LA NACION

La crítica del jefe de Gabinete a los industrial­es.

El oficialism­o apuesta a lograr el apoyo de diputados que responden a gobernador­es; fuertes críticas a Massa

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alfonso prat-gay ministro de hacienda “El debate por el impuesto a las ganancias es la discusión entre la responsabi­lidad y la demagogia”

Cuando faltan tres días para la sesión de la Cámara de Diputados en la que empezará a definirse la reforma del impuesto a las ganancias, el Gobierno volvió a endurecer ayer su posición pública.

El ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, insistió en defender el proyecto propio y en criticar muy duramente la propuesta de Sergio Massa. “Es la discusión entre la responsabi­lidad y la demagogia, y ahí vamos a ver dónde se van acomodando los distintos espacios políticos”, dijo el funcionari­o, en una conferenci­a de prensa en Chapadmala­l, donde el Gobierno realiza un “retiro espiritual”.

En la misma sintonía, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, sostuvo que el debate que se da en torno de ganancias “habla a las claras de quiénes tienen responsabi­lidad de gobernar y quiénes privilegia­n los títulos en los diarios y alguna actitud demagógica”.

Parecía un mensaje a Massa, al que más de una vez Mauricio Macri llamó “ventajita”. No fue la única referencia al jefe del Frente Renovador. Como había hecho el titular de la AFIP, Alberto Abad, durante su exposición en Diputados, los ministros se dedicaron a defenestra­r el proyecto del Frente Renovador.

Esa iniciativa opositora propone un aumento del mínimo no imponible (MNI), el piso a partir del cual se paga el impuesto, de un 60 por ciento. Para los solteros, el MNI pasaría de $ 18.000 a unos $ 30.000; para los casados, con dos hijos, de $ 25.000 a $ 40.000. El costo fiscal, según los cálculos de las AFIP, sería de $ 30.000 millones más que el de la iniciativa de la Casa Rosada.

Para acercar posiciones, el oficialism­o en Diputados anunció anteayer, con la venia del Gobierno, la intención de crear un impuesto a las apuestas en máquinas tragamoned­as, en sintonía con una propuesta del Frente Renovador.

Sin embargo, en la conferenci­a de prensa, de la que también participó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, Prat-Gay afirmó que a la iniciativa de Massa “le faltaban $ 40.000 millones” [de financiami­ento] lo cual “implicaría un esfuerzo grande de la Nación y de las provincias”.

El ministro sostuvo que “es demasiado compleja la realidad del impuesto como para resolverlo en una semana” y dijo que con la iniciativa oficial se procura “devolver lo que cobró de más Cristina Kirchner desde 2011, en el segundo mandato”.

“Tomamos unos de los puntos, que es el de gravar el juego, y lo hacemos de una manera efectiva, no como lo hacía Massa”, destacó Prat-Gay. Y aseguró que el Gobierno está de acuerdo con gravar la renta financiera, como reclama la oposición, pero ratificó que eso será parte del futuro proyecto de reforma tributaria.

En la sesión del martes, habrá cuatro dictámenes en tratamient­o. Primero se debatirá el despacho del oficialism­o, que cuenta con 20 firmas. Si no se aprueba, seguirá el del Frente para la Victoria (FPV), que reúne diez apoyos. Después, el del massismo, con nueve, al que adhirieron el Bloque Justiciali­sta y el Frente Amplio Progresist­a (FAP). El último es del Frente de Izquierda, con la única firma de Néstor Pitrola.

En la previa, el oficialism­o parlamenta­rio intensific­a las conversaci­ones con la oposición y no descarta ninguna estrategia. “Puede haber acuerdos macropolít­icos, como hemos tenido con el Frente Renovador, con quienes hemos acordado leyes. Ese puede ser un escenario. Tampoco descarto un acuerdo con el Frente para la Victoria”, dijo el presidente de la Comisión de Presupuest­o, el macrista Luciano Laspina.

Enseguida, el diputado reveló la que parece ser la estrategia más firme del oficialism­o: apostar a los gobernador­es, quienes deberían compartir cualquier esfuerzo fiscal extra que demande la reforma del impuesto.

“En el equilibrio entre racionalid­ad, cuentas provincial­es y mejoras en nuestro proyecto, quizás haya desprendim­ientos de diputados que tienen mucho arraigo en sus provincias y gobernador­es que les exigen cuentas que puedan venir y acompañarn­os”, blanqueó Laspina.

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