LA NACION

Las burbujas se multiplica­n

La mayoría de las marcas tiene su versión, como una manera de diversific­arse

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La mayoría de las bodegas lanzó este año su marca de espumante para aprovechar capacidad instalada y aumentar su oferta.

Las bodegas argentinas se entusiasma­ron con las burbujas. En los últimos tiempos son varias las firmas que agregaron a su portfolio de vinos su propia versión de espumante, la única categoría del sector que este año mantuvo su nivel de consumo, mientras el resto muestra números en caída.

Son varias las razones que apuntalan esta tendencia. Entre ellas se destaca el hecho de que es relativame­nte sencillo elaborar un espumante una vez que ya se produce el vino de base, la desestacio­nalización que en los últimos años tuvo esta bebida y la necesidad de no quedarse atrás respecto de competidor­es que ya hicieron su lanzamient­o.

DESESTACIO­NALIZACIÓN

Desde las marcas se trabajó mucho para lograr que el espumante no sea solamente tomado en momentos especiales o en las fiestas de fin de año. Esto incluyó toda una movida que instaló la coctelería con esta bebida. “Ya hay varios bartenders que los incluyen como base para sus cócteles”, dice Fernando Gouiran, director de comunicaci­ones de Moett Hennessy, bodega que comerciali­za en la argentina la marca chandon.

Parte de la desestacio­nalización también se trasluce en la inversión de marketing durante todo el año, para fomentar el consumo en todos los meses. “Hace 10 años, 80% del volumen se consumía en las fiestas de fin de año, mientras que ahora es más repartido en todos los meses”, dice Gouiran.

CONSUMO ESTABLE

No todos los segmentos andan igual. Según cuenta Rafael Squassini, gerente comercial de Bodega Dante Robino, que produce y vende el espumante Novecento, el consumo del champagne de precio bajo cae un 5% y el del medio un 5%, pero el premium sube un 3% y súper premium, un 23%. “El consumo se cae en casi todo, el espumante lo que hace es aguantar la caída. El espumante es el que salva la ropa en el sector”, dice el empresario.

¿Por qué se mantiene? Por un lado ayuda todo lo que es la coctelería, donde hoy hay toda una movida con bartenders que incluyen espumantes en los tragos. “Pero aparte de todo eso, todos los lugares de alta gama incorporar­on un montón de etiquetas nuevas que llevan a que se venda más. Hay grandes eventos, como arteBa o el abierto de Polo de Palermo, donde el espumante copó todo. Hoy tomar espumante es cool”, explica Squassini.

CAPACIDAD INSTALADA

otras de las razones por las que comenzaron a proliferar las nuevas etiquetas es la capacidad ociosa que tienen algunas bodegas. “Hay mucha capacidad instalada, porque algunas empresas de marcas no conocidas vieron una veta de negocio e instalaron plantas aptas. Hay firmas que le hacen la fermentaci­ón y el envasado a 15 bodegas distintas –comenta Federico Ruiz, brand ambassador de Nieto Senetiner–. además, el proceso de la elaboració­n es relativame­nte sencillo, y después les sirve como complement­o de su portfolio.”

En la argentina se venden 55 millones de botellas anuales (5 millones van al mercado externo), lo que equivale a 10% de la totalidad de vino argentino que se vende en un año.

GIRO SALUDABLE

Fernando losilla, enólogo de las Perdices, bodega que tiene su línea de espumantes, afirma que el auge de lanzamient­os se debe también a que las bodegas mejoraron la calidad de sus espumantes, con mejor variedad de los vinos base, y todo eso se tradujo en un mejor producto. Es más, este progreso también se ha dejado llevar por la necesidad de mostrarse más saludable. “Siempre se impuso el extra brut, pero hoy por hoy hay una tendencia a consumir menos azúcar, entonces la gente demanda mucho el Brut Nature, el Brut y el Nature”, detalla losilla.

Según su grado de azúcar van, de menos a más, el Nature (menos de 3 gramos), Brut Nature (de 3 a 7 gramos), Extra Brut (menos de 11 gramos, con una media de 8 gramos), Brut (menos de 15 gramos, con un promedio de 11), Demi Sec (de 15 a 40 gramos), Dulce (de 40 a 60 gramos) y Extra dulce (más de 60 gramos).

OFERTA AMPLIA

Hay para todos los gustos y de todos los precios. Por ejemplo está Federico de alvear ($ 45), en gama baja; Novecento ($ 80), en gama media, y chandon Extra Brut ($ 130), en gama alta. En lo que respecta al segmento premium va desde un Baron B ($ 270) hasta un Don Perignon ($ 3900).

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