Conexión Marsella, una nueva visión sobre un drama policial
El director francés Cédric Jiménez vuelve sobre el tema de la mafia del narcotráfico, que ya exploraron sus dos antecesoras
el mismo episodio que dio origen a Contacto en Francia, la recordada película de William Friedkin que ganó cinco premios oscar en 1971 y mereció que John Frankenheimer le dedicara una secuela cuatro años más tarde, es el que ha tomado ahora el director francés cédric Jiménez en Conexión Marsella, el film que ifa estrenará mañana. el mismo director se ha encargado de aclarar repetidamente que no se trata de una remake de esos dos primeros films protagonizados por Gene Hackman ( el famoso Popeye) y Fernando rey, sino de películas basadas sobre el mismo tema: la mafia del narcotráfico que, durante los años 60 y hasta mediados de los 70, exportaba heroína de Turquía a los estados Unidos con escala en Francia.
Nacido y criado en Marsella, el director quiso volver a esa historia real – la obstinada persecución que emprendió el juez de instrucción Pierre Michel contra la mafia del narcotráfico– ya que lo vivió de cerca: su padre tenía una sala de fiestas y en esa condición tenía trato tanto con algunos de los mafiosos – el llamado clan zamp– como con el juez, al que llamaban el eliot Ness francés.
“su asesinato, en 1981, generó una conmoción en mi casa y me causó una profunda impresión a mí, que en ese entonces era un crío de menos de 10 años.”
enamorado del cine policial de los 70, el cineasta se reconoce admirador de Martin scorsese, Brian de Palma, Francis Ford coppola, Henri Verneuil, Henri- George clouzot y claude sautet, y confía que esas influencias pueden hacerse visibles en su cine.
Jean dujardin, el laureado protagonista de El artista, es el encargado de dar vida al magistrado que se empeña en desmantelar al poderoso grupo de narcotraficantes; su contracara es el capomafia Tany zampa, encarnado por Gilles lelouch.
es – según se leyó en el New York Post– “un homenaje francés a la épica del crimen (…) el director cédric Jiménez logra captar la esencia « scorsesiana » mediante el hábil manejo de la cámara, potentes montajes y enfrentamientos cargados de tensión”.