LA NACION

La Justicia se encamina a reabrir la causa Skanska con una prueba clave

La Cámara de Casación volverá a evaluar el valor de una grabación en la que un gerente de la firma habla del pago de un soborno; esa conversaci­ón había sido declarada nula

- Hernán Cappiello

La causa donde se investiga a la empresa sueca Skanska por el pago de sobornos a funcionari­os kirchneris­tas para adjudicars­e la ampliación de gasoductos se reactivará en los próximos días. La Cámara de Casación, el máximo tribunal penal del país por debajo de la Corte, revisará en una audiencia convocada para el jueves un fallo que insólitame­nte declaró nula una grabación en la que un ejecutivo de la empresa confiesa el pago de coimas.

Todo hace pensar que la Justicia resucitará la prueba de la coima y reactivará la causa paralizada en 2011. Los funcionari­os del kirchneris­mo que estaban en la mira de la Justicia por recibir esos sobornos son el ex titular del Enargas Fulvio Madaro y del ex director de Nación Fideicomis­os Néstor Ulloa. Madaro dependía del ex ministro Julio De Vido.

La reapertura de la causa fue posible por un fallo de la Corte que impulsó el caso y convalidó la actuación del fiscal de Investigac­iones Administra­tivas para apelar la sentencia mediante la cual el kirchneris­mo había logrado enterrar el caso en 2011. Ahora los camaristas Juan Carlos Gemignani, Ángela Ledesma y Mariano Borinsky revisarán el asunto. La prueba clave de la causa Skanska que la Justicia enterró es la grabación de una conversaci­ón entre el ex gerente comercial de Skanska Javier Azcárate y el síndico de la compañía Claudio Corizzo, que estaba haciendo una auditoría in- terna. El audio, grabado de manera subreptici­a, revela que, además de las coimas para la construcci­ón de los gasoductos del Norte y del Sur, se pagaron sobornos para obras en La Pampa y en Perú.

Corizzo, quien llevaba consigo un micrófono, registró cómo Azcárate indicó que el negocio total rondaba los 200 millones de dólares, a la vez que mencionó a un “pingüino”, aunque nunca precisó de quién se trataba. “Es un negocio de cien millones de dólares, de parte nuestra, más lo de ellos. Yo no sé, doscientos palos verdes. ¿ Y vos le vas a tirar el negocio abajo, al tipo que hizo todo el tromping y al muchacho, al pingüino de acá a dos cuadras?”, dijo el ex gerente. En esa grabación Azcárate reconoce que Skanska coimeó para participar de la ampliación de gasoductos y cuenta cómo el uso de facturas truchas ayudó a concretar la maniobra para justificar el pago de la coima. Precisó que se repartió al menos una parte de ese posible soborno.

A raíz del hallazgo, el kirchneris­mo separó a Madaro del Enargas y a Ulloa de Nación Fideicomis­os. También renunció el entonces subsecreta­rio de Obras Públicas, Raúl Rodríguez.

La Sala I de la Cámara Federal, con el voto de los jueces Eduardo Freiler y Eduardo Farah, había anulado esa prueba porque dijeron que se hizo sin que Azcárate supiera que estaba siendo grabado. La idea era proteger las garantías constituci­onales de Azcárate para evitar autoincrim­inarse. Esa nulidad dictada por el tribunal fue apelada por el fiscal nacional de investigac­iones administra­tivas, Manuel Garrido, quien intentó que esa medida sea revisada por Casación. Su sucesor en el cargo, Felipe Noailles, insistió en el reclamo, pero Casación lo rechazó porque dijeron que Garrido no está legitimado para interponer el recurso.

La Corte cambió esa situación el año pasado. Con el voto de los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco y Juan Carlos Maqueda, resolvió dejar sin efecto un fallo de la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal y reconocerl­e legitimaci­ón al fiscal Noailles. Para la Corte, la apelación de Noailles “se correspond­e con la función constituci­onal del Ministerio Público de defender la legalidad y los intereses generales de la sociedad”.

Hoy Sergio Rodríguez ocupa su lugar. El fiscal de Cámara Germán Moldes no había apelado.

Pero en la audiencia del 31 de marzo estará presente el fiscal ante la Casación Gustavo Weschler impulsando la acción, al igual que el fiscal de investigac­iones administra­tivas Rodríguez. De esta manera, la cinta, grabada en marzo de 2006, asoma como la próxima prueba clave en la investigac­ión que tenía el juez federal Norberto Oyarbide.

El gobierno kirchneris­ta hizo lo posible para anularla y la desguazó. La parte de los funcionari­os las dejó en manos del juez Oyarbide. Y la que correspond­e con el uso de facturas truchas para evadir impuestos o encubrir otras actividade­s delictivas la llevó el juez Javier López Biscayart.

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