En busca de la mejor ley
E n 1992, la Asamblea General de la oNU proclamó el 3 de diciembre Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Este año se cumplen 10 de vigencia de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Por eso es oportuno reflexionar sobre los avances que hemos hecho en el reconocimiento de estos derechos.
No hace mucho, la discapacidad era considerada una enfermedad y la persona con discapacidad, un enfermo al que se trataba como crónico incurable. Había que brindarle la medicación paliativa y tratamientos que lo mantuvieran en el statu
quo que presentaba al momento de ingresar en el sistema de salud.
Luego el enfoque se tornó misericordioso o caritativo: las personas con discapacidad seguían siendo consideradas enfermos, pero se las reconocía como un colectivo vulnerable al que había que proteger y beneficiar.
El enfoque ha ido evolucionando, y ahora las personas con discapacidad acceden a sus derechos de la misma forma que aquellas personas sin discapacidad y ese acceso debe garantizarlo el Estado.
Muchas leyes argentinas han abierto el camino para el cambio de mentalidad y mirada. En 2006, la Argentina firmó la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, paso clave en la transformación del concepto de discapacidad. Así, el principio de igualdad, que se encontró siempre presente en nuestra Constitución nacional, comenzó a ser respetado e interpretado en sentido amplio. Tanto el Estado como la sociedad han transformado su forma de percibir a las personas con discapacidad, gracias a la lucha constante de las propias personas y de las organizaciones no gubernamentales que las representan.
Logramos considerar sujeto de derechos –ya no se trata de un enmejor fermo– que debe acceder a la educación común inclusiva, que debe acceder a las prestaciones médicas, al transporte público en forma gratuita, que debe tener acceso a la recreación y a la organización de actividades deportivas.
El entorno es el que determina la calidad de vida de las personas con discapacidad. En la Cámara de Diputados estamos trabajando un proyecto de ley (2115) que reemplaza a la ley madre de la discapacidad (22.431). El proyecto actualiza conceptos, pero sobre todo considera eje para crear la nueva normativa la consigna “nada sobre nosotros sin nosotros”. Ésta es una obligación según la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, ya que establece que cuando se trata un cuerpo legal de tanta importancia hay que efectuar una consulta con las personas con discapacidad. Con esta indicación es que estamos trabajando para lograr la ley de discapacidad posible.
Hace dos años que este proyecto se viene debatiendo entre los representantes de los distintos partidos políticos en la Comisión de Discapacidad del Congreso. Desde entonces hemos solicitado se arbitren los medios para que las organizaciones de personas con discapacidad y las propias personas participen en este proceso legislativo que tanto les atañe. Queremos que el debate de este proyecto de ley no esté teñido por mezquindades políticas. Por eso en esta fecha y desde el lugar que nos toca a cada uno en la sociedad trabajemos por llegar a acuerdos que beneficien a las personas con discapacidad, permitan concretar sus derechos y apunten a un enfoque amplio sobre el tema, donde las decisiones sean tomadas por sus protagonistas.