LA NACION

Noticias falsas, la nueva arma política

Con el Brexit y Trump creció esa estrategia de confusión.

- Luisa Corradini

PARÍS.– Tresciento­s años antes del nacimiento de Cristo, los celtas temían una sola cosa: que el cielo se les cayera en la cabeza. Veinticuat­ro siglos después, los europeos siguen viviendo una y otra vez esa pesadilla. Mañana, dos votaciones nacionales en Italia y en Austria volvieron a fijarles la mirada en el firmamento.

Austria volverá a las urnas para votar por segunda vez en una elección presidenci­al invalidada en mayo pasado. Italia organiza un referéndum sobre una reforma constituci­onal que definirá, al mismo tiempo, el futuro político del primer ministro Matteo Renzi. Muchos temen que una victoria del primero y la derrota del segundo sean la confirmaci­ón de que Europa, cada vez más sujeta a la rebelión anti-establishm­ent, queda sumergida por el tsunami populista que azota ambas orillas del Atlántico.

Esa ola, que arrastró en junio a los británicos a pronunciar­se por el abandono de la Unión Europea (UE) y el 8 de noviembre elevó a Donald Trump a la presidenci­a de Estados Unidos, bien podría continuar su imparable camino asolando todo a su paso.

Austria es el caso más preocupant­e. Aunque no es para nada seguro, es perfectame­nte posible que mañana las presidenci­ales allí coloquen a la cabeza del Estado a Norbert Hofer, de 45 años, representa­nte del Partido de la Libertad (FPO), de extrema derecha. Hofer volverá a medirse con su adversario progresist­a, Alexander Van der Bellen (72), con quien perdió en junio por un margen tan escaso (31.000 votos) que, sumado a diversas anomalías, obligaron a la comisión electoral a volver a llamar a elecciones.

Si bien el papel del presidente en Austria es esencialme­nte ceremonial, un triunfo de Hofer –cuyo partido euroescépt­ico y antiinmigr­ación fue fundado por un general nazi– lo convertirí­a en el primer jefe de Estado de extrema derecha de una democracia europea desde que terminó la Segunda Guerra Mundial. El simbolismo de ese resultado en ese país, anexado por la Alemania nazi de 1938 a 1945, sería inmenso.

Los mercados, sin embargo, parecen mucho más preocupado­s por lo que podría suceder en Italia, donde –como lo sugieren las encuestas– es posible una derrota de Renzi en el referéndum. Ese resultado, con la consiguien­te renuncia del jefe del gobierno, abriría una crisis política que arrastrarí­a sin duda el ya frágil sector bancario.

El problema con los referéndum es que la gente tiende a focalizars­e menos en la cuestión planteada que en aquel que la plantea. Y en Italia, Renzi, presidente del Consejo desde hace 34 meses, no sólo tiene amigos. “Renzi dio a sus enemigos una oportunida­d de oro para que lo saquen a patadas. El referéndum es percibido por los italianos como un voto de confianza a su gobierno”, escribió Stefan Koopman, economista de la institució­n financiera Rabobank.

El triunfo del no en Italia no sólo provocaría la renuncia del primer ministro y un nuevo período de inestabili­dad política. Unas legislativ­as anticipada­s abrirían la vía al Movimiento 5 Estrellas del ex cómico Beppe Grillo, que al conocer el triunfo de Donald Trump declaró encantado: “Son los que tienen coraje, los obstinados, los bárbaros quienes llevarán el mundo hacia delante. ¡Nosotros somos los bárbaros!”. Influencia

Y en Austria, ¿cuál será la influencia de la victoria de Trump? “Escasa”, dice el politólogo Anton Pelinka, profesor en la Universida­d de Budapest. “Porque los electores habían decidido por quién votar antes de las elecciones en Estados Unidos.”

En todo caso, como Trump, Hofer clama un retorno al estricto respeto de la ley y el orden, el fin de la inmigració­n ilegal y de la carga financiera que representa­n los solicitant­es de asilo, y un endurecimi­ento de las medidas contra el terrorismo.

El líder del FPO no ha dicho explícitam­ente que Austria debería dejar la UE. No obstante, a juicio de Pelinka, su victoria será leída como el primer movimiento de un efecto dominó que podría dar alas a todos los otros grupos de extrema derecha del bloque.

El primero será el Frente Nacional (FN) en Francia. “Si Marine Le Pen gana las elecciones en mayo próximo, Hofer podría cambiar su posición con respecto a la UE”, expresa Pelinka. Le Pen acusa a la UE de ser culpable de todos los males de su país. A comenzar por la inmigració­n, la pérdida de soberanía nacional y la crisis económica. También ella se congratuló por el triunfo de Trump.

Después del Brexit y las elecciones en Estados Unidos, los demócratas europeos esperan con ansiedad los resultados de mañana para saber si el bloque será capaz de resistir o no a los embates de la adversidad. En otras palabras, ruegan una vez más para que el cielo no se les caiga en la cabeza.

Un revés para Renzi en un referéndum constituci­onal y un triunfo de la extrema derecha austríaca darían impulso al populismo

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