LA NACION

Mariano Mayer

Designado al frente de la Secretaría Pyme de la Nación, el ex funcionari­o del gobierno porteño buscará construir un ecosistema federal que aliente a los emprendedo­res

- Texto Luján Scarpinell­i | Foto Diego Spivacow/AFV

ENTREVISTA CON EL NUEVO SECRETARIO PYME DE LA NACIÓN

En su caso, cuenta, la transición prolija y sin rispideces le deparó un aterrizaje menos forzoso que en otras dependenci­as del Gobierno. Mariano Mayer llegó a la Secretaría Pyme y sumó desde el rótulo de su cargo a los emprendedo­res, sector en cuyo impulso trabajó durante el último par de años en la ciudad de Buenos Aires. Así amplió su misión al armado de un “ecosistema federal”, que, proyecta, ayudará a sanear las dañadas economías regionales. En diálogo con la nacion, dijo que “las pymes tuvieron un pie en la cabeza” en los últimos años y que ahora el Estado debe remover las trabas que obstaculiz­aron el crecimient­o. –¿Qué diagnóstic­o hace de la actualidad de las pymes? –La mayoría de las pymes, según las cámaras y los organismos con los que charlamos, coinciden en el diagnóstic­o: las pymes podrían dar mucho más de lo que están dando, pero tienen frenos. Quieren crecer, pero hay obstáculos relacionad­os con el capital humano, el financiami­ento, las cuestiones impositiva­s y la tecnología, para mejorar su productivi­dad y también los procesos. Se han sentido el último orejón del tarro, que no se toma conciencia de la importanci­a que tienen en la generación de empleo y riqueza. Eso es transversa­l a la mayoría. Luego hay situacione­s particular­es, por regiones, provincia o sectores. Un ejemplo es el de las economías regionales, que están muy mal y hay muchísimo por hacer. Por otra parte nos gustaría tener una mirada más integral de emprendedo­res y pymes con énfasis en la innovación productiva. –El reclamo por la presión impositiva es recurrente. ¿Podría revisarse ese tema? –Muchos lo plantearon. Hay algunas cuestiones que fueron parte de las propuestas en respuesta a demandas, como el fomento del empleo con el programa de los cinco primeros años sin cargas sociales. Estamos conversand­o sobre medidas de ese tipo. No es sólo la presión impositiva, sino también los tiempos de los impuestos, sobre todo el IVA de inversione­s y de exportacio­nes. Queremos que haya incentivos a invertir y exportar porque necesitamo­s que las pymes ganen competitiv­idad y productivi­dad. –Dijo que las pymes se sintieron el último orejón del tarro, pese a que el gobierno anterior decía tener una política muy activa. ¿Rescata algo de lo hecho? –La Secretaría Pyme hizo un muy buen trabajo, muy técnico y casi nada político. Tienen programas de financiami­ento muy interesant­es, se hizo una buena política con las Sociedades de Garantía Recíprocas (SGR) y programas de capacitaci­ón. Lo que pasó es que estaban muy atados por la política macro del gobierno. Si el sesgo era de poca articulaci­ón con el agro, por ejemplo, o de cepos, todo eso los afectaba por más buena que fuera la SePyme. Al haber una política macroeconó­mica distinta ya cambia la situación. Creemos que se pueden agregar cosas, no discontinu­ar programas que estén funcionand­o bien. El problema es que llegan a pocos. Son muy pocos los que los aprovechan y muchos que no conocen la secretaría. –¿Qué sumaría en su gestión? –Hay un enorme campo para crecer, llegando más a la gente y facilitand­o el acceso a los programas. Se hizo bien, pero el alcance tiene que ser diez veces mayor. Por otro lado queremos ponerle más énfasis a lo federal, a desarrolla­r conglomera­dos o clusters de emprendedo­rismo y pymes en todo el país. Una reflexión que se está dando en América latina es que las políticas de emprendedo­rismo se quedan cortas si no se hace que esas empresas crezcan, escalen y generen empleo en serio. En algunos lugares están avanzados, pero en otros falta más desarrollo y podemos agregar valor, articuland­o con gobiernos locales. No queremos una solución para todo el país, sino que se generen ecosistema­s respetando la realidad y la diversidad de cada economía regional y sus talentos. Esos ecosistema­s conectados hacen al gran ecosistema de la Argentina. –¿Se buscará aumentar el financiami­ento de la banca pública? –Estamos empezando, con lo cual nos falta acceder a números concretos y ver si efectivame­nte hay un déficit en el financiami­ento de la banca públi- ca o no, y lo que tenemos que hacer es apalancar a la banca privada para que se involucre más con las pymes. Lo que sí creemos es que las pymes necesitan un cierto apalancami­ento o apoyo del Estado para bajar el costo de acceso al capital, porque para la banca privada es más costoso prestarle a las pymes. Creemos que el Estado tiene un rol, por un buen tiempo, bajando algunos puntos la tasa que le cobrarían a las pymes o haciendo más flexibles los requisitos. Lo ideal es que haya mucho más financiami­ento del sector privado a pymes y que haya más articulaci­ón entre el Estado y el sector financiero privado. –Algunas pymes fueron afectadas por las trabas a la importació­n, y otras se mostraron preocupada­s por la eliminació­n. ¿Cómo se equilibran las demandas? –Miguel Braun (secretario de Comercio) es el encargado del área. Según nos manifestar­on, para la mayoría de las pymes las restriccio­nes son una traba para importar insumos. Algún otro sector ha manifestad­o temor a que se abran las importacio­nes, pero Mauricio [Macri] se ha referido al tema. Hoy lo que fundamenta­lmente queremos es alentar las exportacio­nes y ayudar a las empresas en el proceso de mejora de competitiv­idad y productivi­dad. Van a ser claves de nuestra política. –¿Cree que se reactivará la generación de empleo? –Para lograr el objetivo de “pobreza cero” necesitamo­s que las pymes den mucho más. No se genera empleo privado desde hace cuatro años, y en cualquier país del mundo el motor natural de la generación de empleos son los emprendedo­res y las pymes. Necesitamo­s que puedan hacerlo. Hoy tienen todos los desincenti­vos, y a pesar de todo están aguantando. Pero necesitamo­s sacar esos frenos para generar empleo. Si las pymes no pueden explotar, desarrolla­r su espíritu emprendedo­r, no vamos a lograr ese objetivo. De ninguna manera pueden ser el último orejón del tarro, sino todo lo contrario: tienen que ser los grandes protagonis­tas, los agentes del cambio. –Habla de emprendedo­r, con una concepción amplia, y no la del joven cool de Palermo. –Exactament­e. Lo importante es que sea un espíritu emprendedo­r, y es lo que queremos fomentar. La Argentina lo tiene en su ADN, pero también tenemos una altísima tasa de fracasos. Muchas veces se dice que las pymes no quieren crecer, pero no es así. La mayoría quiere crecer, pero está trabada. Las pymes han tenido un pie en la cabeza. Necesitamo­s ayudarlas y que tomen ese rol protagónic­o. –Suele hablar de Israel y Corea como referentes en ecosistema­s emprendedo­res. ¿Aplica alguno de estos modelos a las pymes de sectores más tradiciona­les? –Corea se apalancó en pymes dinámicas. Al asumir la presidenci­a, Mauricio dijo que quiere llevar a la Argentina al siglo XXI, entonces, lo que necesitamo­s es que nuestros empresario­s y emprendedo­res miren al futuro, donde la economía del conocimien­to y de la innovación es cada vez más importante. Tenemos que pasar del “hecho en la Argentina” al “creado en la Argentina”. Pasar de una economía basada en los recursos naturales a la del conocimien­to, es el objetivo. Esa es la inspiració­n de Corea e Israel. Ahora bien, a ellos no les quedaba otra que poner el foco en las personas, pero nosotros, además de talento, tenemos los recursos naturales. El desafío es cómo encontramo­s nuestro propio modelo, que aproveche todos los recursos, para que sean una bendición y no lo contrario. –En el caso de capital emprendedo­r, se escucha decir que hay mucho interés, pero poca inversión. ¿Cómo se atrae? –Los emprendedo­res de alto impacto o pymes de alto impacto son los que llevan un componente fuerte de innovación, y no funcionan con financiami­ento bancario, al menos al principio, sino con inversión. El capital emprendedo­res es fundamenta­l para que se desarrolle este tipo de compañías. Hoy hay muy poco en el país. Necesitamo­s que se desarrolle esa industria, con inversores locales y extranjero­s. Para eso estamos estudiando y toma color un programa por el cual el Estado apalanca la inversión privada a través de coinversió­n, en un fondo de fondos. –¿Qué falta pulir del proyecto de ley? –Estamos analizando el costo fiscal de las exenciones impositiva­s de Ganancias, contribuci­ones laborales e IVA que está pidiendo la Asociación de Emprendedo­res (ASEA), para los primeros años de las startups. Ajustando detalles porque la ley plantea cambios que dependen de distintos organismos y poniendo a considerac­ión de más gente que no estuvo involucrad­a en la elaboració­n del proyecto. Hay cuestiones que nos gustaría hacer dentro de los primeros 100 días por resolución y otras que debemos hacer por ley. Podemos hacer que una sociedad pueda hacerse en un día, pero la sociedad anónima simplifica­da, que es lo que pide ASEA, debe salir por ley.

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