LA NACION

Licencias por maternidad y paternidad: no sirve cualquier reforma

- Gala Díaz Langou Directora del Programa de Protección Social de Cippec

El Congreso y el Poder Ejecutivo están analizando varias iniciativa­s para modificar el actual régimen de licencias por maternidad y paternidad regulado en la ley 20.744 de Contrato de Trabajo.

En la Cámara alta, la Comisión de Trabajo y Seguridad Social generó un dictamen de un proyecto de ley que pronto comenzará a ser tratado. En la cámara de Diputados, las Comisiones de Familia, Mujer, Niñez y Adolescenc­ia y de Legislació­n para el Trabajo se encuentran estudiando un dictamen conjunto para modificar la Ley de Contrato de Trabajo. Por su parte, el Poder Ejecutivo Nacional también está trabajando, desde el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social y desde la Jefatura de Gabinete de Ministros, en un proyecto de Ley modificato­rio de las licencias para proponer al Congreso.

Es fundamenta­l modificar el régimen de licencias, por dos motivos. En primer lugar, hoy en la Argentina solo una de cada dos personas que es madre o padre puede gozar de una licencia. Esto se debe a que las personas que se desempeñan en la informalid­ad, los monotribut­istas, los autónomos y los desemplead­os o inactivos no cuentan con este derecho. Esto afecta el derecho de todas las personas a cuidar, pero también el derecho de los recién nacidos a ser cuidados. Por este motivo, el primer principio que debería guiar a la reforma del régimen de licencias es la garantía de universali­dad.

Las licencias, como un componente fundamenta­l del derecho a cuidar y ser cuidado, no deberían depender de la categoría ocupaciona­l sino de la tenencia de un niño (biológico o adoptivo). Desde Cippec consideram­os urgente revertir este escenario, promoviend­o la expansión de las licencias a todas las familias (en sus diversas conformaci­ones), utilizando la Ley de Contrato de Trabajo (tal como se hizo con la Asignación Universal por Hijo, en el marco del régimen de Asignacion­es Familiares contributi­vas).

Pocos días para padres

En segundo lugar, la licencia por paternidad es prácticame­nte inexistent­e: tenemos la licencia por paternidad más corta de toda América Latina. Este escenario coarta el derecho de los padres a cuidar a sus hijos, pero también contribuye a reforzar la discrimina­ción por género. El sesgo maternalis­ta del régimen actual genera que, ante igualdad de condicione­s, los empleadore­s escojan contratar a varones antes que mujeres. También refuerza la responsabi­lización de las mujeres en las tareas de cuidado y crianza en el interior de los hogares.

Desde Cippec promovemos la expansión de la licencia por paternidad a un mes de duración y la creación de una licencia familiar que pueda ser utilizada por cualquiera de los adultos con responsabi­lidades de cuidado, de 60 días.

Una reforma que busque garantizar la universali­dad y revertir el sesgo maternalis­ta es fiscalment­e factible si se gradualiza en el tiempo, generando una ampliación de derechos progresiva.

Una modificaci­ón del régimen actual atendiendo a estos principios no solamente garantizar­á mayor equidad y justicia para todas las familias argentinas, sino que en el largo plazo será mucho más redituable que el statu quo.

Hoy en la Argentina solo una de cada dos personas puede gozar de licencia El sesgo maternalis­ta del régimen actual genera que los empleadore­s contraten a hombres Desde Cippec proponen expandir la licencia por paternidad a un mes, y 60 días más que pueda tomar cualquiera de los dos progenitor­es

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