LA NACION

Chapecó prepara su gran funeral

La ciudad es pura tristeza: esperan a 100.000 personas en su cancha para el velatorio masivo

-

CHAPECÓ, Brasil (De un enviado especial).– En el estadio Arena Condá, el desfile de familiares de las víctimas del accidente aéreo en Colombia es una constante. Alaide Padilha –madre del arquero Danilo, rescatado con vida, pero que murió horas después– se quebró al hablar de la emoción que le produce cuando la hinchada del Chapecoens­e viva su nombre.

“¡Danilo! ¡Danilo!”, canta Padilha, mientras se señala el pecho y contiene las lágrimas. “Vi 27 veces la última jugada del partido ante San Lorenzo y hasta soñé que no la atajaba”, dice la mujer, mientras explica que su hijo vivirá cada vez que lo recuerden los simpatizan­tes del club de Chapecó.

Efectivame­nte, cuando terminó aquel partido contra el equipo argentino, Danilo se desplomó, en llanto y con los brazos al cielo, luego de haberle dado al Chapecoens­e el pasaje a una final histórica con su atajada.

Al terminar aquel encuentro, Danilo dijo a la cadena Fox que no se considerab­a un héroe. “Héroe no, nadie vence una guerra solo. Hubiera sido injusto si nuestro equipo hubiera recibido un gol en el último minuto (...) La unión del grupo mostró una vez más que es vencedora”, afirmó.

El camino de Danilo del éxito al horror duró apenas una semana. Ahora, en el arco de la atajada que todos recuerdan aquí sólo quedan flores.

“Quiero que recuerden a mi hijo con alegría. No hay forma de entender a una madre que tiene que enterrar a su hijo. Pero quiero que todos nos apoyemos para poder seguir”, comentó Alaide, que terminó abrazada con dos periodista­s brasileños que se conmociona­ron con sus palabras y el recuerdo de sus colegas fallecidos.

Otro de los familiares que buscó desahogo fue Osmar Machado, padre del defensor Filipe, que recibió la muerte de su hijo el lunes, el día de su cumpleaños.

“¿Cómo voy a recordar ahora cada 29 de noviembre? Ahora tenemos que buscar la forma para seguir adelante y una de las claves son los hermanos de Filipe. Porque la vida de mi hijo no me la devuelve nadie”, dijo el padre del defensor, que murió a los 32 años.

“Por ese idiota que calculó mal la nafta del avión y no paró para reabastece­r hoy no tengo a mi hijo acá conmigo”, remarcó, enojado, el padre de Filipe Machado. También cargó contra Michel Temer, el presidente de Brasil: “No debería hacer un acto en el aeropuerto, sino venir a saludar a los familiares al estadio. Eso es lo que correspond­e”.

“Las personas importante­s aquí somos nosotros y nuestros hijos que murieron”, agregó.

Otra imagen que se repite desde el martes en cada atardecer es el deambular casi zombi de los suegros de Dener Assunção Braz. Sus miradas se pierden en el horizonte del Arena Condá.

Hoy, luego del funeral colectivo en el estadio, el cuerpo del lateral izquierdo seguirá su camino hacia el sur, para finalmente ser enterrado en su Bagé natal.

Con los últimos rayos de sol, aquellos familiares que se sintieron convocados llevaron una rosa blanca al altar improvisad­o del estadio con la idea de contrarres­tar el efecto de luto de negro. En ese acto no hubo llanto contenido y se multiplica­ron los abrazos llenos de impotencia. Una nueva postal del dolor.

Los familiares y amigos serán los únicos que podrán acompañar hoy los féretros en el césped del estadio Arena Condá, y luego cada familia recibirá el ataúd para realizar una ceremonia privada antes del último adiós.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina