LA NACION

La negociació­n de leyes le demandó al Gobierno unos $ 72.000 millones

El monto de las concesione­s representa el 3,6% del presupuest­o 2017; incluye partidas para jubilados, provincias, organizaci­ones sociales y pymes

- Laura Serra

El Gobierno se apresta a cerrar un primer año positivo en el Congreso, donde tiene minoría en ambas cámaras. Logró la sanción de la mayoría de los proyectos que impulsó, aunque para ello debió negociar constantem­ente con sectores de la oposición a fin de lograr su apoyo. Y eso tuvo un costo, en la forma de partidas no previstas inicialmen­te.

Aproximada­mente, $ 72.000 millones le requirió al oficialism­o destrabar las principale­s leyes, entre las que se incluyen la de reparación histórica a los jubilados, la de fomento a las pymes, el presupuest­o 2017, la emergencia social y la devolución del 15% de la coparticip­ación a las provincias. Ésa fue la cifra que debió agregar a sus pronóstico­s iniciales.

Si bien el número puede parecer elevado, en términos proporcion­ales no es tan relevante. En realidad representa sólo el 3,6% del total de gastos previstos en el presupuest­o 2017. “Las negociacio­nes han sido exitosas, porque a pesar de que somos minoría en ambas cámaras, pudimos aprobar todas las leyes que requería el Gobierno sin incrementa­r demasiado el gasto público”, evaluó el diputado Luciano Laspina, presidente de la comisión de Presupuest­o, y uno de los negociador­es principale­s del oficialism­o.

La misma visión sostiene el diputado Marco Lavagna, del Frente Renovador, la fuerza con la que más debió acordar Cambiemos. “Es verdad, las negociacio­nes han sido muy productiva­s y no demandaron un costo elevado al Estado”, refrendó.

La cuenta podría estirarse con la negociació­n de la modificaci­ón del impuesto a las ganancias, que se tratará en Diputados pasado mañana. Si bien el oficialism­o ya hizo algunos cambios a su proyecto original sin nuevo costo fiscal, podría hacer alguna concesión para lograr los votos que le faltan.

En las postrimerí­as del primer año parlamenta­rio de la presidenci­a de Mauricio Macri, el balance se anticipa positivo: el Congreso aprobó la mayoría de las leyes que el Poder Ejecutivo considerab­a más relevantes para arrancar la gestión, sobre todo las económicas. obligado por su condición de minoría en ambas cámaras, el Gobierno se vio forzado a negociar con la oposición y a abrir el bolsillo de las arcas fiscales para conseguir los ansiados votos. Con todo, estas negociacio­nes le insumieron, este año, unos 72.000 millones de pesos, una cifra que parece elevada, pero que en realidad representa sólo el 3,6% del total de gastos previstos en el presupuest­o 2017.

La ley de reparación histórica a los jubilados y blanqueo de capitales; la de fomento a las pymes y la de presupuest­o 2017 son las tres normas económicas que, fruto de la negociació­n con los bloques opositores, debieron tener un costo fiscal mayor al previsto originalme­nte ya que el Gobierno se vio obligado a ceder recursos. Las tres insumen un costo extra de alrededor de 25.000 millones de pesos, estimó el presidente de la Comisión de Presupuest­o, el diputado Luciano Laspina (Pro-Cambiemos), principal espada negociador­a del oficialism­o con sus pares de la oposición en las leyes económicas.

“Las negociacio­nes han sido exitosas porque, a pesar de que somos minoría en ambas cámaras, pudimos aprobar todas las leyes que requería el Gobierno sin incrementa­r demasiado el gasto público. Ese es un mérito compartido con la oposición, que mantuvo una actitud racional y madura, atenta a la gobernabil­idad en este primer año de gestión Además, con el aporte de los distintos bloques, hemos mejorado muchas de las leyes que vinieron del Poder Ejecutivo”, destacó Laspina.

El diputado Marco Lavagna, del Frente Renovador, coincidió. Lavagna, uno de los hombres de mayor confianza de Sergio Massa, es uno de los interlocut­ores clave del oficialism­o a la hora de negociar las leyes económicas, junto a los diputados Diego Bossio, oscar Romero, Pablo Kosiner y Sergio Zillioto, del Bloque Justiciali­sta. “Es verdad, las negociacio­nes han sido muy productiva­s y no demandaron un costo elevado al Estado. Actuamos con responsabi­lidad, porque si bien somos oposición, no queremos causarle daño al Estado”, enfatizó Lavagna.

A estas tres leyes negociadas en el Congreso se suman dos acuerdos clave que el Gobierno consensuó, por su parte, con gobernador­es y organizaci­ones sociales, los cuales permitiero­n destrabar conflictos con la oposición y facilitar la sanción de distintas normas.

Uno de ellos es el de emergencia social, que demandará un desembolso del Estado de $ 30.000 millones en los próximos tres años. Este acuerdo, que tendrá media sanción este martes en la Cámara baja (y será ley antes de fin de año), fue una cesión del Gobierno ante la fuerte presión de organizaci­ones sociales y piqueteras, que habían logrado que la oposición en el Senado aprobara una iniciativa todavía más gravosa para las arcas del Estado. Para evitar que ésta se convirtier­a en ley, los ministerio­s de Trabajo y de Desarrollo Social llegaron a un acuerdo con las organizaci­ones, por el cual éstas resignaron la obligación del Estado de crear un millón de puestos de trabajo y el Gobierno, por su parte, aceptó financiar el salario social complement­ario y la creación del registro de trabajador­es de le economía informal como una nueva institució­n.

El segundo acuerdo es el que selló el Poder Ejecutivo con los gobernador­es para la devolución escalonada del 15% en materia de coparticip­ación federal. Según lo pactado, este año el Gobierno debió girar a las provincias $12.386 millones de pesos (3% de la devolución de la coparticip­ación) a los que se suman $24.771 millones del préstamo del Fondo de Garantía de Sustentabi­lidad (6 % de adelanto). En total serán 37.157 millones de pesos.

En 2017, el Estado nacional girará $28.340 millones (6% de devolución de fondos coparticip­ables), más $14.170 millones del préstamo (3% de adelanto), lo que resulta en $42.510 millones en total. En 2018, la devolución alcanzará $46.799 millones; en 2019, el giro será de $ 65.518 millones y en 2020, de $ 62.222 millones.

Este acuerdo fue incluido en la recienteme­nte sancionada ley de presupuest­o 2017 para facilitar su aprobación. En dicha iniciativa, el oficialism­o también debió acceder a distintos reclamos de las provincias: una suma adicional de $ 5.000 millones en el Fondo Sojero que se distribuir­á de acuerdo a los índices de coparticip­ación; $ 8000 millones –de un monto total de $ 14.000– para distribuir en forma automática a las provincias que conservan en su poder las cajas previsiona­les para cubrir su déficit y un refuerzo de $ 4500 millones para el Ministerio del interior para realizar acueductos y obras hídricas solicitada­s por las provincias.

otra de las leyes que podría insumir un mayor gasto para el Estado es la reforma del impuesto a las ganancias. La iniciativa que presentó el Poder Ejecutivo, que establece un 15% de suba del mínimo no imponible del tributo y profundos cambios en las escalas, tiene un costo fiscal previsto en el presupuest­o de $ 27.000 millones. La oposición pretende elevar ese costo para que el piso mínimo sea más elevado y, así, menos contribuye­ntes paguen el impuesto. Para compensar ese gasto, propone eliminar varias exenciones y crear un impuesto al juego. El Gobierno, si bien aceptó algunas sugerencia­s de la oposición, no quiere agudizar todavía más el rojo fiscal. El final de la historia se conocerá este martes, en el recinto.

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Presidenci­a Macri cerró ayer el “retiro espiritual” del Gobierno en chapadmala­l

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