La eliminación del cepo y la devaluación se hicieron sentir en las cotizaciones de los activos
Con una alta volatilidad, el mercado todavía no procesa la modificación del tipo de cambio
Diciembre cumplió con lo que prometía: elevada volatilidad (por momentos extrema) y un reacomodamiento de los precios del mercado a un nuevo marco cambiario. A nadie debió causarle sorpresa.
la posibilidad de decisiones financieras clave era más que alta desde el cambio de gobierno. Y las medida comenzaron a llegar en la semana que terminó. la más relevante no esconde misterio y se encuentra en la finalización del cepo cambiario –que regía desde octubre de 2011–, y la unificación del tipo de cambio con la desaparición de los múltiples valores para el dólar con los que convivían los argentinos.
El mercado aún digiere y procesa este movimiento y seguirá haciéndolo en los próximos días, con lo que eso implica en el comportamiento de las cotizaciones.
los arbitrajes entre activos serán protagonistas en este escenario, aunque el inversor deberá tener en cuenta que contará con sólo seis días hábiles en lo que resta del año, ante la proximidad de los feriados por las Fiestas.
Es importante ubicarse en los precios con los que terminó la semana. El tipo de cambio oficial cerró el viernes en niveles de $ 13,40, y de $ 13,90 en las pantallas minoristas; esto implica un salto de 37%, y poco más de 38% respecto del día 11 de este mes.
El contado con liquidación y el marginal cayeron 9,5 y 4,5%, respectivamente, hasta ubicarse en $ 13,70 y $ 14,20. Esto llevó a un reacomodamiento de las brechas.
Hoy, el gap entre el dólar marginal y el BcRA3500 es de 6%, contra 52% de hace una semana; mientras que la brecha entre el contado con liquidación y el BcRA3500 pasó de 55 a 2 por ciento. Éstas deberían confluir o mantenerse, si se tiene en cuenta el comportamiento histórico, a niveles de entre 1 y 3% si hablamos del diferencial entre el ccl y el oficial. Y en torno de 5% si lo que miramos es la brecha entre el marginal y el oficial.
la decisión de liberar el mercado sobrevino luego de que, según se encargó de explicar el mismo equipo económico, se tomaran ciertas medidas. Entre ellas, básicamente, asegurarse un colchón de dólares para fortalecer las reservas y tener poder de fuego para evitar variaciones bruscas en el tipo de cambio.
En este punto, el ministro de Economía, Alfonso Prat-Gay, habló de la posibilidad de contar con entre 15.000 millones y 25.000 millones de dólares en el próximo mes a través de diferentes vías (cerealeras, empresas, bancos, conversión
swap de china y más). Esto dentro de lo que se entiende la vuelta a un régimen que se denomina de “flotación sucia”.
Por otro camino y preparando el terreno para lo que llegó, el BcRA convalidó una fuerte suba de los rendimientos en la licitación de letras semanales y modificó la estructura de tasas del sistema.
¿Era esperable esta acción? Sin dudas. Es lo que se diría una medida “de libro”, que busca hacer competir al peso con el dólar. Así, la entidad emitió letras a 35 días a una tasa del 38% anual.
la ecuación con la que se juega hoy el inversor es la tradicional, que contempla tasa en pesos, dólar e inflación. Qué le gana a qué es lo que domina las decisiones. En este sentido, un escenario en donde la tasa de interés le gane a la tasa de devaluación esperada encierra, en el corto plazo, una alta probabilidad. incluso no se descarta que pasado diciembre, y dependiendo de la presión sobre el mercado cambiario, el Banco central convalide hasta algunos puntos más de tasa en las próximas semanas.
Dónde se termine estabilizando, o no, el tipo de cambio en las próximas ruedas será clave para apostar, en primer lugar, a cierta mayor calma de los precios y después, quizás, hasta un rebote. no obstante ayudaría que los mercados externos finalmente reflejen aunque sea mínimamente el rally navideño con el que suelen soñar en esta época del año y que por ahora no llegó.
En contraposición, la volatilidad en los índices americanos ha comenzado nuevamente a subir –el ViX se encuentra arriba de 20–, y aunque se evita con éxito hablar de un posible bear market, tampoco hay expectativa a quebrar en el corto plazo los máximos previos.
incluso con la vuelta de los temores de una desaceleración en el crecimiento mundial sobre el fin de semana –con un petróleo en mínimos de 2008-2009 debajo de los US$ 35–, no podemos descartar presiones bajistas adicionales en las próximas ruedas.