LA NACION

Tercer semestre

- Graciela Guadalupe

“El Presidente puso un 8, así que nos faltan dos puntos para llegar a 10.”

(Del ministro Alfonso Prat-Gay.)

Tres conclusion­es importante­s salieron del retiro espiritual del Gobierno en Chapadmala­l: 1) ya pasó un año y Lilita sigue en Cambiemos, 2) se termina el segundo semestre y el pescado sigue sin vender y 3) queda un año menos de mandato.

Buen punto de arranque para encarar lo que se viene. O sea, todo. Y para alertar a Papá Noel de que no le vamos a costear el viaje este año porque acá la revolución de la alegría avanza lenta y no da vales de anticipo.

Es muy probable que Santa se haya quedado con la imagen de diciembre pasado, derrochona de optimismo. No está mal. Pero deberíamos rogarle que baje un poco la expectativ­a y que no nos supedite los regalitos a los resultados. No es que no queramos dárselos. Es que, como tenemos varios ministros de Economía, nos cuesta ponernos de acuerdo en el balance.

De algunas cosas sí podemos darle fe, sin que se nos caiga la única foto en la que a Francisco se lo ve contento de recibir a Macri. A Antonia Macri. Por ejemplo, ya recuperamo­s todos los empleados del Estado que el Gobierno había decantado. También crecieron el déficit y los planes sociales. Subieron las tarifas de ser- vicios, pero sólo por un ratito. Ahora no las estamos pagando. O sea, más o menos lo mismo que pasaba antes.

La gente en general no está muy contenta, es cierto, aunque hay muchos que siguen ilusionado­s, por ejemplo, los gobernador­es opositores que para sentarse a negociar cobran más peajes que la Ruta 2 a Mar del Plata. La gente del campo está contenta. Le sacaron las retencione­s, igual que a la minería, pero el Gobierno se quiere matar con esto último: resulta que le colgaron el Sanbenito “pro mineras” cuando la quita había sido pedida por tres provincias peronistas: San Juan, La Rioja y Catamarca. Problemas de comunicaci­ón que le llaman.

Otra cosa: tenemos más pobres y la recesión está brava, pero ya construimo­s siete metrobuses. Tampoco es que “estamos mal, pero vamos bien”. O sí. ¡Ay, la comunicaci­ón!

Por ahora sigue igual el temita de ganancias y lo más loco es que en el Congreso quieren crear de la nada un millón de puestos de trabajo. Sí, Santa. Como Maduro en Venezuela, que decreta un Ministerio de la Felicidad y andá a cantarle a Catherine Fulop.

¿La reforma electoral?. Bien... Bien lejos. ¿Y el blanqueo? Skip, Ariel líquido y ahora también los funcionari­os se pelean por liderarlo. Podríamos estar mejor. Pero es lo que hay. A propósito del regalito de Navidad: nos vendría muy bien un tercer semestre para el despegue. El segundo se nos fue como la primavera. Ni lo vimos.

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