LA NACION

“Es un caso de discrimina­ción; no hubo ningún brasileño detenido”

Los padres de Matías Tapia Gómez exigen que a su hijo y a los demás compañeros del club Los Cedros les permitan regresar al país y continuar aquí con el proceso judicial

- Texto Evangelina Himitian | Foto Rodrigo Néspolo

Vio la foto y sintió que el Perito Moreno le explotaba en el pecho. Después de dos semanas de no dormir y de vivir pegado al teléfono esperando noticias de su hijo, llegó ese mensaje de WhatsApp que a Hugo Tapia Gómez le devolvió la esperanza. Una selfie de Matías, de 30 años, a bordo de un avión, que le decía: “Papá, mañana almorzamos juntos”. Hugo sintió que la fortaleza que se había autoimpues­to todos estos días para seguir adelante se desmoronó en el mismo segundo en que vio la imagen de su hijo volviendo a casa. Cuando pudo dejar de llorar y de abrazarse con su familia, empezó a prepararse para ir a buscarlo a Ezeiza. Pero la alegría duró poco. Menos de una hora. Entonces, recibieron el mensaje del cónsul argentino que les comunicaba que Matías, al igual que los otros dos rugbiers argentinos que habían abordado ese avión, habían sido detenidos y encarcelad­os.

Unos minutos antes de que despegara el avión, y a pesar de haber pasado por todos los controles migratorio­s en Río de Janeiro y de presentar ante la policía aeroportua­ria el hábeas corpus del juez que los había autorizado a salir del país por no estar imputados en la causa, la jueza Gisele Guida del 41° Tribunal Criminal consideró que se estaban fugando de la justicia brasileña.

Durante la entrevista con la nación, ayer por la mañana, Virginia, la mamá de Matías, baja emocionada a dar la noticia de la inminente liberación que, finalmente, ocurrió dos horas después. “Parece que salen”, dice ilusionada. Pero la buena noticia tiene una contracara. Todavía Matías y sus compañeros no podrán regresar a casa.

Por la tarde, los familiares de los argentinos se juntaron en la esquina de Conde y Concepción Arenal, en Colegiales, con pancartas y carteles para reclamar que el gobierno argentino exija que los rugbiers puedan volver al país y seguir el proceso judicial desde acá. “Como padres, pedimos la pronta intervenci­ón de la cancillerí­a argentina. Hay instancias judiciales, convenios de reciprocid­ad que les permiten a los chicos regresar al país con la prosecució­n de la causa y con la obligación de presentars­e a la Justicia cuando la justicia brasileña lo requiera. Es el abecé del derecho internacio­nal, estamos hablando de un delito excarcelab­le”, dice Tapia Gómez, consternad­o. “Esto es un claro caso de discrimina­ción. Siete argentinos fueron detenidos por participar en una pelea, un delito que es excar- celable, y yo me pregunto contra quiénes se supone que se pelearon, porque no hubo ningún brasileño detenido. Además, en los videos no aparece ninguna prueba concreta que los involucre. En cambio se ve a cuatro de ellos recibiendo botellazos en la cabeza y a otros tres, afuera del boliche cuando ocurrieron los disturbios”, apunta el padre.

Hugo pasa del enojo a la angustia en cuestión de segundos. Habla de su hijo, estudiante de Psicología, y se le llenan los ojos de lágrimas. Cuenta que le faltan cinco materias para recibirse, que él y los otros seis rugbiers presentaro­n todas las credencial­es necesarias para dejar en claro que no piensan esconderse de la Justicia, que todos tienen familia, que trabajan, que estudian. “Matías es acompañant­e terapéutic­o de un chico con discapacid­ad. Los padres de Juan, su paciente, presentaro­n una carta donde cuentan cómo lo extraña y que necesita que vuelva”, relata.

¿ Quién golpeó al policía? Ante esa pregunta, el hombre aclara: “No es un policía, era una persona de civil que estaba bailando y tomando igual que ellos. Lo cierto es que fue agredido por otros civiles, como nuestros hijos fueron agredidos por personas de civil”. Después, detalla que dentro del grupo de rugbiers se identificó a la persona que se enfrentó al policía que terminó con la mandíbula fracturada, pero que no es ninguno de los siete que están en Brasil, sino otro jugador que sí pudo volver al país. Pero que, de todos modos, ya se puso a disposició­n de la jueza, al relatar su participac­ión.

¿ Por qué pudo regresar al país? “No lo sé. Se ve que no fue detenido en su momento y pudo volver. Todos sabían que ellos no habían participad­o de la pelea”, dice. “Los tiempos procesales son largos, pero queremos a nuestros hijos de vuelta en casa”, remata.

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Familiares y amigos de los rugbiers apresados protestaro­n en la esquina de Conde y Concepción Arenal, en Colegiales

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