LA NACION

Echegaray se despegó de Báez y vaticinó que “va a terminar preso”

Para el ex titular de la AFIP, el empresario kirchneris­ta será detenido por lavado

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“Va a terminar preso.” Así, sin dudar y poniendo énfasis en sus palabras, Ricardo Echegaray, actual presidente de la Auditoría General de la Nación y ex titular de la Administra­ción Federal de Ingresos Públicos ( AFIP), no dudó a la hora de hablar del futuro del empresario kirchneris­ta Lázaro Báez.

Según relató Echegaray, la investigac­ión por la multimillo­naria operatoria de facturas falsas que se montó en Bahía Blanca y terminó en la contabilid­ad de Austral Construcci­ones, empresa insignia del conglomera­do de firmas que controla el socio de la ex presidenta Cristina Kirchner, y que podría exponer el presunto delito precedente para las maniobras de lavado de dinero del empresario patagónico, fue impulsada durante su gestión.

“La AFIP, bajo mi gestión, llevó este caso a la Justicia y hoy [ Juan Ignacio] Suris está encarcelad­o”, dijo Echegaray en una entrevista en el programa El Juego Limpio, de Todo Noticias.

Y agregó: “Fue nuestra gestión la que impulsó esa causa a través del grupo económico Suris. Una de las firmas, Austral Construcci­ones, se valía de facturas apócrifas. Esa causa derivó en otras causas penales”.

Suris, que está preso desde 2014 acusado de ser el jefe de una organizaci­ón que operaba en Bahía Blanca, emitió facturas truchas para Iberoameri­cana de Servicios SA, una de las empresas investigad­as por lavado de dinero en la trama que tiene a la familia Báez como protagonis­ta.

Como anticipó la nacion en octubre de 2014, la facturació­n falsa le permitió a Báez reducir los impuestos que pagó durante los últimos años a la AFIP, que concentró sus investigac­iones sobre las empresas emisoras de esas facturas apócrifas, pero no sobre los libros contables de Austral Construcci­ones.

Durante años, sabuesos de la AFIP y de la Agencia de Recaudació­n bonaerense ( ARBA) habían alertado sobre la multimillo­naria operatoria de facturas falsas que se montó en Bahía Blanca y terminó en la contabilid­ad de la empresa de los Báez, Austral Construcci­ones.

Pero pese a los avisos, Echegaray nunca avanzó contra Báez. Esa falta de acción generó que fuera denunciado por encubrir al empresario. Incluso, en diciembre último, el juez Norberto Oyarbide lo sobreseyó. Pero el magistrado Sebastián Casanello aún lo investiga – junto a Martín Báez y al contador Daniel Pérez Gadín–, por un hecho similar; la denuncia la realizó la diputada Margarita Stolbizer.

Casanello intenta ahora establecer si la operatoria de las facturas truchas es el delito precedente de lavado de dinero. Es decir, cuál fue el origen del dinero negro que luego se buscó blanquear a través de la financiera SGI, La Rosadita.

Custodio de uno de los organismos de mayor poder de la Argentina como es la Administra­ción Federal de Ingresos Públicos ( AFIP), desde que se hizo cargo de la AGN, el principal órgano de control del Estado, Echegaray intentó auditar en tiempo real la gestión de Mauricio Macri, pero no lo logró.

Buscaba poner bajo la lupa algunas medidas que adoptó el gobierno de Macri, como el recorte de personal, el acuerdo con los fondos buitre y los aumentos en las tarifas de servicios públicos. Pero la presión de sus tres colegas auditores, Alejandro Nieva ( UCR) y los peronistas Javier Fernández y Vilma Castillo, debió restablece­r el plan original del organismo, que solamente contempla para este año auditorías a la administra­ción de Cristina Kirchner.

Su posición en la AGN también quedó bajo la mira del oficialism­o, que pedirá su remoción en caso de ser procesado en alguna de las causas que tiene en trámite.

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