Un preso aportó la pista clave para hallar el cuerpo de Bortot
Mariela desapareció el 25 enero de 2014 en Inriville; la identificaron por una prótesis
CÓRDOBA.– Casi tres años después de su desaparición, y por el testimonio de un jornalero preso, fueron encontrados restos óseos de Mariela Bortot, la mujer de 40 años, que salió a caminar el 25 de enero de 2014 por Inriville, localidad situada 270 kilómetros al sudeste de la capital provincial, y nunca regresó.
Ante una serie de indicios que supuestamente lo vinculaban con el asesinato estuvo detenido el ex policía Jorge Orellano, que fue liberado por falta de pruebas, aunque actualmente continúa imputado por privación ilegítima de la libertad.
Bortot trabajaba en dos comercios y era madre de dos hijas. Salir a caminar por su pueblo, de unos 4000 habitantes, era su hábito. El último día que fue vista con vida no llevaba documentos ni dinero consigo; sólo un teléfono celular.
Tres días después de su desaparición fue encontrada una ojota de ella a orillas del río, en un campo de la estancia del intendente del pueblo, Marcos Rodrigué. Orellano, que hacía infructuosos intentos para obtener de Bortot una atención amorosa, trabajaba para el empresario–funcionario.
Su familia y los vecinos marcharon pidiendo por ella; el gobierno provincial ofreció una recompensa de $100.00 a quien acercara datos. La policía de Córdoba fue separada de la investigación por mal desempeño y la reemplazó un grupo de la Policía Judicial. Ellos tampoco lograron nada. El último intento de dar con la mujer fue la búsqueda en un aljibe, a mediados de este año.
La familia, que abonaba la sospecha de que a Mariela la habían asesinado, rogaba que le dijeran dónde estaba el cadáver para poder enterrarla. Hace unas semanas el trabajador rural Juan Rodríguez, actualmente preso en la cárcel de Villa María por abuso sexual con acceso carnal, declaró que la había visto con un sujeto en el campo. Afirmó que un rato después de que pasaran fue hasta el lugar y encontró tierra removida y, asomando, lo que parecía ser una mano. Los investigadores ahora llevaron a Rodríguez al campo y encontraron los restos óseos.
Los huesos fueron analizados por expertos del Instituto de Medicina Forense; la ficha odontológica y una prótesis del hombro derecho, que le habían colocado por un accidente, fueron determinantes para certificar que correspondían a Bortot. Los estudios traumatológicos indican que no hubo lesiones óseas relacionadas con la muerte.
Los técnicos analizan una muestra de tejido óseo para hacer el ADN en el Instituto de Genética Forense de Córdoba; para los investigadores lo ya determinado dejó en claro, al menos, que el cadáver hallado en un campo de Inriville es de Bortot.
Desde el inicio se descartó que la mujer se hubiera ido voluntariamente. Le había pedido a su hija mayor que la esperara en casa y no llevaba documentos ni dinero. La hipótesis original fue un ataque sexual seguido de muerte. El ex marido de Bortot estaba fuera de sospecha y la búsqueda apuntó a otros hombres. Orellano quedó en la mira después del hallazgo de la ojota y porque su Peugeot 206 había sido visto cerca de la mujer.
Durante la búsqueda de la mujer fueron rastrillados cientos de kilómetros de campos, ríos y arroyos. El cuerpo fue hallado en el último lugar donde fue vista con vida, cerca de Inriville