Un sistema para tener más productores asegurados
Año tras año, las regiones productivas de la Argentina sufren todo tipo de inclemencias climáticas y, eventualmente, adversidades sanitarias no controlables por el productor. Heladas, granizo, sequía, inundaciones, incendios, vientos huracanados, afectan de lleno la actividad de los productores agropecuarios de nuestro país. Muchos ven peligrar sus emprendimientos.
Sin embargo, el seguro de la actividad productiva es observado por parte de los productores agropecuarios, fundamentalmente pequeños y medianos, más como un costo que como una inversión y es una de las primeras erogaciones que elimina el productor en aras de ser más competitivo. por su parte, las compañías aseguradoras tienen hoy una limitada oferta de seguros, mayormente en seguros de granizo, concentrando sus productos en la zona núcleo, y ofreciendo pólizas más caras en otras zonas productivas del país. por ello es que considero al rol del Estado como fundamental: debe intervenir creando políticas de incentivo que favorezcan la adopción generalizada del seguro agropecuario.
Esto motivó que presentara un proyecto de ley en la cámara de Diputados de la Nación que brinda una solución integral a todas las regionesproductivas. El proyecto crea un sistema de seguros que permitirá al productor agropecuario mantener su actividad luego de sufrir las contingencias meteorológicas que generan daños sistémicos.
El primer pilar del sistema es la voluntariedad. El productor no será obligado a suscribir a estas pólizas, sino que el desafío del sistema será ofrecer una póliza de seguros combinados que cubra los riesgos propios de cada región productiva del país a un precio lo suficientemente competitivo para ser atractiva para la gran mayoría de los productores.
El segundo pilar, será la rápida respuesta al productor en caso de que el siniestro efectivamente ocurra, permitiéndole reanudar su producción para el siguiente ciclo productivo.
La clave será la conformación de una sociedad anónima, llamada “Sistema integrado de Seguros Agropecuarios Sociedad Anónima” (SISA S.A.), que tendrá participación estatal –un 30% como piso–, pero su capital estará abierto a la participación societaria de todas las empresas aseguradoras de actividades agropecuarias del país.
Esta entidad gestionará las coberturas de los seguros agrarios, los comercializará y será la responsable de pagar los siniestros. cada compañía accionista podrá comercializar por separado pólizas de mayor cobertura que obren como adendas del seguro básico y cuyo valor será asumido en forma independiente por el asegurado.
A su vez, quiero destacar que SISA S.A. tendrá sustentabilidad: se financiará con los ingresos por las pólizas que comercializará, el producido de la venta de las acciones a las empresas que la integren y los recursos que permitirán inicialmente ofrecer precios atractivos para las pólizas, provenientes del Fondo de Sustentabilidad del Sector Agropecuario, ya que se destinará el 3% de lo que la AFIP perciba anualmente por derechos de exportación a la soja y sus derivados.
El rol que tendrá este seguro será fundamental para los 150.000 productores argentinos que hoy no tienen ningún tipo de seguro sobre sus producciones. SISA S.A. creará pólizas accesibles para los productores que mitiguen los riegos de la actividad. Las indemnizaciones serán evaluadas en base a un porcentaje sobre el valor total de la producción afectada, pudiendo alcanzar al total de la misma en caso de siniestros.
El proyecto busca incentivar la adopción del seguro como un instrumento estabilizador de la producción agrícola y ganadera. para ello, combina primas subsidiadas en atención a la rentabilidad de las distintas zonas y características de la actividad con ventajas fiscales, como la reducción de la alícuota del IVA a las pólizas y la posibilidad de que el asegurado pueda deducir del impuesto a las Ganancias el monto del seguro SISA los tres primeros años de su adopción.
La implementación del seguro agropecuario será una política de incentivo que llevará a los productores, en especial a los pequeños y medianos, a adoptar el instrumento que los libere del riesgo de desaparecer del universo productivo. De esta manera, se logrará preservar regiones estratégicas en la actividad primaria, que da inicio a la cadena de valor que sostiene a gran parte del entramado social del país.