De infracciones y multas fantasmas
¿Alguien controla la veracidad de las sanciones de tránsito?
Hace unos días recibí en el domicilio de mis padres –donde no vivo hace 31 años–, una multa por cruzar el semáforo en rojo de la esquina de San Juan y Jujuy, en CABA. Lo insólito era que la multa se había cometido con un vehículo a mi nombre, que está guardado y a la venta desde hace 5 meses, y que en el día y hora de la supuesta infracción yo estaba en Neuquén. Aclaro que no era una fotomulta y que en forma contraria a lo que indica la ley, tampoco se detallaba quien fue el agente que labró la infracción. En la multa, como es habitual, se me invitaba a realizar el pago voluntario de $ 1448 (50% del valor) con muchas formas posibles de pago y así evitarme presentarme ante el juez y correr el riesgo de tener que pagar el valor total. Conciente de mi inocencia me presenté en la Sede Comunal N° 7, en donde me atendieron en forma excelente. Hice mi descargo mostrando los pasajes aéreos que acreditaban que yo no estaba en Buenos Aires. Enorme fue mi sorpresa cuando la controladora me mostró la copia del acta labrada por la inspectora de tránsito: en ella solo aparecía el número de la patente de mi vehículo pero no se especificaba marca, modelo, color ni ningún otro detalle; por lo tanto, la infracción carecía de todo sustento (igual me fue enviada). La controladora anuló la multa, adjuntó las pruebas y el caso quedó cerrado. Hasta ahí la anécdota. Lo que queda son preguntas para los responsables del control del tránsito de la ciudad. ¿No verifican la confección de las multas? ¿No se sanciona a esos inspectores que multan inventando casos, haciendo perder días de trabajo, tiempo y dinero de quienes pagamos nuestros impuestos? ¿Será que si pasa, pasa… y así se recauda aprovechando que la gente ante la duda y la pérdida de tiempo prefiere pagar en forma voluntaria en lugar de ir a reclamar? La Ciudad era una de las pocas jurisdicciones donde las multas estaban generalmente bien confeccionadas. Que no se pierda esa virtud y nos inviten a pensar mal...