Disciplina y pasión, dos ejes sobre los que giró una bailarina

Paloma Herrera contó las claves de la carrera que hizo en el mundo del ballet

“Todos piensan que nuestra carrera es como la película El cisne negro, y para mí fue todo lo opuesto”, comenzó Paloma Herrera, a cargo del cierre del evento de Mujeres Líderes. La bailarina hizo referencia a la película donde Natalie Portman encarna a una artista sobreexigida y atormentada por su actividad. Para ella, en cambio, se trató de mucha “disciplina y pasión”, y de poco sacrificio.

La barra de baile la acompaña desde los 7 años hasta la actualidad. “Me fui obsesionando más y más –reconoció–. Los ensayos, las clases y las funciones terminaban, y siempre había algo para corregir.” Admitió que siempre, desde que empezó a bailar, estaba ansiosa por saber “cuándo se llegaba” y que hasta se retiró en 2015 sin sentir que “había llegado”.

Sin embargo afirmó que se retiró muy feliz y con todas las despedidas que quiso y que había empezado a planear un año antes “para que todo el público” la pudiera ver. “Yo sabía lo que quería de mi carrera, cómo la quería terminar y cómo quería que me recordaran”, contó. Así, con shows en Nueva York y Buenos Aires, dijo adiós a una carrera de más de 30 años sobre el escenario.

“Ahora que me bajé [del escenario] veo que es realmente increíble la carrera que tuve. En ese momento no me daba cuenta, iba pasando y yo nada más quería bailar, no me interesaban los premios”, continuó. Dijo que, tras ser contratada para formar parte del cuerpo de baile del American Ballet Theatre cuando tenía 15 años, sintió que el resto de su vida fue “de yapa”, y que por eso se considera una agradecida. “Es muchísimo más de lo que hubiera podido soñar. Yo tenía 7 años y veía a [Mikhail] Baryshnikov y me parecía un extraterrestre”, recordó.

La bailarina reflexionó sobre la fama y el talento: “No logro entender a las personas que dicen que quieren ser famosas sin un contenido. Para mí fue todo lo contrario: yo sólo quería bailar y ese fue mi norte. Mi carrera no podría haber sido de otra forma”, afirmó. Aseveró que se considera una persona de bajo perfil y afirmó que no quería llamar la atención, pero que la pasión por su actividad era más fuerte: amaba bailar y no podía no hacerlo.

La danza fue también la que la protegió de las adversidades. “Yo siempre viví en mi burbuja –dijo–. Iba, ensayaba, y si había gente que hablaba nunca me importó, nunca me enteré.” La bailarina subrayó que siempre vivió en un mundo “mágico” y que buscó rodearse de personas positivas durante toda su carrera, pero reconoció que también tuvo maestros sádicos. No obstante, tomó esas experiencias como un aprendizaje: “Soy de la idea de que lo que no te mata te hace más fuerte; entonces hoy, como docente, es lo que trato de no repetir”, sostuvo.

En la actualidad, Herrera se siente contenta de poder ver a sus colegas en las tablas: “Adoro el arte. Voy a ver danza y estoy feliz: no tengo que estar bailando yo, sólo disfruto”.

Por último dejó la puerta abierta para su futuro: “Una no puede decir que nunca va a volver. Hoy estoy acá, mañana no sé, y eso fue la clave de mi carrera: yo no planeé nada, las cosas se fueron dando solas y las aproveché a full”.

paloma herrera bailarina “Ahora que bajé del escenario veo que es realmente increíble la carrera que tuve, pero antes no me daba cuenta de que eso era así”