Prohíben Matar a un ruiseñor en Virginia
La madre de un alumno ve insultos raciales en el clásico
Una escuela de Virginia (Estados Unidos) ha prohibido en sus programas de estudio de forma momentánea los clásicos literarios Las aventuras Huckleberry Finn, de Mark Twain, y Matar a
un ruiseñor, de Harper Lee, debido a las quejas expuestas por la madre de un alumno que alegó que en ambas obras figuran “demasiados insultos raciales y palabras ofensivas” para la educación de los estudiantes.
A la espera de que un comité se pronuncie respecto de esta medida, diversas voces se han pronunciado en contra de la prohibición de ambas novelas, consideradas tradicionalmente como grandes piezas literarias que contribuyen a examinar temas delicados en relación al racismo, la violación y otros actos condenables socialmente.
La obra de Harper Lee, publicada en 1960 y ganadora del premio Pulitzer al año siguiente, ha sido interpretada justamente como un libro antirracista, con un miramiento a un sistema de justicia en una época llena de desigualdades y prejuicios, que también aborda el aprendizaje moral, el crecimiento personal y la confrontación clásica entre el bien y el mal, expresando los hechos de una forma humorística, nostálgica y crítica.
En una reunión del consejo escolar de esta escuela en la localidad de Accomack, que se celebró el pasado 15, la madre que formuló el reclamo dijo: “Sigo escuchando que esta obra es un clásico de la literatura y entiendo que lo es, pero, en algún momento, siento que los niños no entienden la parte clásica y sí los insultos raciales y las palabras ofensivas que figuran en ella”.
La madre sugirió consensuar con otros padres y maestros de diversos orígenes culturales de este centro educativo una lista de libros que sean “inclusivos para todo tipo de estudiantes”.
“¿Qué estamos enseñando a nuestros hijos? Estamos validando que estas palabras son aceptables y creo que no lo son por ningún medio. Hay otra literatura que pueden usar”, dijo.
Ante estas afirmaciones se han pronunciado escritores como Joyce Carol Oates, que retuiteó un mensaje de la Library of America, en la que ésta argumenta que “si el 99% del resto de los libros no fueron prohibidos todavía, posiblemente esto ocurra porque nadie los ha leído”.
Periodistas y otros padres de alumnos consideran desproporcionada la decisión de la escuela.