LA NACION

El massismo y el PJ disidente aseguraron el quórum

Los aportes de ambos sectores fueron decisivos para garantizar el inicio de la sesión; Macri se mostró optimista

- Gabriel Sued

Eran las 12.24 cuando el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, anunció que se había conseguido el quórum, con 147 legislador­es, 18 más que los 129 requeridos. La postal de mediodía que regalaba el recinto era una radiografí­a fidedigna del nuevo mapa político de la Cámara baja: el oficialism­o es capaz de reunir mayoría, pero sólo con el respaldo de un sector de la oposición, el espacio que ayer demostró que está dispuesto a colaborar con el Gobierno.

Los 36 diputados del interbloqu­e UNA y los 17 del Bloque Justiciali­sta fueron determinan­tes para habilitar el inicio de la sesión. También los seis del Frente Cívico de Santiago, cuatro del Partido Socialista, cuatro de Juntos por Argentina ( de Darío Giustozzi) y tres de Compromiso Federal ( de San Luis). Margarita Stolbizer, de GEN, llegó tarde, pero anticipó su respaldo.

En esos sectores va a tener que apoyarse el Gobierno para encarar las batallas legislativ­as de lo que resta del año. Todos tienen algo en común: últimos 12 años mediante, están enojados y mucho más lejos del kirchneris­mo que de Cambiemos.

En tanto, en declaracio­nes radiales, el presidente Mauricio Macri se mostró confiado en la marcha de la iniciativa. “Las cosas van a evoluciona­r bien en el Congreso, esto – el proyecto presentado por el Poder Ejecutivo– se va a aprobar permitiend­o abrir una puerta hacia el desarrollo”, dijo el jefe de Estado a una radio de Rosario.

“Soy muy optimista, veo una enorme racionalid­ad en el sistema político, muchos dirigentes de la oposición, especialme­nte el peronismo, representa­n otra generación y quieren estar con una Argentina del siglo XXI”, dijo el mandatario.

El arranque del debate en la Cámara baja también expuso la frágil unidad que logró mantener el Frente para la Victoria ( FPV), eso sí, luego de perder 14 miembros en enero. Ninguno de los diputados que si- guen en el bloque dio quórum, todo un triunfo para el jefe de la bancada, Héctor Recalde. Pero la incertidum­bre se mantuvo hasta el último momento. Antes de que empezara la sesión, los legislador­es por Entre Ríos merodearon por el recinto. Ninguno se sentó. Todos prometiero­n votar en contra.

Para dejar expuesto el cambio en la correlació­n de fuerzas, el oficialism­o no dejó de lado las cuestiones simbólicas. Por primera vez, el frente Cambiemos se sentó en el ala izquierda del hemiciclo, el sitio que hasta el 10 de diciembre pasado ocupaba el FPV.

La hilera de bancas más importante, donde se sienta el jefe del interbloqu­e, el radical Mario Negri, dio una primera aproximaci­ón de quiénes serán las principale­s espadas de Cambiemos en la Cámara baja. Junto a él se sentaron Nicolás Massot, Silvia Lospennato, Fernando Sánchez, Jorge D’Agostino, Pablo Tonelli, Patricia Giménez y Miguel Bazze. Elisa Carrió se quedó en la fila más cercana al estrado de la presidenci­a, con Alicia Terada.

Tres sectores

La distribuci­ón de espacios evidenció los tres tercios en los que se divide hoy la Cámara baja. En el ala derecha, Recalde tuvo sentado a su derecha a Máximo Kirchner y a su izquierda al formoseño Luis Basterra, vicepresid­ente del bloque. En esa misma hilera se sentaron Carlos Kunkel, José Luis Gioja, el sanjuanino Héctor Tomas, Juan Cabandié y Sandra Mendoza. Axel Kicillof quedó más abajo y el “Cuervo” Andrés Larroque, bien arriba, mezclado entre la multitud.

En el centro del recinto, como para separar a las dos alas más enfrentada­s, quedó el resto del mundo. En las bancas de arriba, el frente UNA. Sergio Massa se ubicó al lado de Graciela Camaño, su dirigente de mayor confianza. El Bloque Justiciali­sta ocupó las butacas de abajo. Diego Bossio quedó al lado del petrolero Alberto Roberti, un ex massista. Los progresist­as se ubicaron en el medio y el FIT en la fila más alta.

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