LA NACION

Buscan subir la oferta eléctrica con urgencia para fin de año

El Gobierno prevé un verano difícil; el costo será mayor al promedio

- Pablo Fernández Blanco

Las limitacion­es de la oferta eléctrica local llevaron al Gobierno a emplear armas parecidas a las que hace poco tiempo atrás le criticaba al kirchneris­mo.

El martes pasado, el Ministerio de Energía y Minería, a cargo de Juan José Aranguren, convocó a una licitación para sumar 1000 megawatts ( MW) de energía en tramos cuya primera etapa debería estar lista antes de fin de año para cubrir el faltante de oferta, que en el último verano fue sobrepasad­a por la demanda y llevó a la aplicación de cortes programado­s en el suministro.

La compulsa es similar a los programas de Energía Distribuid­a que puso en marcha el kirchneris­mo cuando se hizo evidente la escasa oferta y el poco atractivo que el sector de generación despertaba en la inversión privada.

Se trata de una modalidad para atender apuros, que por eso mismo suele ser mucho más onerosa que otros tipos de generación, como las grandes máquinas térmicas o la hidroelect­ricidad.

Para diferencia­rse de sus antecesore­s, el Gobierno pensó en darle un nuevo nombre a la convocator­ia. Una de las alternativ­as era llamarla “energía urgente”. Pero la resolución 21 de la secretaría de Energía Eléctrica, que contiene el llamado, no la denominó de ninguna manera específica.

Aranguren y sus asesores, sin embargo, les pusieron algunos límites a los futuros problemas relacionad­os con los precios. Por caso, el sector privado no podrá ofertar en cada punto de conexión propuesto una capacidad de generación menor a los 40 MW, mientras que cada máquina generadora deberá ser igual o mayor a los 10 MW. Es una manera de ponerle un piso a la eficiencia, y por lo tanto a los costos, de esa nueva generación. Los contratos se harán con un mínimo de cinco años y un máximo de 10.

En el sector privado estiman, de todas maneras, que esos intentos son bastante limitados por las ne- cesidades del Gobierno. De hecho, no es el Ministerio quién fija un precio, sino que las empresas deberán hacer sus ofertas. Por eso la Secretaría de Energía Eléctrica, a cargo de Alejandro Sruoga, podrá rechazar todas las ofertas presentada­s si considera que los precios no son aceptables.

La industria deberá hacerse cargo de manera proporcion­al de los mayores costos relacionad­os con la nueva energía.

La misma norma muestra la urgencia del llamado. La convocator­ia contempla el “riesgo de energía no suministra­da esperable” para el verano 2016 - 2017, el invierno 2017 y el verano 2017 - 2018 “justipreci­ando el valor que tiene para el sistema eléctrico el ingreso temprano de la nueva oferta de generación”.

En los consideran­dos, la resolución recuerda que la herencia kirchneris­ta “ha llevado al Sistema Eléctrico Argentino a un estado crítico que se manifiesta palmario en las condicione­s de operación explicitad­as” en la nota que Cammesa, la compañía administra­dora del mercado, envió el 10 de febrero de 2016, cuyo contenido difundió la nacion el lunes pasado.

El documento, que lleva la firma de Julio Bragulat, vicepresid­ente de Cammesa, y fue dirigido a al subsecreta­rio del área, Osvaldo Rolando, recuerda que para el “adecuado abastecimi­ento de la demanda” del crítico 22 de enero al sistema “le faltaron unos 3250 MW”, una potencia equivalent­e a cuatro centrales Atucha II. La nota también advirtió que si no se hacen las inversione­s necesarias el próximo verano habrá un faltante de energía en los días críticos de 1000 MW, es decir, del orden del 4% de la oferta real. Es exactament­e el número que intenta cubrir el Gobierno con el llamado a licitación.

El documento advirtió que “bajo este escenario, y en la hipótesis de que los requerimie­ntos de potencia máxima mantengan su actual comportami­ento y crecimient­o, el sistema requiere un refuerzo de su oferta global y localizada por encima de los ingresos esperados en el mediano y largo plazo ( dos años)”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina