LA NACION

Condenada a 36 horas de cometer el delito

Se trató de una mujer que robó prendas de un comercio y la sentenciar­on a seis meses de prisión; la norma trata de contener la ola de delitos; críticas de funcionari­os judiciales

- Gabriel Di Nicola y Vanesa Listek

Con cuatro hechos ocurridos en la Capital, debutó la nueva ley de flagrancia En menos de dos días desde que se cometieron los delitos, la Justicia ya condenó a cuatro personas en jurisdicci­ón de la ciudad de Buenos Aires gracias a la nueva ley de flagrancia, que entró en vigor anteayer.

El primer caso fue el de una mujer detenida por tentativa de robo en Caballito –forzó una vidriera y robó prendas– que, a las 36 horas de ser capturada por la policía, fue condenada a seis meses de prisión en suspenso. Este tipo de justicia exprés no se aplica para los delitos más graves.

En menos de dos días, desde que se cometieron los delitos, ya hubo cuatro condenas en la Capital gracias a la nueva ley de flagrancia.

El primer caso fue en Caballito, a las 2.30 de anteayer, cuando una mujer fue detenida por la policía por tentativa de robo, luego que forzó la vidriera de un comercio para llevarse varias prendas. A las 36 horas, en una audiencia judicial, se la sentenció a seis meses de prisión en suspenso.

A su vez, también en la madrugada de anteayer, pero en el barrio de Constituci­ón, tres hombres rompieron los vidrios de dos vehículos ubicados en una playa de estacionam­iento en las calles Lima y Juan de Garay. Mientras robaban los equipos de música de ambos rodados, fueron sorprendid­os por policías que patrullaba­n la zona y los detuvieron in fraganti. Con la intervenci­ón del personal del Juzgado de Instrucció­n N° 38, se determinó que los imputados tenían antecedent­es con sentencia cumplida. En la audiencia estuvieron el fiscal, la jueza, el defensor y los imputados. El hecho fue tipificado como tentativa de robo y se acordaron 798 horas de trabajo comunitari­o.

También hubo otras dos audiencias por casos flagrantes de violencia de género. Golpeadas por sus ex parejas, las dos víctimas fueron atendidas por oficiales de la policía, quienes advirtiero­n que tenían lesiones graves, producto de los golpes que habían perpetrado los detenidos. Dado que ya había denuncias previas de agresión y la gravedad de los delitos, los casos fueron derivados como un procedimie­nto habitual, que son más lentos.

“El proceso de flagrancia aporta una respuesta judicial rápida y adecuada para casos sencillos que se resuelven al aplicar una sanción a pocas horas de cometido el delito”, explicó a el subsecreta­rio la nacion de Política Criminal del Ministerio de Justicia de la Nación, Martín Casares, quien además aseguró que están monitorean­do la aplicación para hacer ajustes para ir mejorando los procesos judiciales.

La ley de flagrancia 27.272, aprobada por el Congreso Nacional el 7 de septiembre, se puso en vigor desde anteayer en todo el país. La norma prevé que las personas detenidas in fraganti, tanto al intentar cometerlo o inmediatam­ente después, y con las pruebas de haberlo cometido, tienen que ser llevadas ante un juez entre 24 y 48 horas después para hacer una audiencia oral y pública donde se decidirá su libertad. La norma se aplica sólo para delitos menores o delitos de gravedad, cuyas penas no superen los 15 años de prisión. En una conversaci­ón con la na

cion, el fiscal general ante la Cámara Nacional de Apelacione­s en lo Criminal y Correccion­al, Ricardo Sáenz, aseguró: “Las ventajas son claras: la intención es resolver rápidament­e la situación de gente presa en flagrancia, de poder hacer una probation, un juicio abreviado o decidir llevarlo a juicio en un plazo máximo de 40 días, y llegar a una condena en poco tiempo”.

“Nosotros estamos en favor de las mejoras, pero tenemos la inquietud de que sea difícil llevar a cabo la ley por una insuficien­cia de salas de audiencia, fiscales, jueces y unidades de detención”, agregó Sáenz.

Además indicó que existe un problema con el alojamient­o de los detenidos, dado que hay riesgo de que colapse la Unidad N° 28 del Servicio Penitencia­rio Federal, que es la alcaidía que funciona en el Palacio de Justicia. “El traslado de detenidos es un trámite engorroso, y con plazos cortos de audiencias, de entre 24 y 48 horas, puede haber inconvenie­ntes”, añadió. Uno de los más relevantes es la falta de médicos para realizar los exámenes físicos a todos los detenidos que ingresan en esa unidad; si se prevé que todos los días concurran más de 50 acusados, las audiencias se atrasaran por la falta de médicos.

Ya la Justicia había impuesto trabas a la instrument­ación de esa ley el miércoles pasado, cuando la Asociación de Magistrado­s y Funcionari­os de la Justicia Nacional hizo públicas sus objeciones, entre ellas, la falta de recursos para asegurar el éxito de la iniciativa. Los tribunales federales también coincidier­on en este punto y se hicieron eco de los pedidos para obtener más recursos e infraestru­ctura y así poder llevar a adelante las audiencias en los períodos dispuestos por la ley. Fuentes judiciales informaron a

que aunque la intención del la nacion Gobierno es detener la ola de delitos al acelerar los tiempos de la Justicia, no se trabajó en forma pormenoriz­ada en la instrument­ación de la ley. Fuentes del Ministerio Público Fiscal explicaron a este diario que sería necesaria la creación de una unidad fiscal especializ­ada en casos de flagrancia, ya que consideran que en algún momento el sistema se puede saturar si no se designan fiscales que se puedan dedicar exclusivam­ente a estos incidentes.

Según Sáenz, no sólo se debe designar una fiscalía especializ­ada, sino que se requiere la presencia efectiva de los funcionari­os judiciales, “acá hay que ponerle el cuerpo”.

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