lomachenko: el elegido para 2017
v asyl Lomachenko quería ser un famoso jugador de hockey sobre hielo en las pistas de su patria: Ucrania. Sin embargo, su padre lo convirtió en un exitoso boxeador y en la pieza más codiciada de la industria pugilística internacional para 2017. Sí, así de contundente, porque no vaciló en cada oportunidad que tuvo y supo aprovechar lo que sus colegas desperdiciaron durante este año: ganar, lucir y convencer.
Todo lo tedioso y poco tentador que exhibieron las carreras de los campeones más populares, como el kazajo Gennady Golovkin y el mexicano Saúl “Canelo”álvarez; la esforzada supervivencia del filipino Manny Pacquiao para perdurar en el primer nivel y el rotundo fracaso del ruso Sergey Kovalev, en su estreno perdedor en Las Vegas ante Andre Ward, eyectaron a Lomachenko a la máxima consideración. Sobre todo, después de su victoria del sábado pasado ante el jamaiquino Nicholas Walters, quien al mejor estilo de Roberto Durán, dijo “No más”, y se bajó del ring del hotel Cosmopolitan, en Las Vegas.
Lomachenko tiene 28 años y el título liviano jr (OMB) en su poder. El célebre Bob Arum, su promotor, de 84 años, expresó: “Es el hallazgo más importante del boxeo en muchísimo tiempo. Tiene la brillantez que sólo vi en la juventud de Cassius Clay. Posee atributos distintos a los de Floyd Mayweather, sobre todo en el balance y el equilibrio de su cuerpo. Será el mejor en pocos meses”.
¿Quién es Lomachencko? Es un producto genuino del boxeo olímpico. Aprendió, además, técnicas básicas del manual norteamericano para triunfar en Occidente.
Fue campeón olímpico en Pekín 2008, en peso pluma, y en Londres 2012, en categoría liviano. Ganó los mundiales amateurs de 2009 y 2011 y sus agentes publicitarios recuerdan permanentemente que de 397 combates aficionados sólo perdió uno, con el azerí Albert Selimov. Dato que cuesta certificar.
Tras 6 victorias consecutivas profesionales con licencia AIBA, a 5 rounds de 3 minutos, llegó a Las Vegas y tras ganar de manera convincente, Arum falló, “escondiendo” su pasado, en el intento de cristalizar una ficción poco veraz: consagrar al campeón mundial con menos cantidad de peleas en la historia. Sólo 2.
El mexicano Orlando Salido, en un raro fallo, lo batió por puntos en 2014. Al match siguiente, el 9º de su campaña, se coronó campeón pluma (OMB) al derrotar a Gary Russell Jr. y desde entonces no paró.
Sumó otra corona: liviano jr (OMB), frente al puertorriqueño Román Martínez, al que levantó por los aires del Madison Square Garden, en junio último.
Su récord es de 13 victorias (5 KO) y un revés. Tiene proyecciones inmediatas hacia combates espectaculares. La búsqueda del tricampeonato ante el brítánico Terry Flanagan, titular de los livianos, y su reto al invicto Terrence Crawford , campeón welter jr., en uno de los desafíos más esperados de estos días.
Llegó desde Odesa con su esposa Elena y el pequeño Anatoly en brazos, lleno de antecedentes, medallas doradas y con poco efectivo. Hoy, en Los ángeles, comienza a descifrar contratos millonarios y percibe que, como los grandes animadores de los mejores shows, tendrá ocupadas las fechas más trascendentes de 2017. Es el hombre elegido por su talento diferente.