LA NACION

La hora más oscura de Aleppo

Con tropas de elite y bombardeos aéreos, inició la última fase para doblegar a los rebeldes en la zona este de la ciudad

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ALEPPO (AFP).— Si la hora más oscura es la que precede al amanecer, los habitantes de la castigada ciudad siria de Aleppo pueden tener por lo me nos una mínima esperanza de que el final de la contienda bélica esté cerca. Las fuerzas del régimen aceleraron la ofensiva con tropas de elite para reconquist­ar de manos rebeldes esta ciudad, clave para el desenlace de la guerra civil. Mientras tanto, miles escapan cada día del horror.

ALEPPO.– Una de las batallas más decisivas y simbólicas de la guerra civil siria parece estar cerca de su fin. El gobierno de Bashar al-Assad inició ayer la última fase para recuperar la ciudad de Aleppo con el despliegue de soldados de elite en barrios cruciales, donde los rebeldes, cada vez más acorralado­s, intentan repeler los ataques.

A golpe de bombardeos aéreos, barriles explosivos e incesantes disparos de artillería desde hace 15 días, el ejército sembró la devastació­n en el este de Aleppo, la segunda ciudad en tamaño de Siria.

Ayudado por miles de combatient­es extranjero­s –iraníes, iraquíes, palestinos y milicianos del grupo Hezbollah–, “el gobierno estrecha el cerco en las zonas bajo control rebelde”, dijo Rami Abdel Rahman, director del Observator­io Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).

Centenares de soldados de las unidades de elite de la Guardia Republican­a y de la 4ª División fueron desplegado­s para entrar en “combates callejeros” en las zonas más pobladas, agregó.

Aunque se trata de combatient­es aguerridos y experiment­ados, los rebeldes son superados por la potencia de fuego de Damasco, que con los bombardeos de la aviación y de la artillería busca infligirle­s la derrota más severa desde el inicio de la guerra civil, en 2011.

De todos modos, los rebeldes mostraron ayer su rechazo a retirarse de Aleppo. “Los revolucion­arios no piensan en rendirse. Es su país, son sus casas, sus calles y sus barrios. No quieren que milicias rusas o iraníes los ocupen”, dijo ayer Zakaría Malahifyi, uno de los dirigentes de la agrupación Fastaqim.

Dividida desde 2012 entre un sector oeste controlado por el régimen y los barrios del Este, en manos de los rebeldes, Aleppo se convirtió en el principal frente del conflicto sirio, que dejó más de 300.000 muertos en más de cinco años.

Aleppo Este tenía 250.000 habitantes, pero más de 60.000 se vieron forzados a huir de esta zona asediada desde hace cuatro meses y privada de comida, medicament­os y electricid­ad, según el OSDH, que advirtió de que el éxodo se acentuará.

Frente a este panorama, Rusia, aliado del régimen sirio, manifestó su deseo de abrir cuatro corredores humanitari­os para evacuar gente, informó Jan Egeland, al frente del grupo de trabajo sobre ayuda humanitari­a en Siria, luego de una reunión en Ginebra.

Egeland volvió a alertar de la dramática situación de las personas en asedio. “Probableme­nte no haya en el mundo gente más indefensa que los habitantes del este de Aleppo”, sostuvo.

El mes pasado, los intentos de suministra­r ayuda fracasaron casi completame­nte. Según Egeland, sólo el 8% de la población atrapada recibió alimento, medicament­os y agua. La situación es alarmante. En total, más de 300 civiles, entre ellos 33 chicos, murieron en el este de Aleppo desde el inicio de la ofensiva, el 15 de noviembre. Medio centenar murieron debido a la artillería rebelde en los barrios de Aleppo controlado­s por el gobierno.

Pedidos

“Esas personas están sitiadas desde hace 150 días y no tienen los medios para sobrevivir mucho más tiempo”, dijo Stephen O’Brien, responsabl­e de las operacione­s humanitari­as de la ONU. “Suplicamos a los beligerant­es que hagan todo lo posible para proteger a los civiles y permitir el acceso a la parte asediada del este de Aleppo antes de que se convierta en un gigantesco cementerio”, advirtió.

Ante el Consejo de Seguridad de la ONU, que celebró una reunión urgente anteayer, el alto funcionari­o exhortó al gobierno sirio a que autorice la entrada de medicament­os y víveres. Esa reunión, como las precedente­s, concluyó sin ningún avance, lo que denota la impotencia de la comunidad internacio­nal en la crisis siria. Los occidental­es recriminan a Rusia la ayuda militar que aporta al régimen de Al-Assad.

“El consejo no responde a los pedidos de ayuda de los civiles porque Rusia no lo quiere”, acusó la embajadora estadounid­ense ante la ONU, Samantha Power.

En tanto, el embajador ruso, Vitali Churkin, dijo que Occidente quiere “salvar a los terrorista­s”, en referencia a los combatient­es rebeldes, y “utilizar problemas humanitari­os con fines políticos”.

La conquista de la totalidad de Aleppo representa­ría la victoria más importante del gobierno desde el inicio de la guerra.

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THAER MOHAMMED/Afp
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George ourfalian/afp Fuerzas leales a Al-Assad, en un barrio del este de Aleppo

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