LA NACION

Optar, la agencia de viajes del Gobierno que cosecha elogios y críticas al mismo tiempo

pasajes. Creada para ofrecer servicios a los funcionari­os, el Estado es el accionista mayoritari­o; pero hay quejas por las trabas administra­tivas de la empresa de bandera

- Maia Jastreblan­sky

Al desembarca­r en el Gobierno, el Presidente y sus ministros debieron abandonar los viajes en primera o business en su aerolínea frecuente. Las normas de la gestión pública los forzaron a dejar atrás algunas costumbres. Entre esos mandatos, se encuentra la obligación de comprar sus pasajes de trabajo a través de Optar. Se trata de una unidad de negocios del grupo Aerolíneas Argentinas cuyo objetivo es ofrecer tickets aéreos a toda la administra­ción pública nacional. Hoy, esa “agencia oficial” está en una encrucijad­a: mientras que en la aerolínea de bandera buscan ordenar sus números y sacarla a flote, desde la Casa Rosada analizan cambiar la legislació­n para poder contratar a otras empresas.

“Nos resulta poco operativo. A veces Optar ofrece rutas complicada­s, más caras y de varias escalas que no se ajustan a la necesidad del funcionari­o”, describió un asesor que lleva agendas clave del Gobierno. Otro colaborado­r de un ministro se quejó: “Es muy incómodo estar limitado a Optar. Además, era un quiosco de La Cámpora”.

A principios de octubre, una resolución administra­tiva publicada en el Boletín Oficial dispuso un nuevo “régimen de viáticos, alojamient­o y pasajes” que incentiva a los funcionari­os a buscar “la ruta y la aerolínea que reúnan las condicione­s más apropiadas”. La norma no derogó la obligación de viajar por Aerolíneas Argentinas y usar Optar, porque aún rige el decreto 1191/12, de Cristina Kirchner, que ordena a la administra­ción pública utilizar los servicios de la aerolínea de bandera. Sin embargo, comenzó a flexibiliz­ar la política de viajes oficiales. Según señalaron fuentes oficiales a la nacion, a futuro la intención es llamar a licitación para contratar varias agencias y hacer “todo más eficiente y barato”.

En las oficinas del grupo Aerolíneas Argentinas recibieron la noticia con desazón. Los gerentes que dependen de Isela Costantini dicen que están duplicando esfuerzos para optimizar Optar y que están ofreciendo beneficios a los funcionari­os que no dan otras agencias. “Lo que pedimos es un poco más de tiempo, una oportunida­d”, aseguran.

Como todo en Aerolíneas Argentinas, el camino es cuesta arriba. Optar no estuvo ajena al desorden administra­tivo y al caos de números que Costantini encontró en la empresa. Mientras que la aerolínea no tenía balances desde 2013, la comerciali­zadora oficial de pasajes debía sus arqueos de caja desde 2008.

Recién este año se dispuso poner las cuentas en orden. Según pudo conocer la nacion, el balance 2008 ya fue revisado por la Auditoría General de la Nación y aprobado por la asamblea de accionista­s. Los balances que van desde 2009 hasta 2012 están bajo plena revisión del colegio de auditores de la AGN. Los correspond­ientes a 2013 y 2014 están por ser tratados por el directorio. Y el de 2015 está en plena elaboració­n y será examinado por auditores privados de las firmas Ernst & Young y PriceWater­House.

La empresa

En Optar, el Estado es accionista mayoritari­o. Trabajan 22 personas en sus oficinas de Aeroparque y vende un promedio de 3000 pasajes por mes. En rigor, es como cualquier agencia de viajes de la Web, donde rigen las leyes de oferta y demanda pero de uso exclusivo para los funcionari­os. Cuando un agente del Estado busca una ruta, la página devuelve una nómina con la tarifa neta y la “tarifa pública” de cada itinerario. Si bien la prioridad es Aerolíneas Argentinas, también brinda, de forma excepciona­l, opciones con otras empresas.

“Cuando empezamos la gestión nos reunimos con las secretaria­s de los ministros para que nos explicaran qué problemas tenía la herramient­a. Hoy, por un pedido del Gobierno, bajamos las comisiones a la mitad y el fee de agencia al 1%”, señalaron a este medio en Aerolíneas Argentinas.

La agencia oficial tuvo sus altibajos, aunque hoy da ganancias. Hasta 2012, los Kirchner dejaron el servicio de comerciali­zación de tickets para Presidenci­a en manos de un privado, Turicentro, que ganó sucesivas licitacion­es. Luego llegó el decreto de 2012, que cambió la normativa. Mientras que en 2013 la facturació­n de Optar ascendió a unos $ 160 millones, para 2014 esa cifra se elevó a $ 750 millones. De todas formas, los números finos se siguen analizando con los balances.

Tanto en los ministerio­s como en la Casa Rosada circula el rumor de que Optar “es de La Cámpora”. Desde Aerolíneas lo desmienten. Hoy, la agencia oficial está en la órbita de la Gerencia Comercial, que comanda Diego García, quien fue gerente de Ventas de Aerolíneas durante el kirchneris­mo. En esa época, estuvo a las órdenes de Juan Pablo Lafosse, hombre de confianza de Mariano Recalde, que dejó Aerolíneas para comandar Almundo.com.

Más allá de las chicanas políticas, lo cierto es que en Aerolíneas esperan que Optar pueda sobrevivir al pragmatism­o del Gobierno. Y tienen la esperanza de que Mauricio Macri se suba a la aerolínea de bandera cuando viaje por el mundo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina