Durante 10 días, la danza contemporánea copa la parada
Hoy se inicia el Festival Buenos Aires Danza Contemporánea con una variada cantidad de propuestas, que se presentarán con entrada gratuita en más de veinte espacios
Hace apenas dos meses y medio que la reconocida coreógrafa roxana Grinstein asumió la dirección artística del Festival buenos Aires danza contemporánea, que comienza hoy y que, hasta el domingo de la semana próxima, propondrá un amplio abanico de espectáculos creados por indiscutidos creadores como Gabriela Prado, Luis biasotto, soledad Pérez Tamar, Juan Onofri barbato, Fabiana capriotti, iván Haidar, Adriana barestein, carlos casella, marina Otero, celia Argüello rena, Pablo Lugones, brenda Angiel o diana szeinblum.
–¿Cual fue el mayor desafío?
–confieso algo: una columna publicada en el diario en el cual trabajás decía que el gran desafío de este festival era ver si, en tan poco tiempo, iba a poder darle una impronta al festival. ese comentario me sirvió como llamada para hacer un festival que tenga una marca propia.
–¿Y cuál sería esa marca?
–Las relecturas, el poner en diálogo el pasado con el presente para proyectar el futuro. También modificar un poco el concepto de la convocatoria en función de ese principio de realidad que rige cada vez que he hecho trabajos de gestión. el desafío no fue “juntar” una serie de obras, sino que hubiera un concepto que atraviese al encuentro. muchos de los segmentos de producción tienen su contraparte con mesas redondas, con el pensamiento, con la reflexión en sí misma. Por supuesto que se hizo en poco tiempo, pero ni bien acepté la dirección acordé ponerme a trabajar en el siguiente. sí debo reconocer que hubo mucha voluntad de trabajo por parte del ministerio de cultura de la ciudad y que el medio respondió. de hecho, a la convocatoria se presentaron 190 obras.
–Del lanzamiento de esa convocatoria a su cierre pasaron 10 días. Poco tiempo.
–Lo sé. Pero que se hayan presentado tantos trabajos da cuenta de lo esperado que es el festival.
–En este marco de apuros y con una difusión que comenzó hace pocos días, ¿cómo supera el festival lo endogámico, cómo gana nuevos públicos?
–cuando termine se podrá saber. Por lo pronto, esta edición tiene pensada una franja de espectáculos para niños y familia para que los chicos aprendan a ver danza, porque sabemos que es nuestro público del mañana. Por su parte, todo el segmento Línea Arquitectura propone el encuentro con la danza en espacios no convencionales, y el segmento Línea miniaturas apuesta a intervenciones sorpresivas. Todo estas líneas están destinadas a abrir el panorama. en toda la programación el festival dialoga con ámbitos, con el pasado. si en la edición anterior se hizo un homenaje a Ana itelman, este año reparamos en renate schottelius, una pionera. ellas dos fueron las que idearon el ciclo Otras danzas que se hizo en el centro cultura recoleta y que terminó durante la famosa bienal de Arte Joven, de 1989. Por eso programamos Rojos pasos, montaje en el que carlos casella y Ana Frenkel hacen una relectura de aquella obra que estrenaron en el marco de la bienal que, justamente, curó itelman. Todo el encuentro está atravesado por la idea del presente y del futuro, de lo de aquí y lo de allá. Por eso hay obras de creadores locales y obras extranjeras, como la de eduardo Fukushima, de brasil; la de Thomas Hauert, de suiza, y la de los argentinos radicados en Alemania Fernando nicolás Pellicioli y carlos Osatinsky.
El otro mapa del festival
desde hace tiempo, el sector de la danza contemporánea independiente viene expresando su descontento con las políticas públicas implementadas por el gobierno porteño. ¿cómo se ubicó ella, persona íntimamente ligada al sector, como creadora y como gestora, en este otro mapa de tensiones? “bueno –contesta–. cuando tomé la dirección de Prodanza también era un momento difícil. siento que tengo una militancia en relación a la danza y me puse al hombro el festival para tratar de ayudar siempre pensando que, quizá, mi lectura no puede ser la adecuada... sentí que tenía que estar, que el festival tenía que ser amplio en su mirada.”
–En estas últimas semanas hubo otra convocatoria: el concurso de proyectos de coproducción entre el festival que dirigís y el FIBA para estrenar dos obras en dicho encuentro internacional. Como en el anterior, desde el anuncio de la convocatoria hasta el cierre hubo 10 días. ¿Por qué?
–Lo explico: en la convocatoria anterior habíamos anticipado esta otra convocatoria. Tardó en salir el formulario porque conseguimos varias ventajas para los creadores. La idea era anunciar a los dos ganadores en el marco del festival, pero como se anotaron pocos debimos postergar el cierre.
–Dicho subsidio nació como respuesta al reclamo por la poca presencia de montajes coreográficos en la 9ª edición del FIBA y se estrenaron en la del año pasado. Pero tratándose de un festival de artes escénicas que no debería hacer diferencia entre una disciplina y otra, ¿que se coproduzcan dos montajes de danza no es una forma de legalizar el segundo plano que ocupa lo coreográfico frente al teatro?
–Parte del dinero de esas coproducciones sale del Festival de danza porque considero que ese sector tiene menos posibilidad de conseguir subsidios que los montajes teatrales que tienen, por lo menos, dos organismos para ello. Y en relación al FibA, que esté o no la danza depende del director artístico. cuando en 1999 fui curadora del FibA hubo 12 montajes de coreógrafos locales.
–Si el Festival Buenos Aires Danza Contemporánea que comienza hoy es el posible, ¿cómo sería el soñado?
–con mejores condiciones, con más tiempo. Para el actual quise que vinieran programadores extranjeros, pero no llegamos. sí pudimos organizar una mesa con programadores que ofician como “perfume” o “pequeños flashes” del soñado.
–¿El soñado sería con entrada gratuita, como es el actual?
–A mí mucho no me interesa la entrada gratuita, sí la económica.