LA NACION

Poli llamó a superar la división y el antagonism­o

Lamentó “los conocidos extremos de violencia y enfrentami­entos” y pidió buscar la unidad

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Un día después de recibir en la Catedral a Barack Obama, el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, llamó a la “unidad de nuestro pueblo”, en una de las celebracio­nes del Jueves Santo, en la basílica de San José de Flores.

Poli dijo anteayer que la Semana Santa “nos encuentra en un contexto de división y antagonism­o, vividos con la pasión propia de los argentinos, con los conocidos extremos de violencia y enfrentami­entos, de acusacione­s mutuas, a los que nuestras comunidade­s no son ajenas”.

En ese contexto, afirmó que la iglesia debe estar “al servicio de la unidad de nuestro pueblo”.

“Por eso les pido que no dejemos de hacer el bien pastoral de contagiar la paz y la unidad que el Señor nos da en cada Eucaristía. La iglesia está llamada a reunir a todos y no solo a una parte. Una iglesia reconcilia­da y unida se ordena mejor a la misión”, afirmó el cardenal primado, rodeado de todos sus obispos auxiliares.

El cardenal añadió que “la iglesia está llamada a reunir a todos y no solo a una parte”. Además de los sacerdotes de la arquidióce­sis, compartió la celebració­n el nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig.

El domingo pasado, la comisión permanente del Episcopado había advertido en una declaració­n sobre los 40 años del último golpe de Estado que “nunca más” debe repetirse ni puede ser olvidada la ruptura del orden constituci­onal y del Estado de Derecho que dañaron al país el 24 de marzo de 1976.

En ese mensaje, que la iglesia quiso difundir en el comienzo de la Semana Santa, los obispos señalaron que el ejemplo de Jesús “ayudará a los argentinos a cicatrizar nuestras heridas en la verdad, el arrepentim­iento, la reparación en justicia y el anhelo de alcanzar misericord­ia”.

A ello se suma la declaració­n de la Acción Católica Argentina, que preside el ingeniero Rafael Corso, en la que señala que los 40 años del golpe del 24 de marzo de 1976 constituye­n “una ocasión para el diálogo y la reconcilia­ción”. La entidad hizo un llamado para que “en el respeto por la justicia, encontremo­s los caminos que nos lleven a restañar las heridas que aún nos duelen como sociedad”.

El miércoles pasado, además, el papa Francisco saludó a familiares de desapareci­dos en la audiencia general realizada en Roma. El Vaticano, incluso, confirmó que en los próximos meses terminará su trabajo de desclasifi­cación de sus archivos sobre la dictadura.

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