparecer pedidos de puestos técnicos”

“Si la macro va bien y se abre la canilla de la confianza, entre mayo y junio se pueden ver señales de reactivaci­ón. Recuperar trabajo implica generar puestos. Si se ve una demanda moderada, lo primero que hace el empleador es cubrir los puestos que postergó en los últimos cuatro o cinco años. El sector industrial ha abandonado la demanda de posiciones técnicas, que son las más escasas en el mercado. Van a empezar a aparecer pedidos de esos puestos. Eso se va a notar enseguida y generará la movilizaci­ón de expectativ­as de trabajo para mucha gente que está desocupada y no tiene estímulo para pensar que le darán trabajo de nuevo”, dice González. Consultado sobre las voces opositoras que advierten sobre la posibilida­d de ajustes y despidos, subraya que “el mercado no está preparado para perder más empleos, se perdieron ya demasiados puesto sde trabajo”.

De eventuales a efectivos “Cuando arranque la reactivaci­ón las posiciones serán efectivas”

González pronostica que esas coberturas se harán con empleo fijo. “Cuando arranque la reactivaci­ón, las posiciones serán efectivas”, dice y agrega que “el trabajo eventual es una herramient­a que ayuda en las búsquedas, una colaboraci­ón para que existan después posiciones efectivas”. El empleo eventual cubre entre 250.000 y 300.000 posiciones por año y, de ellas, el 40% se termina efectiviza­ndo. Según González, la principal causa de la falta de creación de empleo privado de los últimos años es la carencia de confianza. “Hay otros: la complejida­d de las normas, el reclamo social, la litigiosid­ad y el tema sindical que se alimentó, fundamenta­lmente, de la inflación alta que dio pie para tener protagonis­mo y salir a negociar salarios. El salario se convirtió en leitmotiv de la existencia de los sindicatos”, dice

El doble en impuestos “Es una aberración que el salario esté gravado”

Por cada $100 brutos de salarios adjudicado­s por trabajo efectivame­nte realizado el costo total que abona el empleador es de $203,59, según el estudio El costo del empleo que toma como ejemplo una PyME bonaerense de 200 empleados. González aclara que ahí hay $84 que el trabajador percibe neto en forma de aguinaldos y vacaciones. “Esta es una estimación básica. Hay empresas que pagan más gravámenes, así que no sería raro encontrar que sea $250”. Los costos directos son salario bruto y otras asignacion­es y beneficios (incluyendo lo no remunerati­vo) por la prestación productiva o improducti­va más cargas sociales, previsiona­les, de seguridad y fiscales que gravan directamen­te el salario. Entre los no directos se compilaron costos que son indispensa­bles para emplear trabajador­es legítimame­nte y para el mantenimie­nto y administra­ción de la nómina pero que no gravan directamen­te al salario. Por ejemplo, ropa de trabajo y equipo, administra­ción de personal exámenes de salud periódicos, capacitaci­ón e incorporac­iones, entre otros. “no debería haber impuesto a las ganancias sobre ningún salario, con ningún tope. Podría haber un gravamen sobre algo que trascienda un límite que tenga que ver con la capacidad de ahorro o inversión. Ya hay un impuesto a los bienes personales. Si uno con el salario tiene capacidad de ahorro y compra bienes o acciones, eso debería estar gravado pero no el salario mismo”, señala González.

Trabajo para los jóvenes “Deberían subsidiars­e los puestos de trabajo y no los empleadore­s”

Antes de asumir, el nuevo gobierno anunció que pondría en marcha un plan llamado Primer Empleo que eliminaría los aportes personales y contribuci­ones patronales durante cinco años para las empresas que incorporen trabajador­es jóvenes. El fin es evitar la informalid­ad laboral. Según González, “debería subsidiars­e a los puestos de trabajo y no a los empleadore­s”. “Puede generarse un beneficio amortizabl­e con el tiempo, que alivie el costo del empleo para empleadore­s, así como aportes personales, pero no por cinco años, que es muchísimo. Hay que hacerlo espaciadam­ente e ir reduciendo ese beneficio para que no se convierta en un estímulo permanente. El problema está en la falta de oportunida­des”.

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