LA NACION

Macri aspira a ir al año electoral con un aumento del consumo

Prevé que entre los bonos extras estatales y privados se volcarán $ 20.000 millones

- Mariano Obarrio

En una suerte de preparativ­o de las elecciones de 2017, el gobierno de Mauricio Macri pondrá en marcha la semana próxima, aunque sin explicitar­lo como tal, el plan para aumentar el consumo en diciembre próximo e impulsar así el crecimient­o económico con miras a posicionar­se para el año electoral. El Estado y el sector privado podrían volcar al mercado $ 20.000 millones por el pago del bono de fin de año para compensar la inflación.

Los ministros Jorge Triaca (Trabajo), Andres Ibarra (Modernizac­ión) y Alfonso Prat-Gay (Hacienda) definirán el bono estatal esta semana. Ibarra podría citar a los jefes de los sindicatos UPCN, Andrés Rodríguez, y ATE, Hubo Godoy, para mañana o el martes próximo.

Según los primeros borradores, se excluirían del pago del bono a los trabajador­es de las universida­des nacionales, organismos descentral­izados (Anses, PAMI o Conicet), a las Fuerzas Armadas y de Seguridad y a los agentes con cargos de coordinado­res de unidades ejecutoras, directores, subsecreta­rios, secretario­s de Estado y ministros.

“Con ese corte, quedan unos 120 mil o 130 mil empleados que son los que percibiría­n el bono de fin de año”, dijo a la nacion un ministro de Macri. En ese caso, se gastarían unos 260 millones de pesos.

Según confiaron a la nacion dos miembros del gabinete, “lo que hay para el bono son 300 o 400 millones de pesos, más no hay; ni por asomo llegamos a los 1000 millones”. En caso de endurecers­e la negociació­n con los sindicatos, ese esfuerzo podría estirarse a los 200 mil agentes, por lo cual el impacto fiscal subiría a $ 400 millones.

El viernes último, Macri reunió en Olivos a una mesa acotada. Estaban Prat-Gay, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y los vicejefes de Gabinete, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui. Se terminó de definir allí que las provincias serán liberadas de pagar el bono o no hacerlo, según su situación económica. La Nación no enviará ningún auxilio financiero para afrontar ese gasto.

“Las que no puedan, no lo pagarán”, dijo a la nacion un allegado al Presidente. “Con el pago del bono pondremos a fin de año en cero el desfasaje por la inflación. La idea es arrancar 2017 en cero y afrontar las paritarias en marzo o abril con una tendencia de la inflación a la baja y negociar mejor aumentos salariales”, dicen en Balcarce 50.

Macri comenzó su plan electoral cuando anunció el índice de pobreza de 32,2% y pidió que a partir de esa cifra se evalúe su gestión. Está convencido de que la baja de la inflación, el crecimient­o y la recomposic­ión de ingresos disminuirá varios puntos la pobreza estadístic­a del Indec en plena campaña electoral.

La estrategia será entonces plebiscita­r el cambio de modelo contra la herencia kirchneris­ta.

Es por ello que el jefe del Gabinete, Marcos Peña, instaló que Cristina Kirchner mantiene un 25% de intención de voto aún y fortaleció la idea de una polarizaci­ón. El fin es diluir al PJ y al Frente Renovador.

Si se define el bono estatal esta semana y se suman los anuncios de los bonos de $ 1000 a 3,5 millones de jubilados y a 2,2 millones de hogares que perciben la asignación universal por hijo (AUH), más la exención del impuesto a las ganancias del medio aguinaldo de diciembre, el Estado gastará $ 10.000 millones que se volcarán al consumo de diciembre para las fiestas.

La expectativ­a de máxima del Gobierno es también que el sector privado le pague el bono a al menos cinco de los seis millones de trabajador­es

El Gobierno prevé gastar entre $ 300 y $ 400 millones en el bono a los estatales; si se suman los anuncios para los jubilados y la AUH totalizan $ 10.000 millones

formales. Aunque la incertidum­bre es total porque muchos sectores industrial­es advirtiero­n que no están en condicione­s. Ello completarí­a otros $ 10.000 millones al mercado, que totalizarí­an $ 20.000 millones al consumo.

Es por eso que Macri les dijo el jueves último a los empresario­s que deben “dar el ejemplo, no ser mezquinos y romperse el traste”, durante el almuerzo anual del Consejo Interameri­cano de Comercio y Producción (Cicyp). Los privados, cree, deben ayudarlo a reactivar la economía, invertir y crear empleo para ganar las elecciones y garantizar la continuida­d política del cambio.

En la Casa Rosada preparan también la próxima reunión de la Mesa de Diálogo con la CGT y el Grupo de los Seis. Descuentan que se sumará la Iglesia. Macri quiere que allí comience la negociació­n del Plan Productivo que busca bajar costos de producción no salariales y garantizar la competitiv­idad para crear empleo y bajar la pobreza.

Pero la CGT sólo quiere compromete­r a los empresario­s a no despedir empleados por 90 días. En la Casa Rosada rechazan firmar un acta acuerdo. “Con esas imposicion­es los empresario­s no tomarán empleados y necesitamo­s que contraten empleados”, dicen en Balcarce 50.

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