Historias mínimas y cruzadas de una final entre River y Central que ya se juega
El partido todavía no tiene definido el día, la hora ni la sede, pero encuentra disparadores entre sus protagonistas para esperar un choque con muchas sensaciones y un ritmo de golpe por golpe
Seguro que Eduardo Coudet, no bien terminó la segunda semifinal, apagó el televisor y pensó: “¿Justo ahora se viene a despertar River?”. El Chacho es el protagonista de una de las historias cruzadas que formarán parte del episodio decisivo de la Copa Argentina, de la final que todavía no tiene hora ni día, pero que ya se juega. Es que el debate sobre la fecha (sería el 14 o 15 de diciembre) y el sorteo del árbitro también forman parte de un folklore que nadie quiere dejar de bailar. Para la sede, cuentan, ninguno tiene preferencias y aceptarían Córdoba, Mar del Plata o la que salga designada. Pero Coudet vivirá sensaciones encontradas aunque la sangre canalla terminará inclinando la balanza. El Chacho es uno de los ídolos que reactivaron a Central, pero también dejó su huella en River, a tal punto que se imagina en un futuro (no cercano) en el banco millonario.
Para Coudet será la segunda oportunidad de levantar un trofeo. Estuvo muy cerca en la Copa Argentina 2015, pero los errores del árbitro Ceballos lo condicionaron y la Copa terminó en manos de Boca. Para Central será la tercera final consecutiva, ¿y la vencida? Perdió por penales ante Huracán en 2014, sufrió lo mencionado frente al equipo xeneize el año pasado y ahora tendrá otra chance, contra River. “Seguro algún día me va a tocar dirigir a River, estuve mucho tiempo ahí. Sé que voy a dirigirlo. Pero hoy me veo acá. Si me preguntás si proyecto el futuro, te digo que no. Ahora, si me preguntás ‘¿creés que algún día vas a dirigir a River?’. Y, sí. ¿Pronto? No. Hoy me veo en Central. Ésa es la verdad”, le dijo Coudet a la hace más de dos meses. Para nacion el Chacho ganar la Copa Argentina sería coronar un ciclo de dos años muy positivos en juego, protagonismo y resultados, aunque esquivos en vueltas olímpicas. Los demás ex River. En Central, además de Coudet y su ayudante de campo Ariel Garcé, integran el plantel varios ex millonarios: Marco Ruben, Paulo Ferrari (223 partidos, 15 goles y campeón del Clausura 2008 con la banda roja) y Cristian Villagra (también ganador de ese Clausura). Y Teo Gutiérrez, un caso aparte.
El desafío de Teófilo. Justo hace un puñado de días estuvo en discusión si Teo estaba en condiciones de aportarle cosas a Central. Antes del cruce con Boca, de hacer el gol en la Bombonera e irse expulsado por festejar haciendo con señas la camiseta de River, el colombiano había dicho que no era feliz en Rosario porque no jugaba. Coudet no lo había elegido para el partido decisivo ante Boca por la Copa Argentina, pero sí le dio la chance por el torneo local. El Teo que resta y sólo piensa en él cambió su postura y frente a Belgrano apareció determinante con dos asistencias a Ruben y Montoya. Incluso respondió con inteligencia a las provocaciones de los futbolistas piratas. Coudet sabe que, teniendo bien a Gutiérrez, Central tiene más chances de ganar la Copa, aunque su presencia es siempre un arma de doble filo. Montoya, ese eterno deseo. Gallardo no sólo pensó en Walter Montoya como refuerzo para el mercado pasado, sino que volvería a la carga por el mediocampista derecho este mes. El volante tuvo un muy buen año y su presente representa el trabajo que hizo Coudet promoviendo a chicos de las inferiores, como Cervi, Lo Celso y Salazar. El Muñeco también había preguntado por el lateral derecho Salazar hace unos meses, aunque terminó incorporándose Jorge Moreira. Larrondo y su polémica salida. Al principio se pensó en una triangulación vía Canadá, después en un escape de Central. Lo cierto es que el pase del delantero a River generó acusaciones cruzadas. “Si Larrondo seva a River, será una muestra más de falta de moral y ética”, disparó en su momento el vicepresidente Luciano Cefaratti. Luego la situación se destrabó, aunque en el club rosarino no quedaron conformes con la actitud que tomó Larrondo. Hoy no es titular en River (tardó más de la cuenta en recuperarse de una lesión y Driussi se impuso a fuerza de goles y buenas actuaciones), pero lo que suceda con el Nº 9 será otra historia como para seguir de cerca en la final.
El futuro de D’Alessandro. En River sostienen que salir campeón y así clasificarse para la Copa Libertadores 2017 aumentaría las chances de que Andrés D’Alessandro continuara. Pero hasta el momento no hay avances en su situación. Incluso hay quienes dudan de si, aun siendo campeón ante Central, el zurdo será una prioridad para Gallardo. Depende también de lo que resuelva Inter, que está en riesgo de descenso en Brasil.
La vigencia de Ponzio. Identificado con Newell’s por ser un producto del semillero leproso, para Ponzio también será la confirmación de que –a los 34 años y tras miles de batallas– mantiene su importancia. Si bien el volante central tuvo momentos mejores que el actual, su presencia es clave en un medio campo donde prevalece el buen pie de Nacho Fernández, Pity Martínez y D’Alessandro. ¿La primera copa local para Gallardo? La vez que más cerca estuvo Gallardo de conseguir un título argentino con River fue a fines de 2014, cuando le dio prioridad a la Sudamericana que terminaría ganando y Racing se llevó el Transición. Tras conquistar cinco títulos internacionales, el DT ahora tendrá la chance de saldar una deuda interna.
El golpe por golpe. Gallardo y Coudet tienen perfiles ofensivos, ninguno especularía en la búsqueda del triunfo. Eso también genera entusiasmo.
Si bien el decisivo partido todavía no tiene fecha, hora ni sede, ya ofrece condimentos como para ilusionarse con que sea una gran final.