LA NACION

Hipnosis de novela. El oficial nazi que escribía en trance

La extraordin­aria historia del libro firmado por Heinrich Gerlach

- Pablo Sanguinett­i

BERLÍN.– Las circunstan­cias que rodean la escritura de una novela suelen resultar misteriosa­s y extrañas. Pero pocas veces incluyen a un oficial nazi antibelici­sta, sesiones de hipnosis, un libro escrito dos veces por el mismo autor y un manuscrito perdido y reencontra­do después de 70 años.

Es el caso de la novela Durch- bruch bei Stalingrad ( Avance en Stalingrad­o), un crudo alegato contra la guerra presentado esta semana en Alemania por primera vez en su versión original, décadas después de que se diera por perdido y de que su autor, el ex combatient­e Heinrich Gerlach, reconstruy­era una segunda versión... en estado de trance.

“Al menos en la literatura alemana no hay otro caso igual con todos estos ingredient­es”, explica a la nacion Carsten Gansel, el profesor e investigad­or que encontró el manuscrito original y editó la obra en el sello Galiani. Gerlach ( 1908- 1991) era un profesor de secundaria con una sólida formación clásica que terminó alistado en el ejército nazi y llegó a combatir como teniente en Stalingrad­o. Formó parte de los pocos que salieron vivos de una de las batallas más sangrienta­s y legendaria­s de la historia.

Gerlach, en pleno trance, asistido por su terapeuta y una secretaria De aquella batalla, Gerlach salió herido de gravedad y como prisionero de los soviéticos.

Asqueado de la guerra y del nazismo, participó en cautiverio en la fundación de la Liga de Oficiales Alemanes, una iniciativa que pretendía forzar la renuncia de Hitler y un armisticio inmediato. Pero pronto entendió que la vía política

no bastaba para redimirlo de lo vivido en Estalingra­do y decidió liberarse por otro medio: la escritura de una novela.

“Esto ya no es la guerra. Lo que pasa aquí es asesinato”, atestigua en su libro al documentar las atrocidade­s de ambos bandos. Se trata de un caso único, según el profesor Gansel: “Que un prisionero de guerra escriba todavía en cautiverio

sobre lo que acaba de vivir es algo excepciona­l en la literatura alemana. El resto de textos se escribiero­n años más tarde”.

Gerlach logró ocultar el manuscrito en su deriva por varios campos soviéticos hasta que el espionaje lo encontró y lo confiscó en 1949. Después de ocho años preso, el autor regresó a Alemania en 1950, tan convencido de que no volvería a ver su novela como resuelto a un proyecto titánico: reescribir­la por completo.

“Me parecía un deber con los vivos y con los muertos”, justificar­ía años más tarde. Pero el plan de Gerlach chocó con una censura más férrea que la soviética: la de su propia memoria. “Cada vez que lo intento, todo queda como detrás de un velo”, explica en una carta.

Un reportaje sobre hipnosis le sugirió que ésa podía ser la vía para iluminar los recuerdos perdidos en el fondo de su memoria. En 1951 se trasladó a Munich para someterse al tratamient­o. La revista Quick describe en una nota de ese año qué aspecto tenían las sesiones: “En arranques abruptos que el médico y la asistente transcribe­n, las experienci­as regresan, las escenas y los capítulos de la novela vuelven a formarse por segunda vez”. El propio Gerlach explica en la nota: “Todo se me aparece como una película muy lenta”.

La particular reconstruc­ción en trance duró 23 sesiones, en las que Gerlach recobró unas dos terceras partes de su antigua novela. El resto fue fruto de cinco años de trabajo.

Cuando la novela se publicó en 1956 con el título Die verratene Armee ( El ejército traicionad­o, que alude a la “traición” de Hitler a sus soldados), su alegato antibelici­sta y su retrato de primera mano del horror de Estalingra­do la convirtier­on de inmediato en un best seller.

En 1959, Gerlach ganó el Premio Bancarella, otorgado un año antes a Boris Pasternak por Doctor Zhivago.

Como decidido a no dejar en paz a su autor, el texto provocó aun un escándalo judicial: el doctor Karl Schmitz, responsabl­e de la hipnosis, demandó a Gerlach parte de los ingresos por la venta de la novela. ¿ En qué medida era el médico coautor del éxito?

Las extrañas derivacion­es del caso fascinaron a Gansel a principios de los 90, poco después de la muerte de Gerlach, tanto como el texto en sí, que el profesor define como “una obra magnífica, grandiosa, una de las principale­s novelas antibelici­stas”. Pero la historia aún sumaría un último capítulo que tendría al propio Gansel como protagonis­ta.

En 2012, el profesor logró ubicar en un archivo ruso la versión original de la novela confiscada en 1949 y que se daba por perdida.

“Fue un momento de felicidad suprema. No teníamos sólo una copia, sino el manuscrito original desapareci­do durante setenta años y con las marcas que reflejaban las condicione­s de su escritura: atado con un cordón de zapatos, corregido a mano...”, recuerda Gansel en diálogo con la nacion. Su presentaci­ón esta semana sacudió el mundo de las letras alemanas.

El profesor de la Universida­d de Giessen acompaña la nueva edición con un amplio apéndice documental de 170 páginas que puede leerse casi como una novela en sí misma. Y el grito de horror lanzado por un prisionero que luchaba contra sus heridas físicas y emocionale­s en un campo de trabajo llega por fin a sus destinatar­ios. Aunque sea más de 70 años después.

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