Noticias falsas, la nueva arma política
Con el Brexit y Trump creció esa estrategia de confusión.
PARÍS.– Trescientos años antes del nacimiento de Cristo, los celtas temían una sola cosa: que el cielo se les cayera en la cabeza. Veinticuatro siglos después, los europeos siguen viviendo una y otra vez esa pesadilla. Mañana, dos votaciones nacionales en Italia y en Austria volvieron a fijarles la mirada en el firmamento.
Austria volverá a las urnas para votar por segunda vez en una elección presidencial invalidada en mayo pasado. Italia organiza un referéndum sobre una reforma constitucional que definirá, al mismo tiempo, el futuro político del primer ministro Matteo Renzi. Muchos temen que una victoria del primero y la derrota del segundo sean la confirmación de que Europa, cada vez más sujeta a la rebelión anti-establishment, queda sumergida por el tsunami populista que azota ambas orillas del Atlántico.
Esa ola, que arrastró en junio a los británicos a pronunciarse por el abandono de la Unión Europea (UE) y el 8 de noviembre elevó a Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, bien podría continuar su imparable camino asolando todo a su paso.
Austria es el caso más preocupante. Aunque no es para nada seguro, es perfectamente posible que mañana las presidenciales allí coloquen a la cabeza del Estado a Norbert Hofer, de 45 años, representante del Partido de la Libertad (FPO), de extrema derecha. Hofer volverá a medirse con su adversario progresista, Alexander Van der Bellen (72), con quien perdió en junio por un margen tan escaso (31.000 votos) que, sumado a diversas anomalías, obligaron a la comisión electoral a volver a llamar a elecciones.
Si bien el papel del presidente en Austria es esencialmente ceremonial, un triunfo de Hofer –cuyo partido euroescéptico y antiinmigración fue fundado por un general nazi– lo convertiría en el primer jefe de Estado de extrema derecha de una democracia europea desde que terminó la Segunda Guerra Mundial. El simbolismo de ese resultado en ese país, anexado por la Alemania nazi de 1938 a 1945, sería inmenso.
Los mercados, sin embargo, parecen mucho más preocupados por lo que podría suceder en Italia, donde –como lo sugieren las encuestas– es posible una derrota de Renzi en el referéndum. Ese resultado, con la consiguiente renuncia del jefe del gobierno, abriría una crisis política que arrastraría sin duda el ya frágil sector bancario.
El problema con los referéndum es que la gente tiende a focalizarse menos en la cuestión planteada que en aquel que la plantea. Y en Italia, Renzi, presidente del Consejo desde hace 34 meses, no sólo tiene amigos. “Renzi dio a sus enemigos una oportunidad de oro para que lo saquen a patadas. El referéndum es percibido por los italianos como un voto de confianza a su gobierno”, escribió Stefan Koopman, economista de la institución financiera Rabobank.
El triunfo del no en Italia no sólo provocaría la renuncia del primer ministro y un nuevo período de inestabilidad política. Unas legislativas anticipadas abrirían la vía al Movimiento 5 Estrellas del ex cómico Beppe Grillo, que al conocer el triunfo de Donald Trump declaró encantado: “Son los que tienen coraje, los obstinados, los bárbaros quienes llevarán el mundo hacia delante. ¡Nosotros somos los bárbaros!”. Influencia
Y en Austria, ¿cuál será la influencia de la victoria de Trump? “Escasa”, dice el politólogo Anton Pelinka, profesor en la Universidad de Budapest. “Porque los electores habían decidido por quién votar antes de las elecciones en Estados Unidos.”
En todo caso, como Trump, Hofer clama un retorno al estricto respeto de la ley y el orden, el fin de la inmigración ilegal y de la carga financiera que representan los solicitantes de asilo, y un endurecimiento de las medidas contra el terrorismo.
El líder del FPO no ha dicho explícitamente que Austria debería dejar la UE. No obstante, a juicio de Pelinka, su victoria será leída como el primer movimiento de un efecto dominó que podría dar alas a todos los otros grupos de extrema derecha del bloque.
El primero será el Frente Nacional (FN) en Francia. “Si Marine Le Pen gana las elecciones en mayo próximo, Hofer podría cambiar su posición con respecto a la UE”, expresa Pelinka. Le Pen acusa a la UE de ser culpable de todos los males de su país. A comenzar por la inmigración, la pérdida de soberanía nacional y la crisis económica. También ella se congratuló por el triunfo de Trump.
Después del Brexit y las elecciones en Estados Unidos, los demócratas europeos esperan con ansiedad los resultados de mañana para saber si el bloque será capaz de resistir o no a los embates de la adversidad. En otras palabras, ruegan una vez más para que el cielo no se les caiga en la cabeza.
Un revés para Renzi en un referéndum constitucional y un triunfo de la extrema derecha austríaca darían impulso al populismo