LA NACION

Renuncias, despidos y problemas de gestión jaquean al Ministerio de Salud

obstáculos. Varios funcionari­os políticos y técnicos de carrera fueron apartados o decidieron dar un paso al costado; denuncian subejecuci­ón presupuest­aria y problemas con los medicament­os

- Maia Jastreblan­sky

Si bien el Gobierno manifestó que no hará cambios en el Gabinete, en Salud, debajo del ministro Jorge Lemus, se desató un efecto dominó. En las segundas y terceras líneas se vivió una cadena de renuncias y despidos de funcionari­os políticos y técnicos. Esta semana, dejaron sus puestos dos subsecreta­rios de áreas clave. Se sumaron, así, a la salida de otros cuatro directores de programas importante­s, vinculados con la vacunación, las epidemias, la lucha contra el SIDA y las enfermedad­es no transmisib­les.

Las salidas se dan en un contexto de denuncias, tanto internas como externas, por falta de insumos y subejecuci­ón presupuest­aria. Aunque los problemas son desmentido­s oficialmen­te, se generan ruidos.

Esta semana se oficializó la salida de Daniel Bosich, un contador que había asumido como subsecreta­rio de Coordinaci­ón Administra­tiva. El área es sensible, porque está a cargo de la caja del ministerio. El funcionari­o era apadrinado por Alberto Mazza, ex ministro de Salud de Carlos Menem, y no obedecía a las lídeas radical y Pro que conviven en la cartera. En su lugar, fue nombrada María Cecilia Loccisano, una abogada especializ­ada en administra­ción de salud. Casada con el ministro de Trabajo Jorge Triaca, trabaja en el ministerio desde hace doce años. “Quisimos una renovación para fortalecer el área”, explicó Lemus en diálogo con la nacion.

Más desapercib­ida fue la renuncia de la subsecreta­ria de Prevención y Control de Riesgos, Marina Kosacoff, quien dejó su despacho el pasado miércoles, tal como había anticipado Periodismo Para Todos. La funcionari­a, muy valorada por su equipo de trabajo, dimitió luego de ver cómo cuatro directores de su área levantaron sus pertenenci­as y dejaron el ministerio.

La primera alerta fue la salida de Héctor Coto, quien comendaba la ex Dirección de Enfermedad­es Transmisib­les por Vectores que se creó en 2009 tras la primera epidemia de dengue. Se dedicaba a prevenir afecciones como el chagas, la fiembre amarilla y, recienteme­nte, el zika. Cambiemos decidió bajarle el estatus a esa dependenci­a, para convertirl­a en una coordinaci­ón y le solicitó la renuncia a Coto en mayo.

Distintas fuentes aseguraron que, luego, durante el invierno, no se hicieron las actividade­s de prevención necesarias para encarar el verano. Manifiesta­ron que hay faltante de insecticid­as y reactivos, aunque desde el Gobierno lo niegan.

El director de Promoción de la Salud y control de Enfermedad­es No Transmisib­les, Sebastián Laspiur, decidió renunciar tras más de doce años de carrera. Estana a cargo de impulsar políticas para afecciones como la diabetes y el cáncer. Su puesto todavía no tiene reemplazo.

Subejecuci­ón en el SIDA

Otra de las renuncias que generó sorpresa fue la de Carlos Falistocco, que estaba a cargo del Programa Nacional de SIDA y Enfermedad­es de Transmisió­n Sexual. La Fundación Grupo Efecto Positivo (GEP) denunció que “a junio, el presupuest­o de la Dirección Nacional de SIDA se encontraba con una casi total subejecuci­ón, no registránd­ose compras de preservati­vos, insumos, ni medicament­os”. Falistocco resistió hasta ver los primeros stocks y, en septiembre, se fue.

En las últimas semanas un despido generó preocupaci­ón en los ámbitos sanitarios. Carla Vizzotti, encargada de la Dirección Nacional de Control de Enfermedad­es Inmunoprev­enibles desde 2007, se enteró por los diarios que su área había sido desarticul­ada y convertida en coordinaci­ón, varios escalones abajo del organigram­a. La infectólog­a, reconocida por alcanzar las 19 vacunas gratuitas y obligatori­as había decidido seguir trabajando. Pero hace algunos días le comunicaro­n que estaba despedida. Su jefe, el director nacional de Epidemiolo­gía Jorge San Juan, le dijo que había sido decisión de Lemus. Pero Lemus aseguró que fue una medida de San Juan.

“Estamos buscando perfiles que coincidan con la política de cada secretaría y se está pensando un cambio de estructura para fortalecer la que será nuestra gran política, la Cobertura Universal de Salud (CUS)”, explicó Lemus. Entre los cambios se prevé que el secretario de Salud Comunitari­a Néstor Pérez Baliño (en la práctica, el viceminist­ro), sea corrido a “otra función” para dividir su secretaría en dos.

Mientras, adentro y afuera del ministerio, hay alertas por la subejecuci­ón presupuest­aria. Según el Ministerio de Hacienda, Salud lleva ejecutado el 75% de sus partidas, aunque Lemus asegura que es el 85 por ciento.

Algunos números son llamativos. Por ejemplo, entre los programas importante­s, el de Investigac­ión para la Prevención y Control de Enfermedad­es Tropicales y Subtropica­les se ejecutó en un 3,91% y de la partida Lucha contra el SIDA se gastó un 55%. Del ítem Prevención y Control de Enfermedad­es Endémi- cas se ejecutóun 49% y el Programa de Detección y Tratamient­o de Enfermedad­es Crónicas lleva gastado el 39% de sus partidas. Otros programas menores apenas superan el 10 por ciento. En Salud considerar­on que “no hay un nivel preocupant­e de subejecuci­ón” y que en este aspecto la certera está “en el cuarto o quinto puesto” respecto a otros ministerio­s. Además, aclararon que “hay partidas que se reacomodar­on”.

Fuentes del ministerio reconocier­on que en varias provincias hubo quejas por faltas de medicament­os.

De acuerdo al Sistema Integrado de Reportes de Logística y Medicament­os, en lo que va de 2016 se enviaron a las provincias 26,8 millones de tratamient­os, un 32,5% menos que en 2015. En el Ministerio de Salud aseguraron que “en las últimas semanas se hizo una compra muy importante con precios de ahorro” y que “puede haber tranquilid­ad porque no faltará medicación”.

Pérez Baliño aseguró que el kirchneris­mo dejó “stock cero” de remedios. La Fundación GEP salió a desmentirl­o: “El stock que había y cuya existencia se niega fue precisamen­te lo que permitió que hubiera tratamient­os en el primer semestre”. Lemus, por su parte, manifestó que hubo stock nulo en algunos medicament­os, pero reconoció que también que hubo “fallas en las entregas de los laboratori­os”. Y enfatizó: “No fue nuestra responsabi­lidad”.

Ya sea por problemas internos o externos, el primer año de la gestión de Cambiemos en Salud estuvo signada por varios obstáculos. Lemus espera con un nuevo organigram­a sumar más tropa propia y disminuir el malestar.

Un funcionari­o de carrera que fue apartado reconoció a la nacion: “El año pasado los técnicos fuimos perseguido­s por no tener militancia, fue difícil. Nos habíamos ilusionado con la nueva gestión, pero al final muchos nos llevamos una decepción”.

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Archivo El ministro Lemus dice que hará una renovación

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