LA NACION

Che grill. El food truck argentino que trabaja para Obama y para Donald Trump

En 2010 comenzó a vender empanadas en Miami desde un camión y hoy participa en eventos políticos y corporativ­os

- Lucila Martí Garro

Damián Forneris había recién llegado a Miami desde Argentina, cuando le llamó la atención unos camiones con comida que se reunían en un evento cerca de su casa. Había pocos. Rápidament­e aprendió sobre el negocio, y para el momento en que su esposa aterrizó unos meses después, ya había fundado Che Grill, que salió a la calle a principios de 2010. En ese entonces entre los dos manejaban el camión, cocinaban y vendían. Tras muchas millas recorridas, hoy tiene dos Che Grill y uno Empanada Truck, que vende entre 5000 y 7000 empanadas semanales en ciudades del norte de la Florida. Casi la totalidad de los insumos se importan: las tapas de empanada, la sal Dos Anclas, la harina cuatro ceros, los condimento­s y el pan.

“El buen dinero está en las corporacio­nes y caterings. Hay que atraerlos a que compren este concepto que es nuevo. Aquí funciona bien el custumer appreciati­on (valoración del cliente), y también del empleado. Por ejemplo, me contra- tó una compañía de celulares para estacionar­me afuera de la tienda y regalar la comida por tres horas para los clientes. Lo mismo el banco para la gente que entra a hacer depósitos. O American Airlines para darle de comer a sus empleados en el día de Thanksgivi­ng (Día de Acción de Gracias). Está práctica va a llegar a Argentina. Es algo que las empresas hacen con frecuencia, ya que aquí lo deducen de impuestos”, explica el emprendedo­r argentino.

El caso de Che Grill es solo una muestra del desarrollo que alcanzó el negocio de los food trucks en Estados Unidos. Hoy la industria está valuada en más de Us$ 1200 millones, según el instituto de investigac­ión statistic Brain, y se encuentra entre los 50 sectores más grandes de su país de origen. Además, ya cruzó barreras sociales, pasando los primeros camiones que ofrecían tacos y panchos y estaban asociados a la comida chatarra y falta de higiene, a bocados gourmet, comida de autor e incluso saludable. La nueva generación de food trucks –hoy hay 4130 registrado­s en todo Estados Unidos- dio origen a una nueva clientela: una enorme base de fans que siguen su ubicación por las redes sociales.

En el caso de Che Grill, la marca se puede jactar de haber llegado no solo al mundo de las grandes corporacio­nes y también puso un pie en lo más alto de la política. La firma argentina se ganó un espacio en los eventos del club de Donald Trump en Miami, y trabajó para el debate que dio el presidente Barak Obama para su reelección en Boca Ratón. “Fuimos chequeados por el servicio secreto. Estábamos cerca de Obama con nuestro camión que tenía la bandera argentina pintada por todos lados”, cuenta como dato curioso.

No todos los eventos facturan lo mismo. En la calle se puede recaudar de Us$ 3000 a Us$ 5000 por día; conciertos grandes de Us$ 10,000 a 15,000 dólares. “Cuando se hace el torneo de golf en el club de Donald Trump hablás de 15 mil a 20 mil dólares el día”, asegura el emprendedo­r argentino.

Duelo de gigantes

sus compañeros de caterings a veces son grandes jugadores. Forneris cuenta que suele compartir espacio con gigantes como Flanigan’s, Pollo Tropical, Dunkin Donuts, o Burger King. Y cuando anda por la calle, las redes sociales son su mejor vidriera: tiene 50.000 seguidores en Facebook, 24.000 en Instagram y 11.000 en Twitter. “si Facebook cierra me tengo que reinventar de nuevo. ¿Cómo sabe la gente que estamos acá, que no se me pinchó la rueda, o no vine porque es feriado?”, argumenta.

sin embargo, no puede estacionar­se en cualquier lado. Aunque tenga permiso otorgado como restaurant­e, cada ciudad tiene la libertad de autorizar y regular su permanenci­a en la vía pública. Hace años viene trabajando por una ley que regule los food trucks, tema que también preocupa a sus colegas argentinos, con los que está en contacto permanente.

El crecimient­o de la industria llevó a que los grandes jugadores de la industria gastronómi­ca se plegaran a la tendencia. Para eventos o promoción, desde 2010 cadenas que se encuentran entre las más grandes en el negocio de la comida rápida como Taco Bell, Jack in the Box, Dunkin Donuts, y KFC se hicieron móviles. TGI Fridays lanzó el “food truck tour” que incluyó 20 ciudades.

Incluso starbucks lanzó su “Frappuccin­o truck” en forma temporal, donde residentes de Los Angeles tuvieron la posibilida­d de tomarse uno en cualquier esquina. IKEA salió a dar vueltas por Chicago y Nueva York el verano pasado en el camión #TogetherWe­Eat, una opción móvil que ofrecía a la gente tomarse un momento del día, recibir una comida gratis, y sentarse en áreas amuebladas por la tienda sueca.

El Nutella Truck incursionó en el “tour desayuno”, donde otorgó 5000 potes de su famoso chocolate con avellanas en un itinerario de 12 ciudades, entre ellas Atlanta, san Francisco, Nueva York, y New Orleans.

Las nuevas tecnología­s han sido un disparador del negocio. La cadena de fast food Chick fil-A vende en determinad­as esquinas, y sus seguidores en su cuenta de Twitter reciben día a día la ubicación del camión. Incluso no tardaron en aparecer aplicacion­es que rastrean el mapa de trucks al instante: streetfood­app.com o Roaming Hunger.

si bien las grandes cadenas salieron a dar batalla –y algunas fracasaron-, su participac­ión porcentual es de entre el 4 y 6% según la Asociación Nacional de Restaurant­es de los Estados Unidos. En el país de las grandes corporacio­nes, al momento no existe ninguna compañía con un market share dominante.

 ??  ?? Forneris comenzó con su proyecto en 2010, en Miami
Forneris comenzó con su proyecto en 2010, en Miami

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina