Sin oposición, Monzó fue reelegido al frente de Diputados
Salvo la izquierda, que se abstuvo, todos los bloques apoyaron al diputado de Pro y exaltaron su capacidad política para el consenso
La reelección de Emilio Monzó (Cambiemos) como presidente de la Cámara de Diputados significó mucho más que un trámite legislativo. Fue, por sobre todo, un respaldo rotundo de sus pares a un dirigente del oficialismo que reivindica la política con mayúsculas, aún en disidencia con funcionarios de su propio gobierno que suelen abjurar de esa palabra.
“Si no fuera por la política, no hubiera salido ninguna ley de este Congreso”, exaltó ayer Monzó, ya ubicado, otra vez, en el sitial de la presidencia. Todos los bloques, salvo la izquierda –que se abstuvo– habían apoyado su postulación.
El diputado de Pro, quien supo ser uno de los armadores políticos más importantes en las dos últimas campañas electorales del presidente Mauricio Macri, es catalogado en el riñón del macrismo como un “rebelde” y desconfían de él por sus raíces peronistas. Marcos Peña, jefe de Gabinete, y Jaime Durán Barba, consultor del Gobierno, suelen ser sus mayores críticos. Monzó no se queda callado: en una reciente entrevista con el diario Perfil, enfatizó que “Duran Barba tiene muy poca idea, y casi nada, de la realidad de la política territorial de la Argentina” y admitió que el espacio Cambiemos se consolida “como espacio de gestión pero no como espacio político”. Asimismo, criticó los timbreos que realizan los funcionarios públicos para mantener contacto con la gente, una iniciativa de Peña.
“Yo reclamo más profundidad en la política. Además del timbreo, uno quiere que la política no esté ausente desde el punto de vista de los dirigentes, de la política tradicional, de la territorial, porque después acomodar el escenario político en campaña es más difícil”, enfatizó el dirigente de Pro.
En este contexto, Monzó recibió ayer el aval mayoritario de los bloques, tanto del oficialismo como de los opositores.
El jefe del interbloque de Cambiemos, Mario Negri, exaltó la capacidad de Monzó para construir consensos y garantizar la “pluralidad de voces” en un Congreso fragmentado políticamente, en el que el oficialismo es minoría. “A veces apeló a su silencio para la construcción de los acuerdos. Y ese es un hecho valorable, porque en política no es sencillo sacrificar el deseo de hablar de lo que uno piensa”, sostuvo.
También el Frente para la Victoria, en la voz de su jefe Héctor Recalde, apoyó la postulación de Monzó y rescató que, pese a las diferencias con el oficialismo, “la Cámara funcionó más o menos bien”. A su turno, la jefa del bloque del Frente Renovador, Graciela Camaño, señaló que “en muchos años no hemos tenido un presidente de cámara que tuviera la paciencia y la bonhomía en el manejo del debate parlamentario. Eso es muy valorable, y lo da el tener una mirada política”.
En la misma sesión preparatoria, los diputados eligieron a José Luis Gioja (Frente para la Victoria), Patricia Giménez (Cambiemos) y Felipe Solá (Frente Renovador) como vicepresidentes primero, segundo y tercero, respectivamente.