LA NACION

Una decisión imposterga­ble

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Adías de que comience el grueso de la cosecha de soja, sigue abierto el conflicto entre la Sociedad Rural Argentina y la Federación Agraria, por un lado, y Monsanto, por el otro, sobre el sistema de pago de regalías por la utilizació­n de semillas de su última creación tecnológic­a: la RR2.

Sin acuerdo de partes concluyó esta semana la audiencia de conciliaci­ón realizada ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competenci­a. El asunto se ha movido también por vía de un recurso de amparo ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación: ésta ha ordenado al Juzgado Federal N° 7 aplicarse a la resolución de lo planteado. Sólo faltaría que tome de una vez por todas cartas en el asunto el Congreso y en algún momento sancione una ley de semillas.

Mientras tanto, no hay excusas para que se demore por más días el ejercicio por parte del Gobierno de su poder arbitral. No entra en el debate en curso si las regalías por la innovación y la creativida­d tecnológic­a, y por las inversione­s consiguien­tes, deben tener su contrapres­tación en el pago de derechos intelectua­les. Ninguna entidad ni productor responsabl­e podría sostener lo contrario. Tampoco está en discusión que la venta de las llamadas “bolsas blancas” constituye un ilícito que debe castigarse. El nudo del conflicto reside en el mecanismo por el cual Monsanto cobra a los productore­s un canon especial al momento de la compra de sus bolsas de semilla Intacta. Con este material se ha evoluciona­do en las defensas contra ataques de ciertos insectos sobre los cultivos de soja. Monsanto deja abierta la posibilida­d de que aquella obligación a cargo de los productore­s se haga efectiva, en función de la productivi­dad lograda, cuando los granos arri- ban a centros de acopio o puertos. Nada se discute sobre el primer procedimie­nto, sino sobre el segundo. Una de sus particular­idades es que deriva a terceros la verificaci­ón de si en cada carga recibida de granos está presente el gen identifica­dor de la semilla Intacta.

Una solución salomónica podría consistir en reconocer a quienes han invertido en tecnología­s de altísimo costo, el derecho a percibir sólo en dos campañas seguidas el canon ahora reclamado sin plazo. La Bolsa de Cereales y las cámaras arbitrales están aplicando el sistema Bolsatech de verificaci­ón de si la semilla Intacta se encuentra presente. En la aplicación del sistema han surgido algunas nuevas complicaci­ones: un productor asociado a Aapresid ha denunciado haber recibido facturas de pago por granos que no provenían del cultivo de semillas Intacta.

Las entidades agropecuar­ias se quejan de las retencione­s de 15 dólares por tonelada en los casos en que se denuncia incumplimi­ento de supuestas obligacion­es contractua­les. Ese descuento compulsivo en acopios y puertos se hace en favor de una empresa privada, a la que desconocen el poder de policía necesario para actuar. Sostienen que en esa materia es irreemplaz­able el papel del Estado. Urge resolver esta delicada cuestión.

Confiamos en la expectativ­a que abrió el ministro de Agroindust­ria, Ricardo Buryaile, en la décima edición de Expoagro, de acercar a los protagonis­tas de la controvers­ia y adoptar, en última instancia, una decisión aceptable para el interés general. Están en juego derechos legítimos de las partes involucrad­as sobre el producto de mayor gravitació­n en las exportacio­nes argentinas: la soja y sus derivados.

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