LA NACION

¿Seguirá el castigo a los bonos argentinos?

- Javier Blanco

La pregunta se repite entre los operadores y analistas: ¿Tan poco duró el amor de los grandes inversores?

En lo que a deuda respecta, los bonos argentinos en dólares pelean el liderazgo del ranking entre los más afectados por el “efecto Trump”. Una ola de ventas, que sólo aflojó algo ayer, los hizo caer 1,5% promedio en octubre; 5,3% en noviembre y 2% en lo que va de diciembre.

El porrazo fue más duro sólo porque se venía de un semestre en el que el país había vuelto a ser la “niña mimada”. Y se profundizó porque, al desmejoram­iento en el clima global (reflejado en el “viaje” de 1,78 a casi 2,50% que pegó la tasa a 10 años en EE.UU.), se sumó la decepción de toparse con inapelable­s evidencias de una recesión aún más dura, cuando lo que se esperaba era una proliferac­ión de “brotes verdes”.

El riesgo país argentino fue el que más creció en el mundo (llegó a 534 puntos, máximo en 5 meses) sólo detrás del de México. Esto significa subas de 2 puntos en las tasas de los bonos locales (pasaron del 6 al 8% promedio) que ya llegan a 8,36% a 30 años( el bono 2046), algo in oportuno en momentos en que todo el mundo sabe que el Gobierno necesita emitir unos US$ 30.000 millones en 2017.

La duda del momento es si la corrección terminó o seguirá. Ayer se atenuó por el respiro que dio la tasa en EE.UU. (bajó de 2,44 a 2,38%).

Hay apuestas divididas. Leonardo Chialva (Delphos Invesment) cree que, en el tramo largo, las bajas pueden continuar hasta que la tasa a 10 años llegue al 2,8% “porque los grandes fondos ya cerraron el año; están afuera de emergentes y sólo volverán al juego en 2017”. Augusto Posleman, de Portfolio Personal, es más optimista: “con rindes en el 8% al 2024 o 2026, de 6 meses a un año vamos a ver esto como una buena posibilida­d de compra”, dice

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