Dos femicidios en Córdoba
Un peón rural admitió haber estrangulado a Brenda Arnoletto, luego de abusar de ella en una obra en construcción; un día después de ese hecho un hombre acuchilló a su ex esposa delante de sus hijos
Un hombre mató ayer a su ex; detuvieron al violador y asesino de Brenda Arnoletto.
CÓRDOBA.– Un trabajador “golondrina” de 37 años confesó ser quien golpeó, violó y estranguló a Brenda Arnoletto, la joven de 24 años asesinada el lunes a la noche en Pozo del Molle, un pueblo de 6000 habitantes a 180 kilómetros de la capital provincial. El detenido tiene antecedentes de ataques sexuales. Casi al mismo tiempo de esa admisión se produjo el femicidio número 23 en esta provincia: el de Guadalupe Herz, de 28 años, que fue apuñalada por su ex pareja en Washington, cerca de Río Cuarto. El homicida fue detenido.
“Me mandé un cagadón... si me tienen que linchar que me linchen”, dijo Emanuel Heraclio Retamar, el confeso violador y asesino de Arnoletto. Contó que la vio pasar varias veces frente al lugar donde él tomaba una cerveza. Se escondió y la empujó dentro de la obra en construcción donde horas después fue hallado el cuerpo de la chica.
La autopsia confirmó que Brenda fue brutalmente golpeada y estrangulada; se hallaron rastros de semen, producto de la violación.
El detenido había llegado desde Santa Fe para trabajar en un campo cercano a Pozo del Molle; empezó a declarar y, por sus contradicciones, quedó detenido como sospechoso. Entonces se quebró y confesó.
Brenda “se resistió con todas sus fuerzas” a la violación, según describió el fiscal René Bosio a cargo de la causa. Debajo de las uñas de la víctima había restos de piel, señal de que quiso defenderse.
“Fue un abuso fuerte, con lesiones tanto vaginales como anales –sostuvo Bosio–. Fue sumamente golpeada, presentaba excoriaciones en todo el cuerpo, lesiones extra genitales en ambas piernas, propias del abuso, traumatismo en el cráneo y contusiones pulmonares”.
El sospechoso fue arrestado en Trichera, pueblo del departamento de San Justo, a 12 kilómetros de Pozo del Molle. El fiscal contó: “Primero dijo que la noche del cri- men se había ido en colectivo, pero eso no era cierto; hizo «dedo» porque había perdido el ómnibus de las 22.30 para el que tenía pasaje. Quienes lo vieron afirmaron que estaba «muy nervioso»”.
Esa contradicción fue determinante para los investigadores. La chica había salido a caminar a las 21 del lunes y media hora después se encontró con una amiga. Y ya no se supo más de ella. La noche siguiente, con el crimen consumado, una multitud marchó para reclamar justicia. La familia Arnoletto es muy querida en el pueblo.
Retamar quedó acusado de homicidio doblemente calificado por ser criminis causae (para tapar otro delito, el abuso sexual) y por mediar violencia de género (femicidio). Ayer fue trasladado a Villa María mientras la joven era enterrada.
El de Brenda tiene un punto en el caso de Camila Carletti, la chica de 22 años asesinada a mediados de septiembre en Adelia María. Quien la mató, Juan Ramón Villar, también era trabajador rural. Carletti fue secuestrada y degollada. La diferencia entre los crímenes es que Camila conocía a Villar y, aparentemente, “habría pactado una relación sexual consentida por dinero”.
Por ese motivo el fiscal Walter Guzmán no considera asesinato de Camila como un femicidio e imputó a Villar por homicidio simple. La familia de la joven exige todavía un cambio en la calificación.
Ataque cruento
Un día después que Brenda, otro femicidio sacudió a la provincia: Guadalupe Herz fue asesinada de varias puñaladas en el cuello y en el abdomen, en una vivienda de la localidad de Washington. La mujer fue llevada al hospital de Vicuña Mackenna, pero ingresó muerta.
Era madre de cinco niños y en los últimos días se había separado de José Luis Aguilera, de 41 años, que a las 14 de ayer entró en la casa donde su ex mujer almorzaba con su madre y los chicos, y desató el drama de horror y de sangre.