La baja tuvo incentivos para potenciarse
La Bolsa porteña se hundió ayer otro 3,7% y los bonos de la deuda en dólares se operaron con bajas de hasta 3%, en algunos casos afectados por la paliza que la tasa de interés está dando al dólar en el mercado doméstico, obligando a los grandes jugadores a relocalizar fichas en un intento desesperado de acotar pérdidas.
El nuevo y fuerte traspié del Merval se debe a que perdió los dos soportes que lo habían mantenido hasta hace una semana disociado del ajuste que ya reflejaba su par, el Merval Argentina, que excluye acciones extranjeras de su composición y ayer cayó otro 2%.
Se trata del crudo, que en la víspera ajustó otro 2,3%, y el final de la “primavera financiera” en Brasil, que evidentemente venía asociada a la creciente debilidad del gobierno de Dilma Rousseff, como quedó a la vista en las últimas horas, al cambiar drásticamente la tendencia sólo al confirmar el PT que comenzaba a abroquelarse: la presidenta Dilma Rousselff le ofreció al ex presidente Lula un ministerio para blindarse judicialmente y oxigenar además a su gobierno.
Prueba de ello fue la desvalorización del 3,6% que mostró el real frente al dólar ayer tras conocerse esa noticia, y el derrumbe cercano al 5% que se anotó la Bolsa paulista, con Banco do Brasil (- 15%) y Petrobras ( 10%) como mayores lastres.
Precisamente el contagio vía Petrobras ( el papel cayó 9,9% en Buenos Aires) fue lo que hizo al Merval maximizar pérdidas frente a su “primo menor”, el Merval Argentina. Sin embargo, caería en un error quien pensara que la caída fue generada por Petrobras. El ajuste local es general y encuentra en la firmeza de las tasas y el impacto que esto tiene en el tipo de cambio sus verdaderas causas.