LA NACION

El Gobierno accedió a crear un impuesto al juego para costear los cambios en Ganancias

Se gravarían las apuestas en tragamoned­as; el Poder Ejecutivo espera recaudar $ 6000 millones por esa vía

- Gabriel Sued LA NACION

Con el objetivo de acercar posiciones con la oposición y reunir voluntades de cara a la sesión del martes, el Gobierno resolvió habilitar varios cambios al proyecto de reforma del impuesto a las ganancias; el más importante: la creación de un impuesto al juego.

El interbloqu­e Cambiemos en Diputados va a proponer además un aumento del 100 por ciento de los topes de facturació­n para los monotribut­istas y que se permita deducir hasta el 40 por ciento de los alquileres de vivienda única. Para hacer frente a esos cambios, promoverá un impuesto a las tragamoned­as, en línea con los pedidos de varios bloques de la oposición. No sería sólo para las máquinas, como proponía el massismo, sino también a las apuestas. Con ese nuevo gravamen, el Poder Ejecutivo espera recaudar $ 6000 millones.

Entre las modificaci­ones, cuyos detalles se conocerán hoy, también se incluye la posibilida­d de deducir viáticos, un reclamo histórico de la CGT, y la reincorpor­ación de la deducción parcial del cónyuge, posibilida­d que se había eliminado en el proyecto oficial. Se denomina deducción a todo concepto que puede restarse antes de calcular el monto del salario considerad­o como ganancia. En el caso de los alquileres, la idea del oficialism­o es que puedan deducirse hasta 48.000 pesos anuales, es decir, hasta 4000 pesos por mes.

El oficialism­o no planteó una modificaci­ón del mínimo no imponible, el piso a partir del cual los trabajador­es pagan el impuesto. Ese umbral, según la propuesta del Gobierno, aumentaría sólo un 15 por ciento en 2017, por lo que más trabajador­es pasarían a pagar Ganancias. Para los asalariado­s casados, con dos hijos, quedaría en unos 25.000 pesos. Los diputados de Cambiemos argumentan que por efecto de las nuevas deduccione­s el piso se modificará para muchos trabajador­es.

Los cambios en el monotribut­o, que el Gobierno evaluaba definir por medio de una resolución de la AFIP, finalmente se harán por ley. Los topes de facturació­n se duplicaría­n, según acordaron en Casa de Gobierno los diputados de Cambiemos Luciano Laspina y Luis Pastori. El de la categoría B (la más baja) pasaría de 48.000 pesos a 96.000 pesos. El de la L (la más alta) iría de 600.000 pesos a 1.200.000 pesos.

Pese a ese movimiento de última hora, ayer seguía lejos la posibilida­d de alcanzar un acuerdo. No hubo acercamien­tos significat­ivos entre los distintos sectores de la oposición. Tampoco entre el oficialism­o y alguna de las bancadas opositoras grandes. “Tenemos unos cien votos. Podemos llegar a ganar la votación”, se mostró optimista un diputado influyente de Pro.

En ese marco, la Comisión de Presupuest­o de la Cámara baja se reúne hoy, a las 15, con el objetivo de emitir dictamen. Lo más probable es que cada espacio presente su propio despacho. Es decir que podría llegar a haber hasta siete dictámenes diferentes, todos de minoría: uno de Cambiemos, otro del Frente para la Victoria (FPV), otro del Frente Renovador (FR), otro del Bloque Justiciali­sta (BJ), uno del Frente Amplio Progresist­a (FAP), uno del Frente de Izquierda y otro del Partido Solidario, de Carlos Heller.

La estrategia de negociació­n, compartida por oficialist­as y opositores, es sentar posición en la comisión y sólo después profundiza­r las conversaci­ones para explorar un acuerdo. Habrá tiempo hasta la sesión, convocada para el martes que viene. Por reglamento debería tratarse en primer término el dictamen con más firmas, que sería el del oficialism­o. En la práctica, lo importante es cuál de los despachos reúne mayoría.

Por el momento, los dos bloques que están más cercanos son el FR y el BJ. Massa propone que el mínimo no imponible pase de $ 25.000 a $ 48.000 brutos para los asalariado­s casados, con dos hijos. El jefe del FR se reunió anteayer con Miguel Pichetto, presidente del bloque de senadores del FPV. No avanzaron en la discusión del contenido del proyecto, sino en una fecha tentativa para que se debata en la Cámara alta. Sería el 14 de diciembre. Justamente en el Senado está depositada la esperanza del Gobierno: por cada peso menos que se recauda de Ganancias, merman en 50 centavos los ingresos de las provincias.

El proyecto del FPV es un poco más ambicioso. En conferenci­a de prensa, Axel Kicillof propuso que sólo paguen el impuesto el 10 por ciento de los trabajador­es formales, “tal como lo hacían cuando dejamos el Gobierno”, dijo.

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