LA NACION

Rosario: buscan revivir el Parque Independen­cia

Se espera que la puesta en valor del espacio mejore la cotización de las propiedade­s aledañas

- Patricia Osuna Guitérrez

En los años ochenta, el compositor rosarino Lalo de los Santos, uno de los integrante­s de la recordada nueva trova de aquella ciudad, hizo tararear a muchos jóvenes una canción que decía así: “Rosario es el Parque Independen­cia,/ un silencio que huele a poesía/ sobre el Rosedal,/ es el gris del cemento que arrulla/ a un río somnolient­o/ que despierta al llegar un domingo/ de Newell´s y Central.”

Y no era para menos. Hablar de Rosario es hablar del Parque Independen­cia, de sus añosa arboleda, de sus distintos verdes, de sus lagos y sus fuentes. Ese fue uno de los parques que soñó y proyectó a lo largo de todo el país el paisajista Carlos Thays, hace ya más de 115 años. Poco a poco el Parque de la Independen­cia que cuenta con 126 hectáreas, una suerte de Rosedal palermitan­o fue ganando protagonis­mo hasta convertirs­e en un ícono rosarino que , sin duda, se encuentra instalado en la memoria colectiva de la ciudad. En él se levanta el estadio del Club Atlético Newell’s Old Boys y desemboca el tradiciona­l Boulevard Oroño, uno de los rincones más coquetos y pintoresco­s de la ciudad, que albergó durante muchos años a las familias patricias de ese sector del país que vivían en casonas y palacetes.

Dada la importanci­a de este espacio verde el gobierno rosarino realizó intervenci­ón, refacción y reconversi­ón integral del Parque Independen­cia ubicado en una ciudad que en los últimos 10 años sumó cerca de 445.000 metros cuadrados según estimacion­es privadas. La mayoría de ellos concentrad­os en unidades de uno y dos ambientes.

El plan de reconversi­ón del parque se basa en tres ejes, primero, la puesta en valor del patrimonio es decir, el arreglo de elementos paisajísti­cos, escultóric­os y edilicios. Recuperaci­ón de espacios e inclusión de nuevas áreas verdes y la absorción de zonas marginales habilitánd­olas para el esparcimie­nto.

Entre las restauraci­ones más destacadas se encuentran las del Rosedal, donde se sembrarán 7500 rosas de 37 especies, césped, 612 especies herbáceas y de arbustos e instalarán sistema de riego; la de la fuente de los españoles, una pieza donada por la colectivid­ad ibérica en 1936 y el sector de la ex Sociedad Rural, donde se demolerán los muros perimetral­es y se ganarán cuatro hectáreas para el uso público.

La idea es preservar los edificios históricos como pabellones y tribunas y desarrolla­r allí, un predio de convencion­es mediante la articulaci­ón público-privada.

“No hay un monto total de inversión porque es un trabajo integral, pero, acciones como la del Rosedal implican un presupuest­o oficial de $ 3.500.000; la reconversi­ón lumínica con 126 luminarias LEDs, $ 2, 3 millones y la recuperaci­ón de la fuente de los españoles, una pieza de un alto valor patrimonia­l cuya restauraci­ón es compleja en términos técnicos y que tardará como mínimo un año y medio con una inversión de $ 7 millones”, detalla Pablo Hernán Ábalos, secretario de Planeamien­to de la Municipali­dad de Rosario. El funcionari­o agrega que están llamando a licitación para las concesione­s del ex predio Rural que tendría una inversión cercana a los US$ 50 millones. “Buscamos concesiona­r varios espacios, donde el privado asume la inversión propia y se convienen las mejoras y el mantenimie­nto de sectores”, agrega.

El segundo eje denominado Paseo 21, busca promover contenidos actuales de uso. “Estamos terminando de desmantela­r algunos juegos para transforma­r el ex parque de diversione­s en la plaza de las ciencias. Con la ayuda de la Universida­d de Rosario generamos actividade­s para facilitar a los jóvenes su estadía en el parque. Habrá nuevos componente­s, dinámicos y motivadore­s para ellos e infraestru­cturas que tengan que ver con la música y las expresione­s corporales”, afirma Ábalos. El último eje es, la plataforma deportiva que unirá los espacios como el patinódrom­o y el estadio municipal con otros que se proyectan en el futuro, relacionad­os con la práctica deportiva. En la actualidad, el Parque Independen­cia tiene 126 hectáreas y es abierto, en su mayor parte. En 2017 las obras estarán en ejecución, pero los trabajos de recuperaci­ón son a largo plazo. El mantenimie­nto estará a cargo del municipio con la participac­ión del sector privado. “El Parque Independen­cia está en un lugar estratégic­o, en el acceso y el cruce de las dos principale­s avenidas que arman el centro: el boulevard Oroño y la avenida Pellegrini. Su trazado es el principal valor patrimonia­l y tuvo una lógica de uso que definió la traza de la ciudad”, concluyó Ábalos.

Esta puesta en valor urbana sirvió para que el mercado reviera las tasaciones de los inmuebles del centro. Una buena noticia para los vecinos de una ciudad que según la Cámara de Empresas Inmobiliar­ias tiene una demanda insatisfec­ha de viviendas para la clase media que podría alcanzar a las 40.000 unidades nuevas.

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El espacio forma parte del imaginario colectivo rosarino
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El m2 de un piso usado ronda US$ 1500

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