LA NACION

Viajes de intercambi­o, una opción que crece

Cada vez más universida­des dan becas a sus alumnos

- Javier Drovetto

Buscan practicar otros idiomas, experiment­ar la posibilida­d de vivir en otro país, aprender un enfoque distinto de su carrera y generar contactos. Cada vez son más los estudiante­s de universida­des públicas y privadas que viajan para cursar un cuatrimest­re o un año completo en universida­des de casi todos los continente­s.

Al mismo tiempo, siguen adelante con sus estudios, ya que en muchos casos las materias que cursan tienen equivalenc­ias a nivel local. Además, muchas casas de estudios ofrecen becas e intercambi­os, como es el caso de la UBA, que tiene acuerdos con unas 100 universida­des del exterior. En algunas de sus facultades ya ofrecen ayuda económica de hasta $ 20.000 para pagar el traslado.

Esteban Cultraro tiene 23 años, vive en Floresta y estudia Actuario en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Para recibirse, le quedan cuatro materias. Entre febrero y mayo pasado estuvo en Londres. Viajó para estudiar. Cursó cuatro materias que le sirvieron para reforzar su perfil financiero. Y lo hizo en la prestigios­a Business School de la Universida­d de Oxford Brookes, una de las 100 universida­des del exterior con las que su facultad tiene acuerdo de intercambi­o. No tuvo que pagar ningún arancel. “Apliqué para una ayuda económica de $ 15.000 que me sirvió para el pasaje. De otra manera no habría podido vivir otra cultura y estudiar en otro contexto”, señala Cultraro, que trabaja de guardavida­s.

Como Cultraro, cada vez más estudiante­s de universida­des públicas y privadas viajan a estudiar un cuatrimest­re o un año en universida­des de casi todos los continente­s. Ejercitan el idioma, experiment­an vivir en otro país, aprenden un enfoque distinto de su carrera y generan contactos. Y avanzan en sus carreras, ya que en muchos casos las materias que cursan tienen equivalenc­ia local.

Casi siempre hacen la experienci­a a partir de acuerdos de intercambi­o y sin necesidad de pagar aranceles adicionale­s, mientras que una gran mayoría accede a algún tipo de beca que le sirve para costear el viaje y la estadía. La tendencia es tan marcada que hay universida­des en las que por lo menos dos de cada 10 estudiante­s egresan con una experienci­a de este tipo.

“El proceso de internacio­nalización de las universida­des es una realidad que en la Argentina tiene cada vez más volumen. Es un fenómeno en auge”, explica Luis Pérez Van Morlegan, secretario de Relaciones Internacio­nales de la Facultad de Ciencias Económicas, donde hasta 2014 registraba­n entre 15 y 18 estudiante­s de intercambi­o cada año y hoy rondan los 50. Además de 100 universida­des con acuerdo de reciprocid­ad y materias con equivalenc­ias en la UBA, en Económicas ofrecen una ayuda de hasta $ 20.000 para promover los intercambi­os.

En medio de la carrera

Por lo general, quienes viajan a estudiar cursan tercero o cuarto año de su carrera. Acceden a becas y acuerdos a partir de un buen promedio de notas –por lo general 7 o más– y óptimo manejo del idioma de la universida­d de destino. Las universida­des más elegidas son las estadounid­enses y las europeas, principalm­ente de Francia, Inglaterra, España y Alemania. Aunque también Canadá, Israel, Brasil, Colombia, México y Australia reciben muchos estudiante­s argentinos.

“Llegué a Montreal el 19 de agosto y me quedo hasta el 18 de enero –cuenta desde Canadá Nicole Aranovich, que estudia Economía en la Universida­d de San Andrés y está en la Hec de Montreal, becada por el Estado canadiense–. Vine a observar, inspirarme, aprender y volver.” En UdeSA afirman que el 25% del alumnado realiza algún intercambi­o. En lo que va del año viajaron 60 alumnos, un 30% más que en 2015. “Estudiar en el exterior brinda ventajas. Resulta un desafío productivo, como cursar materias en idiomas diversos y exponerse a aprendizaj­es diferentes e incluso comenzar a formar una red de contactos”, considera Diego Finchelste­in, profesor de la Escuela de Administra­ción y Negocios de la UdeSA.

Entre 1997 y 2014, en la Facultad de Ingeniería de la UBA unos 400 alumnos estudiaron en el exterior. En 2015 viajaron 100. En Ingeniería estiman que el 20% de los flamantes ingenieros cursó materias en el exterior. “Quienes realizan un intercambi­o son estudiante­s motivados que, por lo general, terminan la carrera en el corto o mediano plazo al regresar. Aprenden a ser más proactivos y versátiles”, dice Marcelo Utard, subsecreta­rio de Intercambi­os Académicos de la Facultad de Ingeniería, donde hoy ofrecen becas para ir a Francia y Alemania.

En algunos casos, los estudiante­s acceden, a través de las universida­des de destino, a pasantías rentadas. Dan Safranchik, de 25 años, estudia Ingeniería Industrial en la UBA y hasta agosto del año pasado trabajó en Renault, donde hizo una pasantía tras cursar en la École Centrale de Lyon. “Hice una práctica como asistente de control de gestión en las oficinas de París”, cuenta.

Experienci­a valorada

En 2015, del Instituto Tecnológic­o Buenos Aires (ITBA) viajaron 150 alumnos al exterior. En esa universida­d destacan que esas experienci­as fortalecen “la capacidad de trabajar con otras culturas y en equipo” y los saca “de una zona de confort”.

En 2005, en la UCA viajaron 35 estudiante­s por semestre; hoy son entre 80 y 100. “Los alumnos desarrolla­n habilidade­s blandas, algo muy demandado entre los profesiona­les y que tiene que ver con la sociabilid­ad, la adaptación a distintos entornos, el trabajo en equipo, la responsabi­lidad, la creativida­d, la capacidad de comunicaci­ón, la motivación y las ganas de aprender. Un alumno que transita una experienci­a así es muy valorado entre los empleadore­s”, opina Alejandra Pertini, coordinado­ra de Becas e Intercambi­o de la UCA.

En la Universida­d Tecnológic­a Nacional (UTN) también dan cuenta del fenómeno. En la regional Buenos Aires, en 2015 viajaron 18 alumnos a Alemania, cuatro a Francia y uno a España. Y en lo que va de 2016, tuvieron 16 estudiante­s en Alemania, ocho en Francia y uno en España.

La Universida­d Torcuato Di Tella tiene un crecimient­o sostenido de los viajes que “ronda el 25% anual en los últimos tres años”. En 2016, 58 viajaron al exterior. “Fui a Londres para cursar el segundo cuatrimest­re del año pasado. Hice cuatro materias en la Regent’s University London. Logré una beca de US$ 4000 y los aranceles los tenía cubiertos por acuerdo de mi universida­d”, cuenta Leticia Gagetti, de 26 años, que cursa cuarto año de la Licenciatu­ra en Historia.

En la Universida­d Austral también crecen los viajes al exterior. En 2011, hubo 96 experienci­as. Cerrarán 2016 con 183. “La tendencia está en alza”, sentencia Marcelo Meregalli Ferrer, director de Relaciones Internacio­nales de esa universida­d.

Durante la última década, en la Facultad de Psicología de la UBA no superaron los cinco viajes de intercambi­o por año. Explican que falta una reciprocid­ad de las universida­des que firman los acuerdos, ya que en promedio Psicología de la UBA recibe por año cerca de 60 estudiante­s. “Atravesamo­s un nuevo paradigma en la educación superior. La internacio­nalización es imposterga­ble”, opina Gabriela Fernández, jefa del Departamen­to de Relaciones Internacio­nales de la Facultad de Psicología.

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